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Inauguración el día 20 del tramo de la EX-A1 entre Coria y Moraleja. Este tipo de actos en la vía se han sucedido desde 2003, cuando se colocó la primera piedra
Los políticos tiran sus últimos cartuchos

Los políticos tiran sus últimos cartuchos

La última semana ha sido trepidante y este mes se han inaugurado desde cafeterías o rotondas a caminos de tierra de un kilómetro de largo

J. López-Lago

Domingo, 29 de marzo 2015, 00:24

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A falta de autovías o aeropuertos, lo mismo vale una rotonda que una cafetería o un camino de tierra. Este martes, día 31, acaba el plazo legal para participar en inauguraciones. Y aunque la obra no haya empezado o ni siquiera exista proyecto, en esta semana que acaba se ha reinventado el concepto de colocación de primera piedra y se ha dado esa solemnidad a actos donde los políticos protagonistas saben que las máquinas tardarán meses en llegar. Ha ocurrido este mes en la terminal ferroviaria del polígono industrial Expacio Mérida (usado en 2007 por el PSOE dos días antes de empezar la campaña electoral) o en la futura plataforma logística de Badajoz.

La agenda de alcaldes y consejeros ha entrado en frenesí y sus gabinetes buscan a toda costa convocar a las cámaras para dar difusión a las tareas realizadas, a medias o previstas. Que en dos días concluya el plazo para este tipo de actos considerados propagandísticos tiene el efecto lógico de que este mes se tome como un sprint final para asistir allá donde se pueda descorrer una cortinilla o cortar una cinta. Pero el verdadero acelerón en las agendas se produjo ayer debido al accidente aéreo de Los Alpes, que provocó tres días de luto que concluyeron el viernes, un periodo en que se paralizaron un sinfín de actos que hay que recuperar. El efecto ha sido una maratón de visitas oficiales este fin de semana impensable en cualquier otra época del año.

Solo en Badajoz, el alcalde Francisco Javier Fragoso visitó ayer sábado las obras del nuevo club de piragüismo y mañana lunes hará lo mismo con el Centro Joven, que no abrirá hasta dentro de un mes como mínimo. Además, ese día tiene previstas cuatro convocatorias más, desde la ampliación de un museo a la compra de autobuses urbanos.

Ejemplos de la urgencia por asistir a actos con una inversión pública detrás hay muchos y variados. El pasado 9 de marzo el consejero de Agricultura, José Antonio Echávarri, inauguró las mejoras realizadas en el camino de la piscina, en Gargantilla (Cáceres), de un kilómetro de longitud; ocho días después la vicepresidenta de la Junta, Cristina Teniente, viajó hasta Peñalsordo para hacer lo mismo con una cafetería; y esta semana el presidente de la Diputación de Badajoz, Valentín Cortés, ha ido hasta a La Siberia para inaugurar una rotonda que une dos carreteras provinciales, la segunda a la que le corta la cinta este mes y la cuarta en lo que va de año.

Definición de inaugurar: abrir solemnemente un establecimiento público, según la Real Academia. De siempre se han celebrado con los trabajos acabados, pero la web oficial de la Junta de Extremadura se anticipaba y destacaba esta semana: «El consejero de Fomento inaugura las obras de remodelación y ampliación de la Hospedería de Alcántara».

Con placa pero cerrado aún

La prohibición de programar este tipo de actos a menos de dos meses para las elecciones fue motivada al observar la alocada carrera en la que entraban los políticos días antes de la cita con las urnas, cuando lo habitual era aprovechar su poder institucional para dar ventaja a sus partidos en vez de exponer a los ciudadanos el programa con el que concurrían a los comicios.

Presentaciones, clausuras, visitas a obras, primeras piedras..., solo el domingo pasado por la tarde la Junta de Extremadura envió quince convocatorias a los medios para dar toda la visibilidad posible a sus consejeros, directores generales y el propio presidente.

En Navalmoral, por ejemplo, el viernes, día 20, se puso la primera piedra de la conexión ferroviaria y la terminal de mercancías del macropolígono industrial ExpacioNavalmoral, el cual fue inaugurado hace dos años y medio y que a día de hoy sigue sin tener empresas. En el caso de Trujillo, Monago ha inaugurado este mes la nueva estación de autobuses. Tampoco está operativa. Esto último, organizar un acto para enseñar un edificio que aún no funciona también lo hizo el presidente de la Diputación de Badajoz hace diez días con la nueva sede de Promedio, donde aún no trabaja nadie.

En general, las grandes infraestructuras suelen ser las más apetecibles: una vía ferroviaria, un aeropuerto, un pabellón o una autovía que entra en funcionamiento es la gran oportunidad para convertir la gestión encomendada por los ciudadanos en éxito.

Pero en esta legislatura de vacas flacas lo más parecido a una gran obra pública ha sido la Ex-A1, autovía a la que los políticos le están sacando partido desde 2003, cuando Ibarra colocó la primera piedra. Une Navalmoral con Moraleja, y los últimos tramos, de apenas diez kilómetros, han sido visitados varias veces en esta legislatura. La última vez fue el viernes pasado, cuando el presidente de la Junta, José Antonio Monago dio la solemnidad necesaria a la apertura de una sección más, ésta de cinco kilómetros entre Coria y Moraleja Este.

Denuncias por actos

La pretensión de figurar en las inauguraciones a veces genera fricciones. En Badajoz ha habido algunas polémicas por el afán de exposición de los políticos durante las campañas electorales. La última fue en el contexto de las elecciones europeas celebradas en mayo de 2014. Entonces el Ayuntamiento de Badajoz no pudo presentar su plan para rehabilitar la Alcazaba, un acto previsto a finales de abril, aunque dicho proyecto estuviera concluido desde varios meses antes. Tras la denuncia del PSOE, la Junta Electoral de Zona consideró que «la presentación del Plan Director de la Alcazaba es un modo de propaganda de los poderes públicos que está proscrito en periodo electoral».

También en Badajoz se impidió en 2011 una visita a la Biblioteca Pública del Estado. El acto estaba organizado a principios de noviembre y como la inversión procedía del Gobierno central, la Delegación del Gobierno preparó una visita ciudadana dos días antes de las elecciones del 20 de noviembre que apearon a Zapatero del poder. El PP denunció ante la junta electoral aquel acto y hubo que suspenderlo.

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