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Laboratorio de embriología del Cerha, ubicado en Badajoz. :: J. V. Arnelas
Padres y madres gracias al laboratorio

Padres y madres gracias al laboratorio

Hace diez años la región dejó de estar a la cola en reproducción asistida, un aniversario que celebran con 1.800 bebés

J. López-Lago

Domingo, 19 de abril 2015, 00:41

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En uno de los laboratorios del Centro Extremeño de Reproducción Humana Asistida (Cerha), ubicado en Badajoz, hay un corcho con varias fotos de padres radiantes con su bebé en brazos. Si hubiera que señalar su origen, antes incluso de que estuvieran dentro de la madre, habría que ubicar esa génesis en ese mismo laboratorio. Sus progenitores rozaron la desesperación, pero gracias a unas técnicas concretas y los profesionales adecuados consiguieron nacer.

  • es el porcentaje de éxito para las inseminaciones cuando el donante es anónimo. Si es conyugal el índice se rebaja al 12%.

  • es el porcentaje de éxito que manejan para las fecundaciones 'in vitro', una técnica más compleja que ofrece la sanidad pública desde hace diez años.

Algunos de esos retoños rozarán ya los diez años, que es el tiempo que lleva en marcha como tal esta unidad específica del Servicio Extremeño de Salud (SES). Un 22 de abril de 2005 se dio por inaugurado el Cerha y Extremadura dejó de ser una de las tres comunidades españolas que todavía no prestaban este servicio dentro del sistema público. Quien tuviera algún problema de esterilidad tenía que acudir a una clínica privada y pagar por ello.

Este miércoles el Hospital Infanta Cristina de Badajoz celebra un acto para conmemorar el décimo aniversario, un periodo en el que han nacido aproximadamente unos 1.800 bebés, según explica su directora actual, la ginecóloga María Macedo, que habla de un servicio que en su primer año completo de funcionamiento (2005) recibió en torno a 600 consultas y que solo el año pasado contabilizó casi 1.200.

Según dicen las profesionales del centro (la mayoría son mujeres), la esterilidad ha dejado de ser tabú en la sociedad. Ahora las parejas llegan más confiadas y con más información que en los primeros años. Eso no quita que haya que realizar una importante labor pedagógica desde la primera consulta, y que el trato humano cobre una relevancia especial ante parejas que prácticamente llegan llorando porque pasan los años y no pueden concebir.

María Macedo explica que «el Cerha surge de una necesidad observada en las consultas de ginecología», que debían derivar muchos casos en los que la paciente no conseguía quedarse embarazada a otras comunidades autónomas, ocupando los últimos lugares de unas listas de espera que solían ser altas.

En 2002 se elaboraron los primeros informes que aconsejaban que Extremadura tuviera su propio servicio de reproducción asistida más allá de la inseminación. Por aquel entonces, el doctor Ernesto González Carreras ya era un especialista y abrió el camino para que en Extremadura comenzaran a aplicarse técnicas más complejas que aumentaban las posibilidades de ser madres para las extremeñas. La fecundación 'in vitro' empezó a ser una prestación pública y cohesionó un equipo que antes actuaba por separado.

El Cerha abrió bajo la dirección de Juan Francisco García Malpartida, que hasta ese momento había sido director del hospital Materno Infantil de Badajoz. «Yo acepté la dirección del Materno con el propósito de poner en marcha el centro de reproducción asistida. Primero se compraron las máquinas y cuando hubo dinero se hizo la obra. Tardó varios años».

El centro está ubicado en Badajoz, en un área anexa al Materno Infantil con el fin de que sus usuarios gocen de cierta privacidad. Tiene dos plantas en las que hay un quirófano, una sala de despertar con dos camas, dos salas de inseminación, tres consultas médicas, una consulta de enfermería y dos laboratorios (embriología y andrología).

García Malpartida recuerda que en los primeros años la lista de espera era de dos años, un plazo que se logró reducir hasta lograr que la atención fuese inmediata. «Los comienzos fueron duros, pero en mi época llegamos a conseguir que el Defensor del Pueblo nos pusiese como ejemplo de servicio de este tipo».

Según los datos que maneja este especialista, el 2% de la población extremeña nace hoy gracias a los servicios que presta este centro. En total, unos 1.800 niños en diez años.

En 2009 la Organización Mundial de la Salud reconoció oficialmente como enfermedad tanto la esterilidad como la infertilidad en su nuevo glosario de Técnicas de Reproducción Asistida. Concretamente habla de una enfermedad del sistema reproductivo, y se define como la no consecución de embarazo clínico tras 12 meses o más de relaciones sexuales sin anticoncepción.

Por ello se entiende que las facilidades para procrear deben incorporarse a todos los hospitales. Pero hay que tener en cuenta que a la reproducción asistida no accede todo el mundo. Existen restricciones y criterios para marcar las prioridades, sobre todo teniendo en cuentas factores como la edad o si ya tienen hijos sanos. El límite para ser atendida se fija en 40 años (inicio del tratamiento) en el caso de las mujeres y en 55 en el de los hombres (en este caso antes no había tope).

La edad más común de los pacientes oscila entre los 35 y los 39 años, aunque este rango no alcanza el 40% debido a que en Extremadura vienen muchas mujeres del ámbito rural que se adelantan y les entra la prisa por ser madres. «Vienen mujeres jóvenes, sobre todo del entorno rural, donde se casan antes y si a los 25 años no se quedan embarazadas ya se preocupan porque en estos lugares notan la presión social. Nosotros las animamos a que se lo sigan intentando de modo natural», explica María Isabel Jiménez, responsable del laboratorio. De hecho, en estos diez años ha habido unos 400 casos de pacientes que en el periodo que va entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento se han que dado embarazadas.

4% de madres solas

A grandes rasgos, los servicios incluidos en la cartera básica del Sistema Nacional de Salud son de inseminación artificial, mucho más sencilla y para la que no hay lista de espera; y la fecundación 'in vitro' (fuera del útero materno), que requiere el paso por el quirófano. En el caso de la inseminación, si procede del padre el éxito que obtiene el Cerha es del 12%; y si procede de un donante anónimo, del 20%. Para la fecundación 'in vitro' manejan un porcentaje de éxito del 35%, explica Macedo.

Lo que ocurre es que la reproducción asistida es un servicio que se presta con unos servicios mínimos, y después cada comunidad puede regular algunos extras. Se planteó, en este caso en 2010, un programa de donación de ovocitos, el cual nunca se llegó a ejecutar. En este caso prefieren obtenerlos de bancos de ovocitos fuera del SES y fecundarlos en la región. Nunca se contempló crear un banco de semen oprque saldría muy caro.

Por contra, Extremadura es una de las tres comunidades españolas en las que mujeres homosexuales acceden a la reproducción asistida financiada por el sistema público, junto a Asturias y Andalucía.

Esta posibilidad no es una carga excesiva, pues supone entre el 3% y el 4% de quienes acuden a este servicio (ya sean lesbianas o mujeres sin pareja). Tampoco ha provocado, indica Macedo, un efecto llamada desde otras comunidades. Sin embargo, esta prestación que se ofrece en la región hizo ruido cuando en julio de 2013 la entonces ministra de Sanidad, Ana Mato, planteó erradicarla para reducir costes. Su argumento fue que «la falta de varón no es un problema médico».

Por contra, el Cerha sí aplicó el criterio del ahorro en 2013 cuando decidió cerrar sus servicios en el mes de agosto y en navidades, lo que supuso un aumento del tiempo de espera, que rondaba los dos meses, hasta los cuatro aproximadamente, en el caso de las fecundaciones 'in vitro'. Este periodo la directora lo considera aceptable y en cualquier caso, dice, inferior al de otras comunidades.

En este último caso la labor del Cerha se completa con los servicios de ginecología de los hospitales de Coria y Plasencia, donde también practican inseminaciones con el fin de descargar al Cerha, donde se dedican a técnicas más avanzadas. Uno de los objetivos, ya planteado hace más de un año, es ampliar esta prestación a otras áreas de salud.

La disminución del número de hijos y el aumento de la edad media a la hora de ser padres creen que hace razonable consolidar este tipo de prestaciones financiadas por el sistema público.

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