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Uno de los viaductos del corredor de AVE Madrid-Levante en la provincia de Alicante. :: a. ferreras
La liberalización del corredor a Levante agota su tiempo

La liberalización del corredor a Levante agota su tiempo

Fomento tenía previsto publicar las condiciones este mes pero ya no pone fechas, mientras crecen los recelos entre las empresas aspirantes

J. A. BRAVO

Martes, 30 de junio 2015, 10:37

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Iba a ser la avanzadilla de la liberalización ferroviaria, el 'laboratorio' donde se probase si la competencia de Renfe con un operador privado permitiría mejorar el servicio y, sobre todo, los ingresos. Sin embargo, la apertura parcial del corredor de AVE entre Madrid y Levante ya parece no tener fecha.

La ministra de Fomento, Ana Pastor, mantiene que será esta legislatura, es decir, antes de finales de año. «Por supuesto, claro que sí», afirmaba esta misma semana cuando se le preguntaba por la demora en la publicación de las bases del concurso correspondiente. El último horizonte conocido era mayo, pero ya estamos a un paso de julio y no se atisba noticia alguna. Solo que se mantiene la idea de que será esta legislatura, a la que aún se le está deshojando la fecha final.

El problema es que, según los plazos previstos, difícilmente le daría tiempo ya a este Gobierno a resolver el concurso. Las empresas interesadas dispondrán de tres meses para presentar sus ofertas y, a su vez, la Administración otros dos más para resolver el ganador que, a su vez, tendrá luego seis meses para empezar a competir con Renfe.

Y pocas prisas cabrán porque hablamos de un concurso de meritos, con una elección «más compleja que una subasta», apuntan desde el sector privado. Por ejemplo, las garantías financieras -lo que pagaría el operador si incumple alguna de las condiciones tras la adjudicación o no llega a cubrir los siete años que durará inicialmente su contrato- solo supondrán un tercio de los puntos (35). La parte del león (55) se la llevará un conjunto variopinto de aspectos que incluye desde el análisis de la demanda prevista, el volumen de servicios y el plan de explotación hasta el material móvil (los trenes), los recursos humanos disponibles, la política comercial y las facilidades para conectar con otros transportes (autobús y avión).

El borrador de la orden ministerial correspondiente está en manos del Consejo de Estado desde hace casi dos meses. «Tan pronto como vuelva, revisaremos los posibles cambios y se publicará en el BOE el pliego de condiciones para poner en marcha el concurso», insistía la ministra aunque sin hacer previsión alguna de tiempo.

Dudas generalizadas

El escepticismo, mientras, crece en torno al proyecto. Esta semana quedó patente en el Congreso, con el rechazo de los vetos a la futura Ley del Sector Ferroviario, que solo apoya el PP. El resto de los grupos, cuando menos, pararían la liberalización para revisar a fondo si es necesaria, sobre todo cuando en la UE no se han puesto de acuerdo al respecto y el horizonte va más allá de 2020.

En el Gobierno, los departamentos de Economía y Hacienda recelan del plan por la merma que podría suponer para las arcas de ADIF, el gestor público de las infraestructuras (vías y estaciones ), si se reducen los cánones anuales que cobra por su uso. En la nueva normativa del sector ya se prevén descuentos, aunque los más fuertes podrían darse en el corredor de Levante.

Hasta 14 compañías tienen ya licencia ferroviaria para llevar viajeros -ACS, Acciona, Ferrovial, Globalia, Alsa y Planeta, entre otras-, pero sin una rebaja de entre el 40% y el 50% no les saldrían las cuentas. Alegan que, de lo contrario, casi dos tercios de su gasto (62%) irían a sufragar los cánones, pero la rebaja de Fomento llegaría como mucho al 35%. Y eso sin contar las ventajas que mantendría Renfe. Demasiados obstáculos que salvar a priori.

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