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Trabajadores en una notaría de Badajoz
Las notarías extremeñas ganan clientes después de seis años de caída libre

Las notarías extremeñas ganan clientes después de seis años de caída libre

Antes de la crisis se firmaban en la región 21 préstamos hipotecarios al día mientras que ahora son 7 gracias al repunte del último año

Antonio J. Armero

Sábado, 15 de agosto 2015, 00:36

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En el año 2007, cuando la crisis era una palabra que solo utilizaban unos pocos adelantados y casi nadie aventuraba lo que estaba por venir, 21 personas pasaban cada día por una notaría extremeña para constituir un préstamo hipotecario. El año pasado, esta media fue de siete. Y_eso gracias al aumento registrado en el último ejercicio, porque doce meses antes, en 2013, la ratio era de 4,8 firmas al día. O sea, en 2013, el sector tocó suelo, y 2014 concedió un respiro. El primero en siete años, según constata el documento Los notarios y los ciudadanos, una publicación del Colegio Notarial de Extremadura y el Consejo General del Notariado.

El estudio plantea una radiografía social y económica de la región a partir de la actividad registrada en estos despachos, por los que es obligatorio pasar para cumplir con determinados actos legales. Y como primer dato a tener en cuenta, el informe detalla que desde 2007 a 2013 el descenso en el número de actos registrados en las notarías extremeñas no dejó de caer. Cada ejercicio fue peor que el anterior. Hasta que llegó 2014, que rompió la tendencia. El año pasado, 152.255 ciudadanos de la región llevaron a cabo 142.222 actos notariales (los hay que implican a más de una persona), es decir, un aumento del seis por ciento con respecto a los números del ejercicio precedente.

El trabajo cotidiano del colectivo pasa por la firma de un amplio catálogo de actos: apoderamientos, actas, constitución de préstamos, protestos, cartas de pago, donaciones, herencias, actos urbanísticos... La mayoría de ellos son ahora menos habituales que antes de la crisis económica. Este descenso ha afectado de forma especial a aquellos actos relacionados con las transacciones inmobiliarias. Entre créditos, préstamos y garantías hipotecarias, se firmaron más de 23.000 en el año 2007, mientras que ahora no llega a los 7.500.

Números ilustrativos

Entre 2007 y 2014, la compraventa bajó en la región un 64 por ciento, una tasa que sería mayor si no fuera porque el último ejercicio de ese periodo concluyó con un aumento del 21 por ciento respecto al anterior. Con un añadido: el importe medio de esas operaciones también descendió. En concreto, en un 27 por ciento.

En el año 2007, el precio promedio era de 780 euros por metro cuadrado (o sea, 78.000 por un piso de cien metros cuadrados), y en 2014 fue de 571 euros. En este punto, Extremadura no se ha comportado igual que el conjunto del país. En el último año, el precio promedio en España se mantuvo, mientras que en la comunidad autónoma bajó un cuatro por ciento.

En cuanto a la constitución de hipotecas, las cifras son elocuentes: en el año 2007 se firmaron 7.864, con una cuantía media de 144.000 euros, y en el último ejercicio fueron 2.543 de 85.000 euros. El hecho de que las notarías extremeñas hayan firmado en 2014 su mejor año desde 2007 se explica en gran modo por el aumento de este tipo de actos, los relacionados con las hipotecas y la compraventa de viviendas. Lo que ocurre es que el descenso había sido tan grande que las últimas cifras siguen llamando la atención cuando se las pone al lado de las que había antes de la crisis.

Entre los actos que han seguido una evolución positiva destacan las renuncias de herencias. Hubo 218 en el año 2007 y 645 en 2014. O sea, un aumento del 169 por ciento, que se queda pequeño frente a la subida del 209 por ciento a escala nacional. En este punto, el Consejo General del Notariado y el Colegio Notarial de Extremadura recuerdan que cualquiera puede renunciar a una herencia. «Si la causa explican son las deudas del fallecido, el notario hará saber al ciudadano que se puede aceptar la herencia denominada a beneficio de inventario, es decir, aquella en la que el heredero solo responderá de esas dudas con lo que herede, y nunca con su propio patrimonio».

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