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Un trozo  de la historia de  la Guardia Civil

Un trozo de la historia de la Guardia Civil

El museo etnográfico acoge hasta el 5 de junio la exposición 'Paseo por la Historia de la Guardia Civil', del dombenitense Raúl Morcillo

FRAN HORRILLO

Lunes, 8 de mayo 2017, 08:11

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Todo empezó con un pin de un tricornio de la Guardia Civil que le regaló un amigo suyo, guardia civil de tráfico. Fue el acicate perfecto para que al dombenitense Raúl Morcillo Gallego le entrara el gusanillo por coleccionar todo lo relacionado con el instituto armado. Por entonces tenía 16 años y hasta los 50 actuales, la colección de Raúl ha ido engordando con los objetos más variopintos, todos ellos relacionados con la Benemérita.

Su colección privada cuenta con más de 5.500 referencias, que se ubican en la planta superior de su vivienda actual de Torremejía, ocupando 285 metros cuadrados. Unas referencias con las que pretende acercar al visitante la labor que los miembros del Benemérito Cuerpo han desarrollado a través de su historia, desde que el Duque de Ahumada la fundara en 1844.

150 piezas

Precisamente, un trozo de esa historia se puede admirar hasta el 5 de junio en el museo etnográfico de su localidad. Bajo el título 'Paseo por la Historia de la Guardia Civil en España', Raúl expone en Don Benito material documental y bibliográfico, uniformes, maquetas a escala, vehículos reales, armas. En total ha desplazado unas 150 piezas.

Como reconoce este coleccionista, algunas de estas fueron donadas por miembros de este cuerpo de seguridad y otras compradas en anticuarios de diferentes puntos de la geografía española.

Entre las piezas expuestas en Don Benito destaca, por ejemplo, la habitación de un cuartel de o el despacho de Comandante de puesto, que pudo rescatar de algún cuartel abandonado. Además expone con maniquís distintos trajes de época que visualizan la evolución de la indumentaria de la Guardia Civil, tricornios de gala, así como un caballo a tamaño natural con la montura, el correaje y otros complementos de la Guardia Civil.

Y tampoco faltan los vehículos, ya que a la entrada del museo tiene una moto antigua de la unidad de tráfico y también se ha traído a la localidad dombenitense una bicicleta con las que antiguamente patrullaban y se desplazaban los guardias.

Raúl rememora que de joven corría como ciclista en el Circuito Guadiana de Don Benito y desde siempre le llamaron la atención los dos motoristas de la Guardia Civil que acompañaban el pelotón de los aficionados y de los juveniles. A pesar de no pertenecer al instituto armado, ni él ni ningún familiar suyo, siempre sintió afecto por este cuerpo y mantiene una estrecha amistad con algunos de sus miembros. De hecho, el padrino de su hijo es guardia civil.

Su pasión

Con los años esta colección se ha convertido en su pasión, aunque lamenta el hecho de que cada vez le cueste más conseguir objetos pues, como apunta, «cuando la gente descubre tu afición, lo enfocan por el tema económico y yo esto lo miro desde el punto de vista histórico».

Eso sí, hay gente que no duda en colaborar con él. Por ejemplo, Raúl recuerda que, hace poco, una mujer que conocía de la existencia de este museo, no dudó en acercar al cuartel de Don Benito una bolsa con las pertenencias de su marido, que era guardia civil y había fallecido hacía 10 años, para que la hiciesen llegar. Un detalle que llena de satisfacción a este dombenitense que, pese a vivir en Torremejía, ha querido traer parte de su tesoro a su localidad natal para que la disfruten sus paisanos.

Tal es la magnitud de su pasión, que hace cuatro años decidió recuperar un mástil antiguo de la bandera de un cuartel que luego desapareció. Estuvo tres horas picando con un martillo, con frío y lluvia, y eso se tradujo en una neumonía.

Otro objeto al que tiene mucho cariño es un cuadro, cuyo original se encuentra en el Museo de la Guardia Civil de Madrid, y del que se hicieron 150 réplicas, una de las cuales se la hicieron llegar a él. Un cuadro que es un mapa de España, en el que se sitúan, escritos a mano, todos los cuarteles repartidos por el país, así como otras fotos curiosas relacionadas con la historia del cuerpo.

Como admite, en el Rastro de Madrid ha conseguido buena parte de objetos de su colección, como fotos antiguas de 1920. Y precisamente en sus visitas a este mercado de la capital madrileña Raúl ha podido comprobar que cualquier objeto puede ser motivo de ser coleccionado, de ahí que no vea extraña su pasión por la Guardia Civil.

Una colección privada, por cierto, que tiene abierta en Torremejía a todos los ciudadanos que quieran ir a verla, y que visitan con asiduidad guardias civiles o alumnos de la Escuela de Tráfico de Mérida, que tras realizar sus prácticas suelen pasarse por la casa de Raúl y, de paso, le hacen alguna donación. En definitiva, como reconoce, «detrás de cada pieza hay una historia, al igual que detrás de cada guardia civil hay una familia que también sufre y tiene satisfacciones, que son las mismas que tengo yo al ver las caras de la gente que visita mi museo».

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