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Alejandro Vélez (núm. 2) y Jacinto Díaz, candidato. :: G. C.
A la derecha de la derecha

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El Partido por la Libertad cuyo eslogan es 'Primero los de casa' lo lideran un exlegionario y un funcionario de prisiones

J. López-Lago

Miércoles, 20 de mayo 2015, 07:41

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«Que no te toquen los huevos, primero los de casa». Probablemente no exista eslogan más directo que el del Partido por la Libertad, que en Almendralejo se presenta a las elecciones municipales con el exlegionario Jacinto Díaz Campomanes a la cabeza.

Para acompañar la frase anterior, en esta campaña él y su número dos, Alejandro Vélez, un funcionario de prisiones de Badajoz, han empezado a repartir cajas con media docena de huevos y una pegatina de una gallina con un altavoz. «El otro día una mujer nos dijo que tenía necesidades y le dimos varias docenas. Los rumanos no se acercan, se nos quedan mirando», según Díaz.

El candidato de este partido que propone la exención total de impuestos a empresarios con un 95% de trabajadores autóctonos tiene 47 años, es chófer de una empresa de montajes industriales y esto le ha llevado a viajar por todo el mundo. «En Marruecos pones un crucifijo y nos lo hacen quitar y aquí ...», se calla prudente e indignado este candidato que no se considera racista ni comparte que su partido sea tachado de xenófobo. «Tengo muchos amigos rumanos y gitanos, que saben que no tenemos nada contra ellos, sino contra aquellos que no se comportan», dice en su descargo. Otro punto de su programa es que los incívicos trabajen en beneficio de la comunidad como pena sustitutiva de la multa. También hablan de parar tanto los desahucios como las ocupaciones.

Según Jacinto Díaz, su partido no está a la derecha de la derecha ni es ultra. «Llega un momento en que te sientes discriminado en tu propia tierra. Esto es un partido de patriotas y punto. Yo no soy adorador de Franco ni de cualquier líder de izquierdas. Solo somos de los que queremos que Cataluña, igual que Extremadura, esté dentro de España». Así sintetiza la posición ideológica su líder, presidente de la primera y única hermandad de legionarios de Extremadura y que admite no entender mucho de política. Ha dado el paso, dice, para evitar que en su pueblo la situación se vuelva «caótica».

Manos Limpias detrás

El Partido por la Libertad no es una anécdota electoral ni una formación surgida como un champiñón. Tiene detrás al sindicato Manos Limpias y se presenta en localidades de varias provincias: Madrid, Burgos, Vizcaya, Sevilla, Cádiz o Málaga. Todos comparten el color naranja de fondo y las siglas PXL. Que en Almendralejo (35.000 habitantes) haya surgido una estructura local no es casual. La capital de Tierra de Barros tiene censados de forma estable unos 4.000 inmigrantes, más de la mitad rumanos, y en campaña sube la cifra. Esto ha provocado algunas tensiones en la localidad desde hace más de una década, cuando llegaron las primeras oleadas de extranjeros para trabajar en el campo. Era la época en que sobraba trabajo en la construcción y la vendimia empezó a ser una tarea dura y mal pagada en comparación con otras alternativas.

Con la crisis ha habido que integrar a toda la población que se ha quedado en el pueblo. Hay nuevas ordenanzas y las ya existentes se aplican con un rigor máximo, con multas por ensuciar los parques con cáscaras de pipas, por formar grupos de personas paradas en una acera obstaculizando el paso o por habitar una sola vivienda demasiadas personas.

Existe un barrio, el de San José, donde se ha abierto una comisaría nueva en 2013. Justo allí reside la mayoría de personas de nacionalidad rumana, de ahí el apodo de 'Bucarest' a esta parte del pueblo. «Justo al lado vivo yo, aquello es un gueto, como el Bronx», dice el candidato del Partido por la Libertad antes de relatar pequeños actos delictivos que han sufrido conocidos suyos y lamentar que casi nunca paguen por ello. «Es que ya ni los denuncian porque no tienen dinero».

El último episodio que pudo amenazar la convivencia vecinal ocurrió en el verano de 2013, cuando dos jóvenes rumanos fueron acusados por dos chicas de haber sido violadas. El hermano de una de las presuntas víctimas movilizó a parte del pueblo, la respuesta fue mayor de la esperada y por unos días cristalizó un sentimiento xenófobo en el que parte de la población reclamó mayor seguridad para los suyos. «A aquel chaval el alcalde (del PP) no le hizo ni caso y fue este partido el que le facilitó un abogado y un sicólogo a las muchachas», dice Jacinto Díaz, que hace años estuvo afiliado al PP, pero no le gustó lo que vio.

Ya hubo en 2011 una experiencia similar en Almendralejo, Democracia Nacional, un partido que según Díaz sí era de ultraderecha. Algunos de los que van en la lista del Partido por la Libertad se interesaron por esta formación, pero apenas duró en el tiempo. Obtuvieron 150 votos, el 0,8% de los almendralejenses cuando para obtener un concejal era necesario rondar los 900 votos. «Ahora es distinto, aquello se montó un mes antes y apenas se conocía, pero ahora llevamos año y medio trabajando y somos más conocidos. Somos el único partido que tiene en cuenta lo que la gente piensa pero no se atreve a decir», sentencia su líder.

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