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Sala central del edificio sede del Centro de Urgencias y Emergencias 112 en Mérida.
«El problema del 112 es que no siempre hay recursos disponibles»

«El problema del 112 es que no siempre hay recursos disponibles»

El centro de urgencias y emergencias sigue protocolos establecidos para evitar errores, pero no siempre dispone de los medios adecuados

Juan Soriano

Jueves, 28 de agosto 2014, 00:07

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El pasado 14 de agosto, Julián Barragán, de 36 años, falleció en Almendralejo poco después de que una ambulancia convencional, sin personal sanitario, le trasladara al hospital de la localidad. Para la familia, el Servicio de Urgencias 112 actuó mal, ya que debería haber enviado a profesionales sanitarios para atender la emergencia. Para la Administración regional, se cumplió el protocolo establecido y se movilizaron los recursos necesarios.

¿Dónde está el límite que permite definir una correcta o incorrecta intervención del 112? El sistema funciona con protocolos establecidos para atender cada caso con la máxima eficacia, pero también influyen otros muchos factores. Entre ellos, los recursos disponibles. En el caso citado, difícilmente se habría podido movilizar una Unidad Medicalizada de Emergencias (UME o UVI móvil), ya que Almendralejo no dispone de este servicio y el más cercano está en Mérida. Aunque fuentes que prefieren no identificarse sostienen que tampoco hubiese hecho falta. Se decidió contar con una ambulancia convencional para trasladar al paciente al hospital más cercano, que por suerte está en la misma localidad, por lo que no era necesario contar con personal sanitario. Además, en principio se evaluó como un coma etílico sin grandes dificultades. Nadie sospechó que se trataba de una hemorragia interna.

Según explica la Administración regional, el protocolo de actuación se inicia cuando el operador recibe la llamada de un alertante. En primer lugar, hace un breve cuestionario sobre la situación de la emergencia y el carácter de la misma.

Con esos datos básicos, el operador pasa la llamada al técnico que corresponda según el tipo de emergencia. Hay tres categorías, Seguridad (para lo que se cuenta con Policía Local, Nacional y Guardia Civil), Sanidad (médicos y enfermeros) y Rescate, Salvamento e Incendios (bomberos y agentes forestales). El técnico sectorial es quien valora la emergencia, a través de un cuestionario que se hace al alertante, y el que activa un recurso según los datos aportados por éste.

La Consejería de Hacienda y Administración Pública señala que en ocasiones la emergencia es multisectorial, para lo que se necesita la intervención de varias categorías. Por ejemplo, en un accidente con heridos y atrapados y con invasión de la calzada será necesaria la intervención de sanitarios, bomberos, cuerpos de seguridad y mantenimiento de carreteras.

Agosto es el mes del año en el que se reciben más llamadas de emergencias

  • Agosto es el mes del año en el que se atienden más llamadas en el 112. Las alertas por incendios forestales y los accidentes de tráfico por las vacaciones disparan en estas fechas la actividad en el servicio regional de urgencias.

  • Según los datos de la memoria del 2013, el centro 112 atendió el pasado año una media de 2.459 llamadas diarias. Como es lógico, la distribución no es constante y hay picos de actividad. Agosto fue el mes con más llamadas atendidas con un total de 2.930, mientras que noviembre resultó el más tranquilo con 2.163.

  • Los días con más actividad fueron sábados y domingos, con un promedio de 2.654 y 2.635 llamadas, respectivamente. Lunes, martes, miércoles y jueves no llegaron a 2.400 y los viernes se pasa de 2.500.

  • Por horas, el máximo se situó entre las 16.00 y las 17.00 horas, con una media de 175 avisos, casi tres al minuto. También hubo picos de 19.00 a 20.00 y de 22.00 a 23.00 horas. De madrugada la actividad se redujo, pero no bajó de 30 llamadas por hora.

  • os datos estadísticos resultan fundamentales no sólo para evaluar el servicio, sino para establecer refuerzos de personal en fechas señaladas. No es lo mismo atender urgencias en un mes como agosto, con 451 incendios forestales declarados el pasado año, que enero, cuando sólo hubo 33 avisos de esta tipología.

  • Los indicadores de actividad también facilitan la organización del trabajo. El traslado desde las antiguas instalaciones del Paseo de Roma en Mérida al nuevo edificio en el barrio de San Lázaro se llevó a cabo la noche del 8 al 9 de marzo de 2011, ya que según estadísticas era el día con menos actividad del año. El 112 no puede parar.

En estos casos, el operador transfiere la llamada al jefe de sala que, de manera simultánea y conjunta, y siempre según los datos que proporciona el alertante, activa a todos los sectores y recursos necesarios.

«Por tanto, el operador de sala, quien recoge la llamada en primera instancia, ni valora el incidente ni activa los recursos», añade la Junta de Extremadura. «Esto siempre lo hace un profesional del sector implicado en la resolución».

Pero, ¿qué sucede si falla alguno de estos pasos? Porque puede fallar, ya que al fin y al cabo se trata de personas, sujetas a estrés, picos de actividad... No es lo mismo atender una llamada al inicio del turno que a su conclusión, después de siete horas de intenso trabajo. Sin embargo, en la mayor parte de las ocasiones los posibles fallos del sistema no se deben al funcionamiento del servicio. Según los datos de la memoria del pasado año, en 2013 el 52% de las 897.675 llamadas recibidas fueron declaradas nulas e improcedentes, por lo que no se movilizó recurso alguno.

En muchos casos, se trata de bromas o falsas alarmas que requieren una evaluación y por tanto un tiempo de dedicación que resulta estéril. El dato es significativo, pero más si se tiene en cuenta que se trata del mejor porcentaje en la serie histórica del servicio.

En 2005 y 2006 las llamadas denominadas huecas representaron el 90% del total. Esto explica por qué el pasado año fue el de más actividad en cuanto a servicios gestionados, con 430.000 llamadas activas por 334.000 del 2012 y 366.000 del 2011, máximo hasta 2013.<

En otros casos el alertante no quiere identificarse. El sistema genera un aviso automático, pero no se genera la emergencia y por tanto no se movilizan recursos. Fue lo que ocurrió en la madrugada del 22 de julio de 2008 cerca de Santa Amalia. Un joven recibió un disparo y fue abandonado malherido junto a un camino. El 112 recibió dos llamadas, una desde esa localidad y otra desde Medellín, avisando de que había una persona herida dentro de un coche. Pero como los alertantes no se identificaron se siguió el protocolo establecido y no se activó ningún recurso. La víctima falleció horas después y el autor del crimen fue condenado por asesinato.

Más habitual es que el alertante se muestre nervioso, incluso con ansiedad, y no sepa dar información básica sobre el incidente en cuestión. En estos casos, los técnicos no dudan en devolver la llamada las veces que sean necesarias para recabar toda la información que sea posible.

Con todo, el trabajo del 112 se realiza en buena parte a ciegas, a partir de unos datos que no siempre son fiables o que están plagados de errores. Pese a ello, existe una máxima: mejor actuar por exceso que por defecto. Rellamar y movilizar antes que lamentar una desgracia.

Mejor por exceso

Sin embargo, también tiene que haber un equilibrio y hay que optimizar recursos. «Sobre todo sanitarios, porque son escasos», explica una de las fuentes consultadas por HOY. En una ocasión se envió la UME de Badajoz a atender una emergencia que resultó no ser tan grave como se temía. Y poco después saltó un aviso por una parada cardiorespiratoria. El recurso necesario estaba comprometido sin necesidad.

Pero cuando se cumple el protocolo, se obtienen los datos necesarios, se evalúa correctamente y se deciden los medios adecuados, en ocasiones surge un nuevo inconveniente. «El problema del 112 es que no siempre hay recursos disponibles, especialmente en sanidad».

Las 430.000 llamadas del pasado año correspondieron a 79.794 incidentes (un solo caso genera muchos avisos). La mitad corresponde a cuestiones sanitarias. De los 78.969 recursos movilizados por el centro, 46.591, el 59%, formaron parte del Servicio Extremeño de Salud. En cuanto a las 16 Unidades Móviles de Emergencias, son activadas unas 10.000 veces al año. Las más utilizadas en 2013 fueron las de Badajoz (1.636) y Cáceres (1.330); y las que menos, las de Caminomorisco (232) y San Vicente de Alcántara (275). También hay recursos de este tipo en Jerez de los Caballeros, Mérida, Don Benito, Herrera del Duque, Cabeza del Buey, Zafra, Azuaga, Cañamero, Coria, Plasencia, Jaraíz de la Vera y Navalmoral de la Mata. Garantizan la atención a cualquier extremeño en menos de media hora de desplazamiento. No hay ninguna en Tierra de Barros, la comarca de la que es capital Almendralejo. Pero tampoco hay hospitales en todas las comarcas. Se trata de gestionar los recursos disponibles.

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