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Las Medallas de Extremadura premian la promoción cultural, la superación y la cooperación

Las Medallas de Extremadura premian la promoción cultural, la superación y la cooperación

El acto dejó todo el protagonismo a las entidades galardonadas y tuvo una mínima participación de representantes políticos

Juan Soriano

Lunes, 7 de septiembre 2015, 19:25

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Una institución que lleva 200 años promoviendo la cultura y la educación, una deportista que vence sus limitaciones, una sección del ejército especialmente vinculada a la región, tres organizaciones que prestan atención a los enfermos oncológicos y otras cinco que se han encargado de alimentar a los más dañados por la crisis. El Teatro Romano de Mérida acogió anoche la entrega de las Medallas de Extremadura en un acto cargado de emotividad y reivindicación.

La imposición del máximo galardón de la comunidad autónoma tuvo lugar en un acto sin intervenciones de políticos, con máximo protagonismo para los premiados. Sólo el presidente de la Junta, Guillermo Fernández Vara, participó para entregar una de las medallas. Las otras cuatro fueron concedidas por Cruz Roja, la Asociación de Derechos Humanos, la Plataforma del Tercer Sector y el Ateneo de Badajoz.

La Real Sociedad Económica Extremeña de Amigos del País de Badajoz, fundada en 1816, recibió la Medalla por su labor de difusión cultural. Su presidente, Francisco Pedraja, hizo un repaso a la historia de la entidad desde sus orígenes en la Ilustración hasta la actualidad, cuando celebrará su 200 aniversario con el mismo ánimo de apoyar «todo cuanto signifique progreso y desarrollo en libertad».

La única persona reconocida a título individual fue la parapalista Elena Ayuso. Nacida en 1996 en Herrera del Duque, con tres años se trasladó a Badajoz para tratar sus problemas con el lenguaje y el aprendizaje. A los 12 años empezó a practicar piragüismo, deporte en el que es pionera en la especialidad de canoa. En un discurso sencillo y emotivo, expuso que su sueño es que se convierta en realidad el objetivo de la integración y «que el deporte pueda ser practicado por cualquier persona, tenga la discapacidad que tenga». Para ello, pidió que el sistema educativo se adapte a las personas que lo necesiten y que se reconozca la labor de los profesionales.

La Base Aérea de Talavera la Real acoge a la unidad que tiene como principal misión la instrucción de los pilotos de combate del Ejército del Aire. A lo largo de más de sesenta años de historia, ha impartido más de 125 cursos con 2.000 alumnos. También ha estrechado sus lazos con la comunidad extremeña, como su colaboración durante la riada de 1997. El coronel jefe, Ángel Fernández de Andrés, reconoció el trabajo de quienes le han precedido en el cargo y de todos los que han servido y sirven en una base que «ha jugado un papel importantísimo como factor de cohesión en la comunidad».

Atención durante la crisis

Las juntas provinciales de la Asociación Española contra el Cáncer (Aecc) y la Asociación Oncológica Extremeña (Aoex) comparten un premio que distingue a quienes apoyan a los que padecen una de las enfermedades más crueles.

Ana Rosas, en nombre de las delegaciones provinciales de Aecc, destacó que la entidad no ha dejado de dar respuesta a los retos que ha afrontado, que se resumen en luchar contra la enfermedad para mejorar la vida de las personas.

Por su parte, Isabel Rolán, de Aoex, recalcó que el objetivo de la entidad es conseguir una atención integral para los pacientes y acompañar a sus familias rompiendo estereotipos. «Hemos luchado para que la palabra cáncer no sea igual a muerte, sino a enfermedad», afirmó.

El último de los galardones distinguió a varias entidades que persiguen un mismo propósito: combatir el hambre y la pobreza. Las Cáritas Diocesanas de Coria-Cáceres, Plasencia y Mérida-Badajoz, la Fundación Banco de Alimentos de Badajoz y la Asociación Banco de Alimentos de Cáceres recibieron el premio por una labor social de varias décadas que ha sido especialmente importante en los últimos años.

José Manuel López, de Cáritas Mérida-Badajoz, lanzó una llamada para apoyar a inmigrantes y refugiados, «pobres entre los pobres», mostrando el compromiso de las tres diócesis extremeñas a participar en la acogida a las personas que huyen de la guerra en Siria. Carmen de Aguirre, del Banco de Alimentos de Badajoz, destacó la labor todos cuantos colaboran para poder alimentar a 40.000 personas. «Nunca pensamos que esta actividad voluntaria llegara a ser tan necesaria en los últimos años».

El acto se cerró con una intervención de la socióloga e investigadora María Ángeles Durán, quien animó a los extremeños a seguir trabajando para dejar de ser la comunidad con la renta más baja, aunque reconoció que también debe considerarse trabajo a quienes se dedican a cuidar a los demás

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