Borrar
Uno de los carteles que lucen en los hospitales extremeños contra la medicalización de la vida:: A. SOLÉ
Extremadura consume 1,1 millones de envases de antidepresivos al año

Extremadura consume 1,1 millones de envases de antidepresivos al año

Desde 2011 ha crecido casi un 9% en la región y los expertos aconsejan favorecer tratamientos que no pasen por medicamentos

Ana B. Hernández

Domingo, 15 de febrero 2015, 00:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los antidepresivos no curan la infelicidad. Los expertos lo tienen claro. Sin embargo, la realidad es que su consumo viene creciendo de forma notable en los últimos años. En Extremadura, según los datos facilitados por el SES, desde 2011 hasta el pasado año el consumo de estos fármacos ha crecido casi un 9%, rozando el 1.100.000 envases, uno al año por cada habitante de la región.

Las cifras nacionales hablan, incluso, de un incremento mayor. Según un informe de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), conocido este mismo mes, el consumo de antidepresivos en España se ha multiplicado por tres entre los años 2000 y 2013.

Según el SES, el incremento experimentado en el aumento del consumo de antidepresivos es atribuible al envejecimiento de la población. Sin embargo, expertos consultados consideran que se debe a otros motivos.

«La situación de crisis que se viene padeciendo provoca muchas alteraciones en las personas que conllevan también una saturación del sistema sanitario», explica el psicólogo Julián Bermejo. «Esto provoca a su vez que se dé una solución rápida a los problemas, una solución a corto plazo que pasa por la prescripción de fármacos para tratar ansiedades y depresiones, porque se trata de resolver el tapón», añade.

«Hemos creado una sociedad en la que el recurso fácil es la pastilla, en la que se enseña que todo se resuelve con medicamentos, porque nadie está triste, nadie quiere pasarlo mal», valora Antonio Villafaina, farmacéutico y miembro de la Asociación para prácticas innovadoras en polimedicación y salud. Se trata de una organización extremeña integrada por una veintena de profesionales, la mayoría sanitarios, que llevan a cabo diversas acciones formativas para fomentar el uso adecuado de los medicamentos y contra la medicalización de la vida.

En este marco se encuadran los carteles que hoy lucen en los diversos centros sanitarios del SES, como el que ilustra esta información, en el Hospital de Plasencia. Estos carteles formaron parte de la campaña desarrollada el pasado verano dentro del Mes de Seguridad del Paciente. En su presentación entonces, el presidente de la Sociedad Extremeña de Medicina Familiar y Comunitaria, Pedro Rubio Núñez, insistió en que es necesario hacer entender a los ciudadanos que no se debe recurrir a los medicamentos para todo.

«Las emociones son propias del ser humano y a veces nos enfrentamos con problemas vitales, como la muerte de un ser querido, los exámenes, o los desengaños, que no necesitan asistencia sanitaria ni medicamentos», argumentó. Así también se reduciría la sobrecarga asistencia que se produce tanto en Atención Primaria como en las urgencias hospitalarias y que, motivan, según tanto Bermejo como Villafaina, que se receten fármacos para descongestionar el sistema.

'Pastillas, las justas', una campaña extremeña que llega a toda España

  • Con el respaldo de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la plataforma No Gracias, la Asociación para prácticas innovadoras en polimedicación y salud ha lanzado la campaña Pastillas, las justas. El objetivo que persigue es luchar contra la medicalización de la vida, al igual que el resto de acciones de promoción e informativas que ha llevado a cabo la citada entidad extremeña.

  • Pero ahora, su última campaña, Pastillas, las justas llega a todo el territorio nacional, gracias al respaldo de la Organización Médica Colegial (OMC), que la presentará, por boca de su presidente, Juan José Rodríguez Sendín, el próximo 27 en su sede madrileña en el marco de unas jornadas que se prolongarán durante la mañana y la tarde, y en las que se debatirá sobre el abuso de los fármacos y la necesidad de establecer unos principios de prescripción prudente, entre otros asuntos.

«Hay situaciones en la vida que son tristes y que requieren un tiempo de duelo, que no hay que cortar». El experto explica que es positivo terminar la llamada curva del dolor, una u invertida en la que el sufrimiento alcanza una cima para después comenzar el descenso. «El periodo estimado de duración de esta curva, que no tiene por qué ser igual en todas las personas, es de unos seis meses». De tal modo que, una vez transcurrido este tiempo, si los síntomas de ansiedad o tristeza se mantienen, entonces es el momento de buscar ayuda.

«Si la persona no logra recuperar su vida normal, entonces sí hay que tratar su situación, pero antes de ese momento debe tratar de superar el problema desarrollando sus capacidades; no se deben convertir en enfermedad todos los problemas», reitera.

Adicciones

«Tanto en lo concerniente a la salud física como en lo referente a la salud mental, es posible acudir a soluciones que no siempre pasen por los medicamentos», defiende Villafaina. Por ejemplo, en el caso de la salud física, asegura que quizás un dolor de espalda se cura mejor con ejercicios físicos específicos que con pastillas; en el de salud mental, los ansiolíticos o antidepresivos pueden resolver los síntomas en muchos casos, pero no los problemas que los generan. Y los dos expertos recuerdan que no hay fármacos inocuos, que ningún medicamento tiene riesgo cero.

«Todo lo contrario, a veces se toman unos para resolver un problema y lo que se genera es otro mayor, porque se crean adicciones», explica Villafaina.

«Entonces los tratamientos se cronifican y hay que cambiarlos para evitar que se mantenga el enganche de al fármaco de turno y los pacientes lo pasan fatal, y después de tres tratamientos diferentes resulta que el problema sigue, que no se ha logrado ningún resultado», afirma Bermejo. «Por eso, quizás, antes de medicinas hay que estudiar si hay otras alternativas para resolver el problema y no minimizar solo sus síntomas;_tal vez buscando fórmulas para modificar hábitos y comportamientos».

Ambos expertos apuestan por no medicalizar los problemas cotidianos, por no cortar el tiempo de duelo, por asumir que hay situaciones que provocan dolor y tristeza.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios