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Planta de biomasa de Mérida, única instalación renovable abierta en Extremadura el año pasado. :: brígido
El parón de las renovables congela la producción de electricidad

El parón de las renovables congela la producción de electricidad

Solo se instalaron 20 nuevos megavatios por la planta de biomasa de Mérida, ya que no se puso en marcha ninguna instalación termosolar o fotovoltaica

Celestino J. Vinagre

Jueves, 12 de marzo 2015, 08:15

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La estadística confirma oficialmente que los años de bonanza de las renovables, que dejaron miles de puestos de trabajo e ingresos en Extremadura, han pasado a mejor vida en la región. El año pasado, por primera vez desde 2005, en la región extremeña apenas se incrementó la potencia total instalada de instalaciones del sector renovable. De hecho, por primera vez en los últimos nueve años, no se instaló un solo megavatio (MW) procedente de la energía fotovoltaica. Tampoco de la termosolar, algo que no pasaba desde 2008. Por supuesto tampoco nada de la eólica (Extremadura es, junto a Madrid, la única región española sin aerogeneradores). En 2014 solo se pusieron en marcha 20 MW gracias a que empezó a funcionar la planta de biomasa de Mérida, proyectada varios años antes.

Extremadura, segunda potencia nacional en termosolar y tercera en fotovoltaica, apenas incrementó el año pasado el total de energía vendida y la potencia instalada gracias a las renovables, su gran filón en la última década. En realidad, a partir de 2007, cuando las instalaciones que producen energía verde revolucionaron el mapa económico regional. En 2005, por ejemplo, la región vendió apenas 13 gigavatios a la hora (GWh) y su potencia instalada renovable se cifraba en solo 23 megavatios. Un gigavatio/hora se corresponde con un millón de kilovatios suministrado en una hora. Un megavatio son un millón de vatios.

En 2014, ya con el freno a las renovables vigente, Extremadura vendió 2.992 GWh y su potencia total instalada fue de 1.467 MW.

La decisión del Gobierno de establecer desde 2012 una moratoria para todas las instalaciones renovables implica que no se permitan nuevas instalaciones e incrementar la generación de electricidad a través de las mismas en España.

En 2013 se abrieron algunas plantas termosolares (dos en Logrosán y una en Talarrubias) pero fue posible porque la restricción gubernamental llegó cuando los proyectos ya estaban aprobados y en construcción.

Evolución

«2014 ha sido el año cero en las renovables. El primero realmente que ha sufrido el impacto de las sucesivas disposiciones legales que han dejado sin actividad al sector y sin proyectos nuevos durante bastante tiempo», resume Eduardo García, secretario general adjunto de la Asociación Española de la Industria Solar Termoeléctrica.

Los datos, según un informe de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), evidencian que en el 2014 se congeló el mapa extremeño de renovables. Sin nuevas plantas fotovoltaicas o termosalares, solo el inicio de la actividad de la planta de biomasa de Mérida consiguió incrementar en 20 megavatios la potencia total instalada que había en Extremadura gracias a las renovables.

El año pasado, los megavatios instalados fueron 1.467. De ellos, 561 de fotovoltaica, 849 de termosolar 20 de energía hidráulica y 37 de biomasa.

Basta comparar la evolución entre 2007 y 2013 para subrayar la relevancia del freno a las renovables en nuestra comunidad autónoma. En 2007 la potencia total instalada era solo de 84 megavatios. Un año más tarde se produjo el primer gran despegue: de 84 a 439 MW. En los siguientes ejercicios la cifra siguió creciendo. 475 megavatios instalados en 2009; 690 en 2010; 869 en 2011; 1.176 en 2012 y 1.447 en 2013.

Esto es, la nueva potencia instalada creció, por ejemplo, en 354 MW entre 2007 y 2008; 307 entre 2011 y 2012 y 271 entre 2012 y 2013.

Al mismo tiempo, Extremadura incrementó el total de la energía vendida procedente de instalaciones que funcionaba con energías verdes.

La Unión Europea ha pedido a sus estados miembros que reactiven la producción de energía renovable de aquí a 2020 para que se pueda cumplir el objetivo 20/20/20. Se trata de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20%; ahorrar el 20% del consumo de energía mediante una mayor eficiencia energética; y que el 20% de la producción eléctrica de cada Estado proceda de fuentes de origen renovable.

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