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Grupo de ciclistas pacenses esta semana. En verano se ven más por las carreteras
Ciclistas amenazados

Ciclistas amenazados

De cada cien adelantamientos de coches a bicis, dieciséis pasan a menos de metro y medio, según un estudio de AXA en la región

J. López-Lago

Domingo, 13 de julio 2014, 00:49

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Dice David Luna, placentino que sale a rodar con su bici de carreras cada fin de semana por el norte de Cáceres, que es una pena que un deporte tan bonito sea tan peligroso. En verano, cuando cientos de ciclistas aficionados aprovechan las vacaciones para hacer deporte pedaleando y evadirse de la rutina gracias a los paisajes, el riesgo por las carreteras extremeñas se multiplica, sobre todo para los que van a dos ruedas.

El estado de los arcenes, pero sobre todo que muchos conductores pasen a toda velocidad pegados a los grupos de ciclistas, tiene en alerta a la comunidad ciclista. Muchos se decantan por la bici de montaña solo por no exponerse a un posible impacto que puede ser mortal.

En la provincia de Badajoz hubo el año pasado 12 accidentes en los que se vieron ciclistas implicados, cuatro más que un año antes, cuando se registró un fallecido. En lo que llevamos de 2014 la cifra ya va por nueve accidentados, dos de ellos heridos graves, según los datos aportados por la Dirección General de Tráfico. En Cáceres la cifra de heridos registrados por la DGT en los meses transcurridos de este 2014 es también de nueve, cuatro de ellos heridos graves. En total, 18 heridos en poco más de un año. Más de la mitad fueron en las carreteras de la región y el resto en alguna calle o avenida urbana.

Aunque las cifras no parezcan altas, sí lo son teniendo en cuenta el reducido número de bicicletas que circulan por las carreteras. Además, no hay que olvidar que entre 2011 y 2012 el colectivo de ciclistas fue en el único, en España, en el que no descendió la siniestralidad (subió un 47 por ciento con 72 muertos), cuando sí bajó en turismos (menos 11%), peatones (menos 1 %), motocicletas (menos 13%) y ciclomotores (menos 10%)

Los aficionados a la bici se quejan de que muchas de estas muertes son evitables y de que cada vez que salen a carretera no ganan para sustos. «Se debe dice el aficionado pacense Juan Antonio Perera a que muchos conductores no conocen el Código de Circulación, el cual permite adelantar a los grupos de ciclistas pisando la raya continua, siempre que haya visibilidad y ningún obstáculo enfrente, con el fin de no acercarse a más de un metro y medio de los ciclistas. Pero casi nadie lo hace».

Un estudio con sensores

Si existe una bici en casa y hay deseos de usarla bien valdría darle la vuelta al dicho y afirmar que mejor mal acompañado que solo. A la hora de pedalear en carretera dicen los habituales de esta práctica deportiva que prefieren hacerlo en grupo por seguridad.

Un ejemplo es Grupeta 9,30, una pandilla de amigos aficionados al ciclismo que se creó en Badajoz debido a que a muchos les daba miedo salir a rodar en solitario. Perera, uno de sus miembros, ya se ha llevado alguna sorpresa desagradable mientras avanzaba resoplando sobre su manillar. «Cuando salía de manera individual me veía inseguro porque cuando el coche te ve éste ya está casi encima de ti. Si vas solo vas vendido. Por eso se fundó este grupo. Estamos unos cuarenta, y salimos todos los días unos ocho o diez de media. De este modo, nos hacemos más visibles, aunque esto tampoco te libra de sustos. Muchos coches siguen pasando demasiado cerca».

Uno de cada cinco conductores no respeta la distancia mínima de seguridad (de 1,5 metros) cuando adelanta a un ciclista, a pesar de que el momento del adelantamiento es uno de los más peligrosos para este colectivo, según un estudio llevado a cabo por el Centro de Estudios Ponle Freno-Axa de Seguridad Vial. Esta amenaza no es algo subjetivo. El estudio lo realizaron dos ciclistas amateurs que recorrieron durante julio y septiembre del año pasado más de 7.600 kilómetros por ocho comunidades autónomas, entre ellas Extremadura. Iban equipados con un aparato especial para medir la distancia a la que les adelantaban los vehículos. En total participaron en más de 30.000 adelantamientos. De ellos, el 19 por ciento no respetaban la distancia de seguridad, índice que bajó al 16 por ciento cuando atravesaron la región extremeña.

Según señala el estudio de Axa, este tipo de adelantamientos considerados como una infracción grave multada con 200 euros y 4 puntos son más comunes durante las mañanas y cuando el nivel de tráfico es alto. Entre las conclusiones, avaladas por la DGT, se indica que ya que hoy día muchas persona llevan cámaras de vídeo acopladas al cuadro o el casco, que usan esas imágenes para denunciar.

Pitadas que asustan

En el grupo de David Luna, de la Peña Cicloturista Placentina, tuvieron la desgracia de que un compañero falleciera cuando un coche lo embistió por detrás en la antigua N-630, entre Plasencia y Hervás a las ocho y media de la mañana. Esto no los ha desanimado a la hora de seguir usando la bici, pero les mantiene alerta. «Salimos sábados y domingos y en cada ruta comprobamos que los conductores no saben el código de circulación. Desconocen que cuando hay un grupo se puede ir en paralelo, por eso nos llevamos tantas pitadas. Se debe a que la gente, con tal de no pisar la raya continua pasa justo a tu lado sin respetar el metro y medio de seguridad, así que cada vez que nos adelanta un camión o una furgoneta nos llevamos un susto por el aire que levantan. Pueden llegar a desequilibrarte. Ten en cuenta que nosotros vamos a veinte o treinta por hora y algunos te pasan a cien o más. Yo he pasado miedo muchísimas veces y también he visto caídas de compañeros».

Este verano seguramente entre en vigor el nuevo Reglamento de Circulación. Buena parte de sus novedades se centran en la bicicleta. Se debe al interés de la Administración en fomentar el uso en las ciudades de este medio de transporte alternativo con el fin de aligerar el tráfico en zonas urbanas. Y también a que cada vez hay más gente pedaleando y conviene regular algunos aspectos para evitar conflictos con peatones y demás vehículos.

El nuevo texto legal, por ejemplo, contempla la posibilidad de que circulen por autovía, tal y como adelantóel pasado mes de junio la Dirección general de Tráfico cuando hizo público el borrador del texto. Ni Luna en Plasencia ni Perera en Badajoz se atreverían a pisar las autovías en sus rutas.

Pero el cicloturismo es una afición que va a más. Basta preguntar en la tienda Bicicletas Blas Lillo, de Mérida, para confirmarlo: «La cifra de ciclistas ha repuntado porque hay más gente en paro y salen a hacer rutas. La gente rescata sus viejas bicis de carretera que tienen en casa y las traen para que le hagamos una puesta a punto», cuenta José Luis, el encargado.

Solo hay que ver las carreteras extremeñas en los últimos años, sobre todo a primera hora en verano, para ver que la afición crece. Lo habitual, explican David Luna y Juan Antonio Perera, es elegir las vías secundarias en un radio de unos ochenta kilómetros desde su localidad.

El problema muchas veces es su estado. Según ha observado Perera, «en los últimos años se nota que se gasta menos dinero en mantenimiento de carreteras. Se pasa menos a limpiarlas y se ven con más frecuencia animales muertos que hay que esquivar, sobre todo en carreteras comarcales. En este tipo de vías lo que ocurre es que como tienen muy poco tráfico el conductor suele ir más rápido y relajado, pero de repente en un cambio de rasante, aparece un grupo de ciclistas y puede ocurrir algo grave».

Cuenta Enrique Floriano, medallista paraolímpico en natación y participante en innumerables pruebas de triatlón internacional con la selección española, que cuando le toca entrenar en bicicleta no se le ocurre elegir vías si arcén. Él siempre va con guía o en tándem pues su discapacidad es visual. Pero detecta a la perfección la calidad del asfalto por el que rueda. «La mayoría de los arcenes dice están muy sucios y hay casos, como el de la carretera que va de Badajoz a Olivenza y que conozco bien donde los reflectantes están metidos dentro del arcén. A nadie se le ha ocurrido pensar que un bache en una bici puede provocar un pinchazo, caerte por su culpa y hacerte mucho daño».

La bici en la ciudad

De todas las grandes poblaciones extremeñas, Badajoz es en la que más se ha notado el incremento de ciclistas urbanos. Alvaro Trianes, miembro del colectivo Masa Crítica en este municipio, cree que el problema es que no se da publicidad a las normas y muchos conductores no saben que las bicicletas deben ir en la calzada por la parte central del carril, no por el extremo derecho.

Precisamente esto último, basado en no ocupar la parte más a la derecha de la calzada lo tienen muy presente en el grupo de ciclistas de carretera en el que participa Juan Perera. Según cuenta, ellos prefieren invadir parte de la calzada, algo que es legal y que muchos conductores desconocen. «De esa manera el coche que nos adelanta tiene que hacerlo como si fuéramos un vehículo especial, por ejemplo un tractor, ya que si solo usas el arcén al final te pasan tan cerca que a veces hasta se mueve la bici». Pero la consecuencia, dice, es que tienen que soportar pitadas habitualmente.

Ya ha habido normas que se han adelantado al nuevo Reglamento y están en vigor desde el pasado mes de marzo. Una es la obligatoriedad del casco en menores de 16 años. Quien incumpla la ley se arriesga a una multa de 200 euros que tendrán que abonar sus tutores legales.

En Badajoz la Policía Local ya está advirtiendo dice Trianes por experiencia de que se debe ir con casco. «Se trata de una campaña informativa. Lo curioso es que los agentes también llaman la atención a los adultos, para quienes no es obligatorio llevar casco», explica el miembro de Masa Crítica. La futura reforma del Reglamento de Circulación contempla, según adelantó la DGT, que se puede prescindir de esta protección en cuestas prolongadas o en condiciones extremas de calor. Sin embargo, Trianes matiza que esta excepción ya existía, igual que el uso obligado del timbre para advertir a usuarios de la misma vía.

«Normas para ciclistas prosigue hay muchas, el problema es que no se conocen por parte de los conductores o de algunos ciclistas. Echo de menos campañas informativas, pues no se hacen políticas en este sentido desde la Administración. En Badajoz, donde cada vez hay más ciclistas, es cierto que se han creado últimamente aparcamientos para bicis y un sistema público de alquiler, pero carteles aún no he visto ninguno», se queja

A él le ha ocurrido, por ejemplo, que un conductor le recriminara de mala educación que no fuera con su bici por el carril reservado a taxis, autobuses y motos.

También es frecuente que en las ciudades los ciclistas se muevan por la acera y lleguen a un punto en que han de cruzar la calzada. Por eso otro conflicto se da en los pasos de peatones. Es frecuente ver a algunos que pasan en bici y otros que desmontan y cruzan andando empujándola, que sería lo correcto. En Badajoz se ve a menudo a la Policía Local haciendo esta advertencia moviendo gráficamente dos dedos de la mano.

El Reglamento de Circulación que está preparando la DGT contempla la figura de la acera-bici, un espacio que existe de facto pero que no se ha terminado de regular. Según el anteproyecto, se circulará a una velocidad moderada, atendiendo a la irrupción de peatones, que no podrán caminar por ellas salvo para atravesarlas, siendo la preferencia de paso para ciclistas.

Un ejemplo de estas aceras-bici es la que hay en el paseo fluvial y Circunvalación de Badajoz, o la del Puente Lusitania de Mérida, donde el Ayuntamiento rotuló una simple raya para designar el espacio dedicado a los ciclistas. A Álvaro Trianes no le gusta esta fórmula. «Es una solución muy improvisada. Tiene todo lo malo de una acera y nada de lo bueno de la calzada. En mi opinión es mejor hacer un buen carril bici o ir por la calzada respetando las reglas».

El otro punto sobre el que conviene hacer campaña son las rotondas pues ahí los ciclistas reconocen sentirse indefensos. Según explica David Luna, los conductores no saben que cuando entra un grupo se considera como un solo vehículo y hasta que no sale el último los coches no pueden pasar».

Pese a todo, Perera es optimista y cree que la relación entre conductores y ciclistas está mejorando en los últimos años. Se basa, cuenta, «en que si antes éramos cien los que íbamos en bici, ahora somos mil que también somos conductores y respetamos al que va en bici, además de nuestras familias, que ya ven la carretera como un espacio que hay que compartir para que no le pasa nada a nadie».

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