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Alcornoque centenario que se ha derrumbado este verano en la dehesa boyal de Jaraíz de la Vera.
El alcornoque, en peligro por el cambio climático

El alcornoque, en peligro por el cambio climático

Este árbol, que adorna las dehesas extremeñas, ha sido incluida en la lista de especies que resultarán más castigadas por los efectos de este fenómeno global

hoy.es

Miércoles, 14 de octubre 2015, 20:18

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El alcornoque, ese resistente árbol que adorna las dehesas extremeñas, y que puebla 2,7 millones de hectáreas en Portugal, España, Argelia, Marruecos, Túnez y Francia, está en peligro, y ha sido incluida por el Fondo Mundial para la Naturaleza en la lista de las 10 especies vegetales y faunísticas que podrían dejar de existir.

Este árbol forma parte del 30% de las especies de plantas y animales que podrían desaparecer si los impactos negativos derivados del cambio global no se gestionan a tiempo, según advierte el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Según explica la organización WWF sobre las especies en peligro, los alcornocales se extienden por aproximadamente 2,7 millones de hectáreas en Portugal, España, Argelia, Marruecos, Túnez y Francia. España es el segundo país con mayor superficie de este tipo de ecosistema, con unas 725.000 hectáreas.

El grosor de su corteza convierte al alcornoque en una especie única, y también en un importante recurso forestal: España aporta el 30% de la producción mundial de corcho, y Extremadura es la región que más corcho produce del país.

El calor, las altas temperaturas y la escasez de lluvias que perjudican al alcornoque también están haciendo mella en la actividad económica de la saca del corcho. En esta temporada, el intenso calor de las últimas semanas y la escasez de lluvias durante la primavera han hecho bajar de forma considerable las expectativas que tenían puestas el pasado otoño los productores del sector en Extremadura

El calor está provocando que la savia del corcho se seque antes de lo habitual, lo que complica la extracción de las láminas del corcho con una longitud suficiente para destinarlo a la producción de mayor calidad. Cuando hay dificultad para la extracción del producto, éste se saca a trozos, con lo que se aminoran tanto la cantidad de planchas enteras como la calidad del producto.

Además de todo ello, los alcornocales son uno de los ecosistemas de mayor valor para la biodiversidad de Europa y dan cobijo a algunas de nuestras especies más emblemáticas como el águila imperial, el lince ibérico o la cigüeña negra.

Sin embargo, el futuro del alcornoque es incierto. Factores como la falta de regeneración natural, el abandono, el sobrepastoreo, o la competencia de otros tapones sintéticos o de rosca con los de corcho, ponen en duda su supervivencia.

Además, desde principio de los años 90 se están viendo afectados por una elevada mortalidad por diferentes patógenos, lo que parece que está relacionado con los episodios de sequía y las variaciones en el régimen de temperaturas. Además, según las pocas proyecciones existentes, el cambio climático provocará una reducción drástica de su rango de distribución actual.

Uno de los alcornoques más emblemáticos de Extremadura afectado por la seca ha sido el más vetusto de la dehesa boyal de Jaraíz de la Vera , que este verano quedó partido en dos. Era uno de los árboles singulares de Extremadura, que no ha podido resistir la batalla a la que estaba sometido por este agente patógeno que trae en jaque a los árboles más representativos y centenarios de Extremadura.

En 2011 también se desplomó el 'Abuelo, un viejo alcornoque de La Herguijuela, otro árbol declarado singular por la Junta de Extremadura. El propietario de la finca en la que estaba ubicado, en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe, contó entonces que hacía veintitantos años el árbol estaba sano y con vitalidad, pero desde que dejó de sacársele el corcho por cuestiones de protección ambiental, el árbol empezó a ser atacado por hongos y gusanos.

Los expertos reconocen que, aunque, en la enfermedad de la Seca influyen diversos factores, su desarrollo está muy ligado a un patógeno denominado Fitóftora, un hongo de suelo que infecta las raíces de los árboles e impide la absorción del agua y de sales minerales del suelo.

En Extremadura ya se están dando los primeros pasos para atajar el problema de la seca, que no sólo afecta al alcornoque, sino también a la encina. El Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) coordinará un proyecto integral para el control de la enfermedad de la seca, que afecta a la dehesa en toda la Península Ibérica.

El proyecto, denominado 'La seca en encina y el alcornoque en la dehesa. Seguimiento temporal de su impacto y alternativas de control: biofumigantes, enmiendas y búsqueda de resistencia', aborda esta problema de forma multidisciplinar. Se desarrollará en los próximos tres años y contará con un presupuesto de 496.000 euros, financiados por el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria.

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