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Abel Izquierdo, candidato de Plasencia en Común. :: andy solé
«La gente se va de Plasencia; con eso está dicho todo»

«La gente se va de Plasencia; con eso está dicho todo»

Abel Izquierdo Méndez | Candidato por Plasencia en Común

ANTONIO TINOCO

Domingo, 10 de mayo 2015, 10:03

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Abel Izquierdo, actual concejal de IU en Plasencia, no puede ocultar su desazón por la desunión de la izquierda, una circunstancia que juzga especialmente negativa cuando hay centenares de familias en la ciudad que se sostienen por las ayudas sociales. Culpa a Escobar de la división y a Fernando Pizarro de ser el responsable del empobrecimiento de los placentinos.

En Plasencia se da una situación llamativa: nadie de la candidatura de IU es de IU. Y la gente de IU va en la candidatura de Plasencia en Común. ¿Por qué pasa esto?

Porque creíamos en IU Plasencia, y así lo votamos en cuatro ocasiones casi por unanimidad, que en esta situación política teníamos la obligación de hacer una candidatura conjunta con otros colectivos. Que era la mejor opción para hacer frente a la situación tan difícil que vivimos.

¿Cree que los placentinos pueden confiar en ustedes con esta confusión que hay en torno a las opciones de izquierda?

La división nos perjudica, evidentemente. La atomización de la izquierda, por desgracia, no es un fenómeno exclusivo de Plasencia. Pero no somos responsables de que las cosas estén así. Esta situación responde más a intereses personales de la cúpula de IU en Extremadura que a nosotros mismos. Ellos han creado la división.

¿Si hubiera sido por ustedes habría habido unidad?

No le quepa duda. Si hubiera sido por nosotros nos hubiéramos entendido con todas las organizaciones a la izquierda del PSOE. De hecho, nuestra candidatura va gente de varias organizaciones y también de Podemos, a título individual. La candidatura de Ganemos-IU-Los Verdes está montada artificialmente para entorpecer la unidad. Está hecha con gente rebotada de otros sitios. Solo hay que ver que el candidato es un gran propietario agrario. Pero a Pedro Escobar lo único que le interesa es tratar de conseguir representación en la Asamblea. Por eso monta esa candidatura, para arañar votos para la Asamblea aunque eso signifique que se los quita a la gente de Izquierda Unida. No sé cómo la va a conseguir dividiendo a la organización.

¿Qué expectativas electorales pueden tener en esta situación?

Más que las expectativas electorales propias, lo que espero es que haya una nueva configuración política en el ayuntamiento más favorable a la solución de los problemas que tienen muchos placentinos. Si algo se ha demostrado en estos últimos cuatro años es que las políticas de derecha, y particularmente las que se han llevado a cabo en Plasencia, han sido nefastas. El censo de Plasencia ha bajado en 270 personas en los últimos dos años. La gente se está yendo. Con eso está dicho todo.

¿Por qué dice que la política que se ha llevado a cabo en Plasencia ha sido particularmente mala?

No solo por que la gente se vaya. Hay más datos: desde que gobierna Fernando Pizarro hay en paro 1.600 personas más.

Según datos oficiales, serían 400 más. Había alrededor de 5.900 en junio de 2011 y ahora hay alrededor de 6.300.

No es cierto. Cuando empezó a gobernar el PP había 3.600 parados. Son datos del Sexpe. También ha aumentado la pobreza. Ahora mismo hay en Plasencia 1.400 personas que necesitan que se les den alimentos para poder comer. Hay gente a la que se le corta la luz porque no pueden pagarla. Ha habido centenares de desahucios, aunque no hayan sido llamativos.

¿Y qué va a hacer su candidatura para solucionar estos problemas?

La derecha dice que Plasencia tiene un gran problema con la deuda, pero nosotros creemos que el gran problema de Plasencia es la situación de fragilidad que tienen muchos placentinos. Se deben más de 40 millones por una ocupación mal hecha de las huertas de la Isla, es verdad. Pero la prioridad no puede ser pagarla, sino atender las necesidades de la gente que no tiene trabajo, ni puede llevar alimentos a su casa. Sin embargo, el ayuntamiento está empeñado en pagar esa deuda a pesar de que se les debe a grandes propietarios, constructoras o la Caja de Extremadura. No negamos la obligación del pago de la deuda, pero tenemos que aplazarla mientras haya gente en situación de extrema fragilidad.

Pero hay una sentencia que hay que cumplir.

Sí, pero esa sentencia deja en situación muy comprometida al ayuntamiento, que ha pagado el año pasado y este 1,5 millones cada año y el próximo tendrá que pagar 2,5 millones. Eso estrangula al municipio.

¿Qué propone que se haga?

Renegociar. Con el nuevo Plan General de Urbanismo cabe la posibilidad de permutar terrenos, no que se les dé dinero. Llevamos 12 años proponiendo esa salida.

El ayuntamiento trata de pagar con suelo. ¿No es lo que ustedes quieren?

No exactamente. El ayuntamiento ha caído en una trampa. También acepta pagar con dinero. Esa es la trampa. Sé que la ley está de su parte, y también una sentencia; pero no está de su parte la justicia. Un alcalde, respaldado por su pueblo, puede presionar a los propietarios para que se avengan a la solución menos gravosa para el municipio. No haberlo hecho es lo que le achaco a Fernando Pizarro.

Resumiendo: ustedes quieren que a los propietarios se les pague con suelo, y al mismo tiempo se oponen a que se especule con él. ¿Cómo aceptarán los propietarios el suelo con el que les paga el ayuntamiento si, al mismo tiempo, no se les deja especular?

Nosotros fuimos la única organización hace 20 años que nos opusimos a la ocupación de las huertas. Ahora nos vemos en esta situación. La única salida que vemos menos mala es la de pagar con terrenos, aunque sea para especular con ellos. Por otro lado, al ayuntamiento no le debería preocupar que le embargaran porque la mayoría de los bienes del ayuntamiento son inembargables: lo único embargable son los terrenos municipales. Ahí está la finca Capote. Páguese con ella.

Decía antes que Pizarro ha fracasado con el empleo. ¿Qué es lo que haría usted para no fracasar?

Remunicipalizar los servicios públicos privatizados. Lo aconseja hasta el Tribunal de Cuentas. También se puede poner suelo a disposición de las empresas, con la condición de que vuelva al municipio si las empresas cierran.

¿Qué servicios públicos en manos privadas deberían volver al ayuntamiento?

Progresivamente todos. En Plasencia está privatizada hasta la vigilancia del mercadillo. Lo primero que tenemos que hacer es obligarles a que cumplan los contratos. Sabemos que no los cumplen, ni en contrataciones ni en condiciones del servicio. Eso redundaría enormemente en el empleo público.

Imagino que estarán en contra de que gobierne el PP.

Lo que nosotros queremos es atender a las necesidades básicas de la gente que no las tiene satisfechas.

¿Eso es compatible con un gobierno del PP?

La filosofía del PP no es exclusiva del PP. Ciudadanos y Extremeños tienen la misma filosofía de liberalismo económico que ha conducido a la pobreza a muchas personas.

¿Cree que hay posibilidades en Plasencia de que las opciones de izquierda sean mayoritarias?

A mí me gustaría, como es lógico, pero reconozco que las cosas están complicadas para que haya una mayoría de izquierdas porque veo al PP muy entero.

Usted dice que hay muchos placentinos que están mal, que el paro ha subido, pero al mismo tiempo admite la fortaleza del PP que es, según usted, responsable de que las cosas están mal. ¿Por qué cree que la gente le vota?

La gente en Plasencia es conservadora. Nos falta cultura crítica. Mientras no haya gente que exija al gobierno, sea del color que sea, sus derechos, no podremos avanzar. Por eso le votan.

En los últimos tiempos ha habido mayor rebeldía en toda España. ¿Cree que es suficiente para cambiar las cosas?

No lo sé. En los últimos tiempos nosotros hemos impulsado colectivos como la Plataforma por un empleo digno o el Campamento Dignidad. En todos hemos querido que el protagonismo lo tenga la gente. ¿Hemos avanzado? Creo que sí, pero el sistema capitalista es también un sistema de pensamiento en el que participan los medios de comunicación para que la gente tenga una determinada forma de pensar. Rebelarse contra él no es fácil.

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