Borrar
Directo Directo | Con la Crucifixión termina el Vía Crucis en el Cerro de Reyes de Badajoz
Giro social a las infraestructuras

Giro social a las infraestructuras

Tratamiento de aguas y residuos, hospitales o centros educativos, algunas áreas a las que destinar unas inversiones cuya cuantía no está clara

J. A. BRAVO

Domingo, 15 de noviembre 2015, 18:46

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

madrid. Adiós a los grandes proyectos de infraestructuras, al menos en los términos que los hemos conocido los últimos años. Sobre la cada vez más extensa red ferroviaria de alta velocidad (AVE), a la que tanto lustre se le quiso dar hace no mucho, se pasa ahora casi de puntillas aunque nadie asume la decisión impopular de parar todas las obras que no estén en marcha todavía.

Incluso desde Ciudadanos, el partido emergente más fuerte que en la primavera pasada removió el debate sobre la controvertida rentabilidad del AVE al calificarlo de «elefante blanco insostenible» y anunciar su intención de poner fin a estas inversiones, se matiza ahora que se respetarán los proyectos ya iniciados, «aquellos que tengan sentido», apunta Miguel Ángel Gutiérrez, portavoz del partido en infraestructuras. «Se estudiará caso por caso», apostilla.

Discusiones ideológicas aparte, en términos económico-financieros hasta el Gobierno actual asume que obras de tan enorme tamaño requieren décadas para ser rentabilizadas -en el AVE solo «en cien años saldrán las cuentas», admitía hace poco el director de la Oficina Económica de Presidencia, Álvaro Nadal-. Por eso ya se estudian otras alternativas.

El PP ha sido el último en unirse, con matices eso sí, al discurso que en general ya manejan los otros tres grandes partidos políticos: PSOE, Ciudadanos y Podemos. «En un escenario de restricciones presupuestarias, y con el avance ya producido en las últimas décadas en grandes infraestructuras, es necesario establecer nuevas prioridades». La frase pertenece al programa electoral de una de ellos, aunque en lo básico podría ser asumido por el resto.

Porque bien sea que es lo que 'vende' electoralmente de cara a los comicios generales del próximo 20 de diciembre, bien resulte la consecuencia esperada de una «sobredotación» de grandes infraestructuras de transporte, lo cierto es que todos entonan ya la misma melodía. Hasta el Ejecutivo, vía Moncloa, sostiene que en España solo quedan «problemas puntuales» que resolver en este ámbito. «La obra pública sólo genera recursos cuando se necesita», advierte Nadal, quien advierte de que «no se trata ya de cortar cintas sino de conservar lo construido en el pasado».

«En España no hacen falta más líneas de alta velocidad (AVE), más aeropuertos o más puertos (Nadal 'dixit')». Partiendo de esta premisa que ningún partido parece discutir hoy en día, y que incluso el propio sector admite como cierta con pequeñas diferencias, la patronal de las grandes constructoras (Seopan) ha puesto sobre la mesa su propuesta alternativa mediante un informe encargado a la consultora AT Kearney.

Un reparto desigual

La inversión en infraestructuras en este país ha sumado 440.000 millones de euros en los últimos 10 años, aunque el reparto por sectores es desigual. Por ejemplo, en la red de AVE tiene más kilómetros operativos (2.680) que la suma de Italia, Reino Unido y Francia; de hecho, por superficie y número de habitantes triplica la extensión alemana e italiana, multiplica por cinco la británica y hasta por 15 veces la francesa.

Si miramos los datos de las carreteras de alta capacidad (autopistas y autovías), el panorama se antoja similar. En número de kilómetros construidos, España multiplica por cuatro la cifra de Alemania (14.500 frente a 3.700), duplica a Italia (6.700) y también supera con holgura a Francia (12.800) y Reino Unido (11.400).

Pero si se analizan las cifras de inversión en vías convencionales, la situación cambia. El trazado ferroviario que no es AVE apenas representa un tercio del que existe en Alemania según su superficie y número de habitantes, es la mitad que el de Reino Unido e Italia, y tampoco logra acercarse a las cifras de Francia. Y en mantenimiento, el déficit inversor es del 25% en las carreteras existentes y el 21% en el ferrocarril.

Peor aún resulta la comparativa si el foco gira hacia otras infraestructuras con claro signo social. En tratamiento del agua, por ejemplo, España ha invertido un 56% menos que esos socios europeos, es el país con mayor «estrés hídrico» de la UE (un 72% de su superficie tiene problemas de este tipo) y llega a perder una cuarta parte del agua que genera (26%) por falta de un mantenimiento adecuado de ese tipo de instalaciones.

Con los residuos pasa algo parecido pese a ser el país que menos genera entre las grandes economías europeas. Y es que solo consigue «tratar (reciclar)» el 39% de los desechos urbanos que genera y el 89% de los industriales, frente al 66% y el 96% respectivamente de sus socios. Lo mismo pasa con el mantenimiento de los bosques y las costas.

En energía se ha logrado que el 15% del consumo se cubra con fuentes renovables, pero aún hay que subir más (al 20% en 2020 y el 27% en 2030) para cumplir con la UE. Todo en un país que sigue como «isla energética» (apenas supera el 5% de interconexión con el resto de Europa). Y en desarrollo digital está un 40% por debajo de la mediana de sus socios en cobertura de la red móvil 4G.

Tampoco en sanidad y educación el volumen de infraestructuras alcanza el nivel de los principales países europeos. En hospitales está un 25% por debajo de Francia, Alemania y Reino Unido, mientras que en centros educativos se ha invertido un 40% menos -en construcción de juzgados la diferencia es del 50%-.

La solución que proponen desde Seopan es dedicar entre 38.000 y 54.000 millones anuales durante 10 años para cerrar la brecha en infraestructuras con esos países, lo que supondría elevar un 72% la media de los últimos ejercicios. A Ciudadanos y PSOE les parece «bien» un giro social en esos proyectos, pero «siempre» que el plan «no suponga un lastre», advierte Luis Gordo, portavoz socialista en el área de Fomento.

Porque las cuentas de Seopan no son las mismas de los partidos, que ahora miran más «los retornos económicos» y su «sostenibilidad». Para financiarlas, eso sí, coinciden en que participe más el sector privado.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios