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Del tomate también se aprovecha todo

Del tomate también se aprovecha todo

No solo se come, sino que se saca partido a sus propiedades para hacer cosméticos, combustible e incluso ladrillos

BELÉN FERNÁNDEZ MAZA

Domingo, 14 de septiembre 2014, 09:01

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Dice el dicho que del cerdo hasta los andares. Con el tomate ocurre algo parecido. Esta hortaliza sirve para mucho más que hacer un gazpacho o una ensalada, ya que tiene gran cantidad de propiedades de las que sacar partido antes de tirar los restos. O mejor dicho, antes de comenzar el tratamiento para su descomposición. Parafraseando la cita célebre de Lavoisier sobre la materia, 'el tomate sí se crea pero no se destruye, solo se transforma'.

Se sabe que existen dos tipos de tomate, el fresco y el que se destina a la industria para procesarlo. Este último es la variedad de donde nacen el tomate concentrado, los zumos y las salsas como el ketchup o el tomate frito.

El 80 por ciento del tomate de industria español se produce en Extremadura. Desde el año 2000 hasta este año, la productividad del cultivo en la región se ha incrementado de 52 a 78 toneladas por hectárea gracias a las mejoras de las técnicas agrícolas, entre otros factores. Además, este año, según la revista del Observatorio Tecnológico del Tomate de Ctaex, España será uno de los países del mundo donde más crezca la producción del tomate procesado. En comparación con el año anterior se incrementará un 30%, lo que sitúa al país en el cuarto puesto con más crecimiento a escala mundial.

En la campaña de 2013 se produjeron en Extremadura un millón y medio de toneladas de tomate procesado. De esta transformación se originaron residuos que constituyen entre un tres y cuatro por ciento de la producción total.

Subproductos

Esos subproductos tienen una nueva vida gracias a su reutilización. Se trata de pieles y semillas (subproducto orgánico sólido) y de lodos (extraídos de las depuradoras de las fábricas donde se lavan). Es entonces cuando comienza la valorización de los 'residuos' agroalimentarios. A partir de ahí, se investiga qué se puede hacer con los restos de las industrias para aprovecharlos, ya que el tomate es muy beneficioso para el hombre.

Esta es una de las tareas de centro de investigación Ctaex y, en concreto, de Ascensión Ciruelos y Rosa de la Torre, principales coordinadoras de los proyectos que utilizan como materia prima esta hortaliza.

Se puede establecer una clasificación de todo lo que se logra fabricar con estos subproductos. En primer lugar, la obtención de ingredientes activos que se extraen de las pieles y las semillas: fibra, licopeno y aceites. La fibra se obtiene de las pieles una vez deshidratadas (secas) y puede ser incluida en la fabricación de bollería, enriquecimiento de pasta y derivados de cereales. El licopeno, responsable del color rojo del tomate, es una molécula con alta actividad antioxidante relacionada con la disminución de los factores de riesgo que inciden en las enfermedades cardiovasculares. Y las semillas son ricas en grasa y en vitamina E, por lo que se extraen de ellas aceites que pueden ser utilizados en alimentación y en cosméticos.

En general, estos componentes pueden servir de materia prima para aplicarlos en alimentación, productos cosméticos para el sol (ya que actúan como barrera), fitoterapia o evitar la oxidación de los embutidos.

Pero no se queda aquí el aprovechamiento del tomate, además se pueden elaborar combustibles o biogás; biobarniz que recubre el interior de las latas de tomate que se usan en las fábricas; sustratos para fermentaciones industriales o por métodos biológicos; alimentación de animales; y compostaje, que es una técnica que imita a la naturaleza para transformar los restos orgánicos y que se utiliza para la tierra.

Perfumes

La tomatera también se puede aprovechar. Con la planta que queda tras la recolección de la siembra se pueden elaborar aceites esenciales, y perfumes con la hoja de la mata. En el mejor de los casos, actualmente los agricultores suelen revolver la planta con la tierra para aprovecharla orgánicamente; en el peor, las queman, lo que resulta perjudicial.

En los últimos años, diversos estudios recomiendan el cese de la quema de rastrojos, tanto para reducir la erosión y desertización como para evitar incendios involuntarios provocados por el viento, que lleva las briznas ardiendo a lugares cercanos de forma incontrolada.

El lodo que surge en las depuradoras también resulta útil. En este caso puede ser destinado a fabricar fertilizantes, y además, material de construcción como ladrillos. Éstos tienen menos resistencia mecánica, pero a cambio cuentan con varias ventajas por la materia orgánica que llevan en su interior. Cuando se calcina, se consigue aumentar la resistencia térmica y también la acústica. Además, es más respetuoso con el medio ambiente.

En los tiempos que corren, el conveniente reducir al mínimo los residuos para proteger el planeta. De esta forma, los científicos procuran investigar para fabricar lo que ellos llaman «coproductos».

En Extremadura, si abunda algo, es el cerdo y el tomate. Productos autóctonos de los que se intenta aprovechar hasta el último gramo. Comprobado está que puede convertirse en una actividad muy beneficiosa en varios ámbitos: el económico, el nutricional y el medioambiental. Residuo que se reutiliza es residuo que desaparece.

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