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J. LÓPEZ-LAGO
Domingo, 4 de octubre 2015, 08:49
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Hace semanas que corren ríos de tinta sobre qué pasaría si Cataluña se separara de España. Los efectos de esa independencia generarían un escenario incierto que redibujarían las relaciones comerciales puesto que se contempla su salida de la Unión Europea, lo que implicaría la aparición de aranceles. Pase lo que pase, las cifras que existen sobre la situación actual revelan a las claras que ante una hipotética secesión catalana Extremadura saldría perdiendo.
Y eso que la relación comercial entre ambas comunidades, al menos en este siglo, nunca estuvo consolidada y es cada vez más débil. Si entre 2002 y 2008 el dinero que generaba lo que salía desde Cataluña con destino a Extremadura sumaba de media 368 millones anuales, en los cuatro años siguientes esta cifra media bajó a los 244, la de 2012, último año disponible, fueron 154 millones.
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