Borrar
Directo Directo | Con la Crucifixión termina el Vía Crucis en el Cerro de Reyes de Badajoz
Mariano Rajoy junto a José Antonio Monago en Don Benito
A Rajoy le interesa Monago y su acento

A Rajoy le interesa Monago y su acento

El presidente del gobierno se puso en las Vegas Altas la chapa mod que aquí sustituye a la gaviota

J. López-Lago

Martes, 12 de mayo 2015, 16:51

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Villanueva de la Serena/ Don Benito. En algún momento de la jornada de ayer, antes de llegar a Villanueva de la Serena, se encontraron Monago y Rajoy y se subieron en el mismo coche para que la gente los viera bajarse juntos. Solo ellos saben si nada más saludarse, tras el portazo, mientras se reacomodaban ambos en el asiento trasero, protegidos por las lunas tintadas y la discreción del chófer, el presidente del gobierno le arreó una colleja al presidente extremeño. Eso por no arrimarte a las siglas del PP, ya te vale, le habría dicho. Lo que sí está contrastado es que Monago le colocó a Rajoy una camisa con el bordado de los círculos verde, blanco y negro con la que aquí se ha reemplazado a la gaviota. Rajoy se la puso, le añadió una chapa y se fueron a hacer campaña por las Vegas Altas.

Toda esta fábula a medias se resumió dos horas y pico después, ante las cámaras, cuando Monago, en una puesta en escena que incluía la música, las siglas y la gaviota del partido le agradeció a su superior que le dejara usar su acento y destacó al PP como «el partido de la libertad».

Luego Rajoy declaró: «si no estás con tu acento extremeño no eres tú, y si no eres tú no tenemos candidato, y eso no nos interesa». O sea, según Rajoy, o Monago o la nada. Y añadió: «Has contado con mi respeto, que es el prólogo del afecto y el cariño». Resumiendo, hasta el día 24 cada cual con su doctrina y pelillos a la mar.

Todo esto ocurrió en un hotel de Don Benito, pero ya que Villanueva de la Serena está al lado y es el gran (y casi único) feudo socialista. A última hora a la caravana de Rajoy le pidieron hacer parada previa y baño de masas en ese punto del mapa donde los asesores tienen la chincheta de 'territorio por conquistar'. Allí el PP necesita una palanca para intentar derrocar al alcalde Miguel Ángel Gallardo y el presidente del gobierno puede ser ese apoyo. La cita fue frente al mercado de abastos, adornada con la cara de los candidatos del PSOE. Como un perrino que mea para marcar su territorio, una Citroen Berlingo con las caras de Vara y Gallardo pasó varias veces minutos antes y subía el volumen atronando a los seguidores congregados para ver en vivo a Rajoy.

Perros antiexplosivos, tipos rapados con pinganillo y gafas ray-ban hablándole a la solapa de la chaqueta (36 grados, oiga) anticiparon la llegada del presidente del Gobierno. Lo esperaba paciente, con las manos cruzadas a la espalda, un hombre con la camiseta de Correos, pegatinas sindicales y carteles reivindicando un convenio y justo y menos recortes. Pero en cuanto se bajaron Monago y Rajoy y empezaron a caminar aclamados por los suyos la presencia del indignado se diluyó como una gota en la lluvia.

«Hace aquí un frío espantoso», decía Rajoy, y los de alrededor se morían de la risa. «Qué alto es (...) es más joven de lo que parece (..) le he dado dos besos (...) tengo una foto en el móvil con él», y así hasta la sede del partido con Monago guardándole la espalda y tirando besos a la acera de enfrente de la principal vía comercial de la localidad. Un estanco, una tienda de vendo oro, una de ropa, y la afortunada fue ... la tapería de Antonio, donde entró Rajoy a saludar a los clientes. Minutos después, su dueño aún era incapaz de recordar qué le dijo el presidente del gobierno. «Es que me he quedado como bloqueado», admitió.

La candidata Maruja

Después se fueron a comer al Hotel Vegas Altas, el único cuatro estrellas de la zona, donde se organizó un acto por todo lo alto con decenas de periodistas siguiendo los discursos una planta más abajo a través de un plasma. Le entregaron una placa a Mariano Gallego, veinte años regidor de Don Benito y presente pese a su delicado estado de salud. Y aunque abrió el acto el presidente provincial del partido y alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, la anfitriona fue María Josefa Valadés, que por primera vez se presenta como candidata y que usó su alias para el eslogan de una campaña denominada 'Díselo a Maruja'.

Al acto invitaron a más de cien personas relacionadas con el gobierno, con la Junta de Extremadura y con el PP. A la mesa sobre la que estaba puesto el foco se sentaron Mariano Rajoy, José Antonio Monago, Carlos Floriano, Fernando Manzano, Mariano Gallego, Cristina Teniente, Trinidad Nogales, Francisco Fragoso, Laureano León y, obviamente, Maruja Valadés, a cuyos estampados están acostumbrados los periodistas locales, pero no a verla por primera vez con la falda por encima de la rodilla. Rajoy sería el protagonista, pero para ella ayer era su día. Y lo sabía.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios