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¿Qué ha pasado hoy, 27 de marzo, en Extremadura?

Un buen mayo

La sociedad ha de apreciar que la recuperación se abre paso, pero sin que acabe instalándose el relato cortoplacista

PPLL

Sábado, 3 de junio 2017, 00:22

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El mes de mayo confirmó la tendencia positiva que la bajada del desempleo y la generación de puestos de trabajo lleva en nuestro país. Los parados inscritos son 111.908 menos, 3.461.128 en total. Los afiliados a la Seguridad Social llegan a 18.345.414. Aunque la buena noticia subraya la estacionalidad en la que se mueve el mercado de trabajo y su temporalidad, ya que los nuevos contratos son indefinidos en poco más del 8% de los casos. Una vez más se revela que la evolución del empleo en España entró en una nueva fase con la crisis, de manera que a la perpetuación de un modelo productivo que sigue recurriendo al turismo como factor diferencial se le suma la precariedad en las condiciones contractuales y la devaluación salarial. El problema estriba en que los actores principales de la economía y las instituciones públicas tiendan a conformarse con las características de este nuevo tiempo, cuyos efectos inmediatos son globalmente positivos pero presenta carencias y hasta riesgos, porque se basa en una notable dualidad entre sectores y empresas con gran valor añadido, competitivas e internacionalizadas, frente a un tejido productivo y laboral rayano en la subsistencia de empleadores y empleados. Tanto el Gobierno central como los autonómicos, y hasta los consistorios locales, subrayan con optimismo los nuevos datos del empleo, más allá de lo que parece razonable, porque la marcha de la economía se ha convertido en la tabla de legitimación a la que se acoge la política cuando se manifiesta tan fragmentada y convulsa. Algo parecido ocurre en el empresariado, que prefiere obviar las sombras de la recuperación mientras las referencias globales continúen apuntando hacia arriba, y en las organizaciones sindicales representativas -que son más que CC OO y UGT- en tanto que denuncian la temporalidad y la precariedad en el empleo mientras se aferran a los puestos de trabajo más estables para soslayar compromisos de cara a otro modelo de crecimiento. La sociedad en su conjunto ha de apreciar que la recuperación se abre paso también en términos de más empleo y menos personas paradas. Pero conviene que no acabe instalándose el relato de que 'todo va bien mientras dure', en una versión cortoplacista de la salida de la crisis que pudiera saciar tanto los resultados inmediatos de la economía como el balance de la legislatura.

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