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Adelaide y Manuel, alcaldes de Portalegre y La Codosera. :: E.R.
Morcilla de cabrito rayano

Morcilla de cabrito rayano

En La Rabaza extremeña sirven platos de cocina 'portuñola'

J. R. Alonso de la Torre

Sábado, 22 de noviembre 2014, 09:10

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El sábado pasado estuve en La Rabaza y comí cabrito. Pero no unas chuletas de cabrito o una paletilla al horno. Eso no tiene mérito. Lo que hizo diferente el viaje fue poder probar una suave y deliciosa morcilla de cabrito, una sabrosa chanfaina de cabrito y una caldereta, también de cabrito.

Pero vamos por partes. En primer lugar, situemos La Rabaza. Se trata de un caserío doble de La Raya. Es decir, una misma aldea separada por la frontera: a un lado queda La Rabaza extremeña, perteneciente al municipio de La Codosera, y al otro, A Rabasa portuguesa, que pertenece al término municipal de Portalegre.

En el lado español, nada más llegar al caserío, nos encontramos un gran edificio: es la Brasería Portugal, un restaurante de comida rayana situado en la misma línea fronteriza. Fui hasta la frontera invitado por la Cofradía Extremeña de Gastronomía, que preside Ángel de Llera. Varias veces al año, los cofrades y sus invitados se reúnen en algún punto de Extremadura, visitan la zona y asisten a una charla y a una comida centrada en alguna particularidad gastronómica como la que nos llevó hasta La Rabaza: «La cocina de la Raya en la campiña de La Codosera».

El alma de esta jornada fue Juanjo Viola, cónsul de Portugal en Cáceres. Su familia procede de La Codosera y conoce como nadie los caseríos singulares de la frontera: El Marco, La Tojera, Bacoco, Pan de Trigo, La Varse, etcétera. Visitamos también El Marco y Marco, otro pueblo doble de la Raya. La Codosera y Portalegre tienen el honor de ser los municipios peninsulares con más pueblos dobles en su territorio. Por esa razón y por otras muchas, a la comida se unieron la Presidente da Cámara Municipal de Portalegre, Maria Adelaide de Aguiar Marques Teixeira, y el Alcalde de La Codosera, Manuel Vilés.

Pero lo que interesa no es el protocolo, sino la gracia de preparar una excursión de fin de semana hasta esta comarca boscosa y serrana que, como decía el alcalde, huele a pueblo y parece, por su verdor y su clima, un rincón de Galicia en Extremadura. A La Codosera es fácil llegar. Si van un sábado, hay un tentador mercadillo con chacina y quesos de la zona. Del centro del pueblo parte la carretera de La Rabaza, que pasa por la popular piscina fluvial del río Gevorete, muy frecuentada en verano por los pacenses, discurre paralela a la feraz campiña y llega hasta la Brasería de Francisco Teodoro y Fátima, que continúan la tradición culinaria de José da Petra y María Serrana.

De la comida con la Cofradía, destaco, como ya he dicho, la insuperable morcilla, la rica chanfaina y la caldereta, todo ello de cabrito. Probamos una sopa de tomate y una açorda (sopa) de poleo espesas de pan y delicadas de sabor. Estaba muy bueno el bacalao al horno y no olvidaré una sorprendente calabaza frita con torreznos.

El problema es que la mayoría de esos platos no aparecen en la carta y, sospecho, hay que llamar para encargarlos (924-404141). La carta es más formal, más lo de siempre si exceptuamos algunas novedades como la exqueisada o ensalada de bacalao (6 euros), el bacalao al horno con espuma de alioli, que preparan los fines de semana (12), o el pollo de campo confitado con gambas (11).

Hay que probar, también en la carta, el surtido de quesos de oveja y cabra (11) y dicen que la sopa de pollo, a la antigua usanza (3), entona mucho. Además de los consabidos solomillos, plumas, secretos, costillas, entrecots, chuletones y lomos, la carta se aventura por terrenos menos trillados con unos pies de cerdo a la brasa (6) o un guiso de ternera con setas silvestres (9). Preparan por encargo arroz de marisco (32 euros la cazuela) y el bacalao lo ofrecen a la brasa o con natas (10.50) y dorado (9.50). Tras los postres portugueses, un paseo a pie hasta la vecina A Rabasa portuguesa, donde, algunos atardeceres, suena una melancólica música de acordeón de origen misterioso, y la excursión será completa.

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