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El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, durante la salida a Bolsa de la entidad.
El Banco de España avisó de la «nacionalización de las pérdidas» ante la salida a Bolsa de Bankia

El Banco de España avisó de la «nacionalización de las pérdidas» ante la salida a Bolsa de Bankia

El inspector del supervisor, José Antonio Casaus, alertó en varios correos de que la mejor opción era que BFA-Bankia saltara al parqué como una sola entidad, y no sólo la filial, como finalmente se hizo

José María Camarero

Viernes, 14 de octubre 2016, 15:20

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El inspector del Banco de España José Antonio Casaus puso sobre la mesa todas las advertencias posibles de cara a la salida a Bolsa de Bankia apenas unas semanas antes de que se gestara la operación bursátil. Y lo hizo con importantes señales de alerta que, una vez transcurridos cinco años, cayeron en saco roto. Este alto funcionario del supervisor indicó en su momento que el salto al parqué de la entidad financiera era "el primer paso para la nacionalización de las pérdidas, algo injusto y contrario" al mandato recibido por el grupo.

En sus misivas, a las que ha tenido acceso este diario, Casaus se dirige al entonces director de Supervisión, Pedro Comín, para indicarle sin ningún tipo de cortapisas que "el grupo no es viable" si no existía "un cambio de control que posibilite una drástica reducción" de los costes de financiación. El inspector del Banco de España indicó que si no se acometían "tijeretazos" tanto en el ámbito de personal como en el de los costes de financiación "se acabará malvendiendo el banco cotizado, por un lado, y el FROB tendrá que hacerse cargo del banco no cotizado, por otro", con el consiguiente "coste" para los contribuyentes "en el entorno de los 15.000 millones" de euros.

De hecho, el inspector del supervisor era partidario de sacar a bolsa el Grupo BFA-Bakia como una sola entidad, por delante de la opción que se impuso y que se veía como una "bombona de oxígeno", separar a Bankia de su matriz BFA. Así consta en cuatro correos remitidos por el organismo al juez que investiga la operación y fechados los días 8 y 14 de abril y 10 y 16 de mayo de 2011, apenas dos meses antes de la salida a bolsa, que tuvo lugar en julio de ese año. De hacerse como un banco único no hubiera provocado pérdidas ni para los accionistas ni para los contribuyentes, explica, aunque la alternativa preferida era en aquel momento que un banco, "preferiblemente extranjero", se hubiera hecho con la entidad.

En una carta que acompaña a los correos, Casaus precisa que en todo momento, en su declaración ante el juez, al referirse al Grupo Bankia o a Bankia a secas se refería al Grupo BFA-Bankia, que era el objeto de su análisis. En los mensajes, Casaus señala que el Grupo BFA-Bankia no es viable "a medio plazo una estructura como la que tiene", a no ser que se produjera la toma de control por parte de una banco, "preferiblemente extranjero, que pueda convencer al mercado de que puede afrontar 120.000 milones de euros de financiación mayorista".

De ese modo, prosigue, no perdería nadie, "ni el contribuyente ni el accionista", pero en caso contrario, de no ser posible encontrar una entidad financiera que se hiciese con el grupo, la recomendación era la salida a bolsa pero como un banco único, y no con la estructura de doble banco, que fue la que finalmente se impuso.

Rentabilidad, liquidez y solvencia

La entidad, según Casaus, mostraba una débil capacidad de generar recursos, y su viabilidad era cuestionable por los "graves y crecientes problemas de rentabilidad, liquidez y solvencia", además de por un gobierno interno "mejorable con unos gestores desalineados entre sí y desacreditados ante el mercado, por su marcado perfil político". En concreto, menciona la "cuestionable honradez de los gestores, que en 2009 se llevaron un bonus superior al que les correspondía", así como "la falta de sintonía entre el presidente y el vicepresidente" y la "debilísima y decreciente capacidad para generar resultados de forma recurrente".

Sin embargo, en los correos no se pone en cuestión en ningún momento la existencia de provisiones suficientes para hacer frente a deterioros en el momento de la salida a bolsa, un asunto que ha centrado buena parte de las declaraciones a lo largo de la fase de instrucción del caso. Durante su declaración como testigo ante el juez, a comienzos de septiembre, Casaus ya señaló que el Grupo era inviable pero admitió que sí contaba con las provisiones necesarias.

Las misivas se suman a la documentación que el Banco de España ha remitido al titular del juzgado central de instrucción nº 4 de Madrid, Fernando Andreu, a petición de éste, que incluía correos electrónicos y conclusiones que de 'manera informal y flexible' fueran elevadas a la jefatura por el equipo inspector. Entre esos documentos no figuraban los cuatro correos remitidos ahora por el organismo, por lo que la Confederación Intersindical de Crédito (CIC), que ejerce la acusación popular, instó al magistrado a pedirlos.

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