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A. LORENTE
Viernes, 22 de abril 2016, 13:21
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bruselas. La meta, lo acordado, era el 4,2% del PIB. Sin embargo, todo se fue al traste, como se temía Bruselas. Rajoy, primero, habló del 4,5% de déficit en 2015. Montoro, en apenas un par de semanas, lo disparó hasta el 5,2% y luego, el propio Montoro, lo rebajó hasta el 5% -el 5,1% con ayudas a la banca-. El mal menor es que Eurostat bendijo ayer estas cifras y no dio un nuevo susto a la ya tocada España, que ha vuelto a quedar estigmatizada en la fotografía europea por su mejorable gestión de las cuentas públicas. Porque ese 5% de déficit implica muchas cosas y ninguna buena. Supone, por ejemplo, ser el peor país de la UE sólo por detrás de la tres veces rescatada Grecia (-7,2%) y sugiere un problema estructural muy grave: que gastó 54.965 millones más de lo que fue capaz de ingresar. Todo ello creciendo por encima del 3%, con el precio del petróleo en mínimos y el BCE tomando medidas históricas como la compra masiva de deuda pública o la bajada de tipos al 0%. Las dudas están ahí. Si con tanto viento de cola hay un déficit del 5%, cuando vengan mal dadas, ¿qué?
La biblia comunitaria se llama Pacto de Estabilidad y Crecimiento y éste dice que el déficit debería estar situado por debajo del 3% del PIB. También marca que la deuda pública tendría que quedar por debajo del 60%, pero esta batalla sigue aparcada por Bruselas. España, por ejemplo, cerró 2015 con el 99,2% del PIB. La clave es el déficit y nuestro país se encamina a cumplir una negra década de incumplimientos. Cada vez son menos los países que están por encima de ese 3%. En la Eurozona, Grecia, España, Francia y Portugal. Fuera, Reino Unido y Croacia. En el extremo contrario se encuentran países como Alemania, que registró un superávit del 0,7% (ahorro de 21.200 millones) o Luxemburgo, que también cerró en verde (1,2% del PIB).
Sensaciones contradictorias
La sensaciones en la Comisión Europea con España son contradictorias. Por un lado, recuerda que el ajuste ha sido ejemplar ya que en 2012 el déficit fue del 10,4% (incluidas ayudas a la banca). En total, el país gastó 108.903 millones más de lo ingresado. Ahora todo es radicalmente diferente, pero no es menos cierto que 2015 ha empañado la elogiada trayectoria del Gobierno del PP, que se dejó llevar por las elecciones «revertiendo los ajustes realizados», como lamentó esta misma semana la Comisión y el BCE tras su última visita posrescate a Madrid.
España debería haber bajado ya este año del 3% (en concreto, hasta el 2,8%), pero nada más lejos de la realidad. Según las nuevas proyecciones presentadas por el Ministerio de Economía, será del 3,6% en 2016 y del 2,9% en 2017. Dudas y más dudas. La Comisión, a final de mayo, propondrá dar a España la cuarta prórroga desde 2009. Se está sopesando dar un año o dos, como también se está analizando la posibilidad de imponer la primera sanción que sufriría un país por este tipo de desequilibrios, como confirman distintas fuentes. La teoría dice que en un principio sería del 0,2% del PIB (unos 2.000 millones), aunque como explica un alto funcionario, la Comisión podría decantarse por la vía de la sanción pero minimizándola a cifras próximas a cero.
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