Borrar
Celdrán, Fragoso, Monago, Catalá y Sánchez hacen el gesto elegido por el PP para esta campaña. :: Pakopí
Monago juega en casa el último partido

Monago juega en casa el último partido

Los candidatos populares, de la misma quinta política y ante la mirada de su maestro, se acompañaron mutuamente en Badajoz

J. López-Lago

Sábado, 23 de mayo 2015, 09:15

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Nadie sabe qué pensará Miguel Celdrán, alcalde de Badajoz durante 18 años, cuando anoche le abrieron paso entre la rapera que caldea el ambiente en todos los actos del PP y lo despidieron los Cantores de Hispalis. Solo él, siete nietos, conoce lo que rondaba por su cabeza cuando decidió colaborar en la campaña de Monago y ayer le pusieron la chapa mod en la camisa, ese diseño circular que ha enterrado durante quince días a la gaviota y las siglas populares.

El caso es que Celdrán, tras un atril con la simbología ideada por el equipo de Monago, no la de Génova, quizás pensó que debía recordar a la gente lo que pondrá mañana en la papeleta. No es ni Hacemos ni tres redondeles. Y por eso pronunció ayer casi una docena de veces las iniciales del Partido Popular. Las subrayó intencionadamente hasta exclamar abiertamente que él va con la cabeza muy alta con esas siglas por delante, una declaración de principios sobre la que Monago pasa de puntillas hace meses, si es que pasa.

El último mitin tuvo mucho de homenaje a la figura de Celdrán. Se marchó a mitad de legislatura hace dos años y el acto de ayer lo vio como una ocasión para decir adiós a sus vecinos pues siente que se marchó precipitadamente. Le cedieron la palabra el primero y fue el único ante el cual el público de la Plaza Conquistadores se puso en pie espontáneamente cuando salió a escena. Sus movimientos son ahora más lentos, pero su verbo sigue siendo directo y él experto en acariciar con una mano y arrear con la otra sin perder la gracia. El exalcalde recitó el catálogo de casos de corrupción relacionados con el PSOE antes de pedir a Monago que no insultara a los socialistas. Dos segundos después lo más suave que llamó a Alfonso Guerra (que el sábado le dijo chiquilicuatre a Monago) fue «bufón» y «doña Rogelia». Pero lo más hilarante fue su análisis del panorama que se presenta este 24 de mayo, «con más partidos que perros descalzos». Sobre cada nueva opción hizo un chascarrillo para terminar describiendo a todos los adversarios juntos como «el anticristo».

Con el ministro de Justicia

Después habló Fragoso, el otro hijo político de Celdrán, en lo que fue su primer mitin de campaña en Badajoz. Él ha basado su campaña en pequeños encuentros tomando café, al final de los cuales regala una taza. Ayer tuvo el último en La Marina, emblemático bar del paseo de San Francisco donde le prepararon una mesa junto al ministro de Justicia Rafael Catalá, que fue el invitado llegado de Madrid. La gente le pregunta cosas y él responde y promete, como que abrirá al fin el aparcamiento de Conquistadores dentro de nueve meses o que hará otra piscina cubierta con dimensiones olímpicas.

Después Monago y Fragoso cogieron a Catalá y se lo llevaron a dar una vuelta por la calle Menacho, donde se produjo una de esas escenas de campaña que conviene interpretar. Llegados a la altura de la farmacia de Alejandro Ramírez del Molino -dos legislaturas como número dos del ayuntamiento y delegado del gobierno tan solo unos meses hasta que dimitió-, Fragoso preguntó por el boticario, que salió. Charlaron animadamente con él, Monago le echó un rato el brazo por encima y se despidieron todos sonrientes. Ramírez del Molino quería volver a la política activa, pero la realidad es que ninguno le ha reservado un puesto en sus listas, ni en el Ayuntamiento ni en la Asamblea. Una de dos, o el farmacéutico acaba en el Congreso de los Diputados o la política hace amigos muy extraños.

El candidato del Partido Popular para presidir la Junta cuatro años más eligió Badajoz para pedir por última vez la confianza por razones obvias. Por un lado aquí está el origen de todo, donde se maduró el asalto y derribo al régimen socialista en la Junta. Además, en la capital pacense se encuentra el granero de votos más abundante por ser la localidad más poblada y con marcada tendencia hacia el color azul, y aquí creció y se formó Monago como político. El líder popular insistió en que su gestión al frente de Extremadura ha sido inmejorable, con datos de crecimiento y de creación de empleo positivos y al alza. Volvió a recitar unos versos y, con ese aire cómico que ha adquirido en las últimas semanas, criticó a PSOE, Podemos y Ciudadanos, de los que teme que se alíen contra él, de ahí que insista en que debe gobernar la lista más votada.

Estaba Monago cerrando anoche la campaña en Badajoz y ningún paseante del entorno de El Corte inglés se creía que un día antes, en Cáceres, Andy y Lucas acompañaron al líder del PP.

Solo cuando anoche algunos se asomaron al acto de Badajoz y vieron que el broche final a la campaña de Monago lo estaban poniendo Cantores de Hispalis, entonces pensaron que en esto de la política todavía quedan muchas cosas por ver.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios