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Antonio J. Armero
Domingo, 3 de agosto 2014, 08:26
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Cada mes de agosto, Granadilla vuelve a parecerse un poco a lo que fue durante décadas. Las calles del pueblos que a principios de los años sesenta se quedó sin vecinos por culpa del embalse de Gabriel y Galán volverán a llenarse de jóvenes a partir de mañana, gracias al Programa de Recuperación y Utilización Educativa de Pueblos Abandonados (PRUEPA), que se desarrolla en otros dos municipios españoles: Búbal (Huesca) y Umbralejo (Guadalajara).
El primer lunes de agosto es la fecha marcada para el comienzo del turno inicial de los cuatro en los que está dividida esta iniciativa «que forma parte de los programas nacionales para la educación complementaria de alumnos y que pretende un acercamiento a la vida rural de los jóvenes que, en su mayoría, viven en un mundo urbano», según figura en las bases de la convocatoria.
A ella se apuntan centros educativos de distintas comunidades autónomas españolas. De hecho, en el programa que se desarrolla no durante el verano sino coincidiendo con el periodo lectivo -en determinadas fechas de mayo, junio, septiembre y octubre- participaron el año pasado estudiantes de Castilla y León, Asturias, Cantabria, Castilla La Mancha, Madrid, Murcia, Valencia, Andalucía y Galicia. Y desde la mayoría de estos lugares volverán a acudir al municipio del norte extremeño a lo largo de este mes de agosto.
Cada uno de ellos pasará una semana en este municipio que es propiedad del Estado excepto la iglesia, que es del Obispado. «Actualmente -cuenta el Ministerio-, el pueblo cuenta con unas cincuenta edificaciones recuperadas, utilizadas todas y cada una de ellas por el programa educativo: viviendas para los alumnos, profesores y equipo de Granadilla, talleres, iglesia, biblioteca, museo etnográfico, escuela antigua, casas típicas, sala de reuniones, pista polideportiva, piscina, anfiteatro, vivero, salón de usos múltiples, sala de animación y convivencia, almacenes, lugares para los aperos de agricultura y ganadería, instalaciones para los animales (vacas, cerdos, ovejas, gallinas, pavos, patos, burros)».
Oficios tradicionales
Esa infraestructura permite el desarrollo de talleres que para muchos de los escolares suponen el descubrimiento de un mundo hasta entonces desconocido. La Consejería de Educación y Cultura es la encargada de diseñar y desarrollar las actividades, que abordan materias como la albañilería, jardinería, agricultura, ganadería, artesanía, carpintería, cestería o alfarería, entre otras.
El Gobierno regional explica que también aporta el personal necesario para el desarrollo del programa: dos docentes, un cocinero, dos ayudantes de cocina, tres camareras-limpiadoras, un oficial de primera y otro de segunda, seis educadores y dos monitores.
Durante las dos primeras semanas de agosto, los participantes serán alumnos de tercer y cuarto curso de Enseñanza Secundaria Obligatoria y de programas de cualificación profesional, mientras que en las dos últimas, quienes viajarán hasta el municipio extremeño serán estudiantes de Bachillerato y Formación Profesional de Grado Medio. En cada uno de esos cuatro turnos, el número máximo de plazas es de 75 (en Búbal y Umbralejo son cincuenta), por lo que en el caso de que se cubrieran todas, serían trescientos los menores que al finalizar este mes de agosto habrían pasado por Granadilla, el pueblo extremeño sin vecinos pero que sigue en la memoria de quienes nacieron en él, y probablemente, también de aquellos que durante una semana, ayudaron a ir devolviéndole el aspecto que tuvo.
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