La Virgen de las Cruces regresa a su ermita después de La Velá

A primera hora de la mañana, con el templo abarrotado de gente, el Mayordomo de la Hermandad anunció que la salida se retrasaría debido a las condiciones atmosféricas. Todavía chispeaba a las 8.15, hora prevista para el inicio de la marcha, aunque al poco tiempo y con el cielo más claro, las camareras de la Virgen se asomaron a la puerta grande y el capataz anunció que irían a pie todo el trayecto posible, custodiados por el soporte transparente para resguardar el paso -que se eleva sobre un carrillo transportado por un todoterreno- por si el agua comenzaba a caer.

A mediodía, los peregrinos llegaron al santuario y tuvo lugar la Eucaristía presidida por el Obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro. Se refugiaron en una carpa instalada por la probabilidad de chubascos, que aparecieron de manera intermitente. A continuación se entregaron los premios del concurso de Calabazas organizado por la asociación parroquial de Santiago y se dio paso a un día campestre, alrededor de la ermita.

Actos previos

El domingo transcurrió con normalidad, pues el cielo permitió que todos los eventos tuvieran lugar al aire libre. Los niños realizaron la ofrenda floral en el escenario montado en el exterior. Además de las flores, llevaron alimentos que serán entregados a Cáritas para las familias necesitadas. Esta iniciativa lleva repitiéndose años, cada vez con una mayor concienciación por parte de los asistentes.

El grupo Caramancho también hizo acto de presencia. En su 38º aniversario, cantaron la Misa Extremeña, sacaron el paso a hombros y recitaron la Salve en su honor, además de bailar la jota a la Virgen de las Cruces o 'Las Hilanderas', entre otras.

Y como es tradicional, los vecinos velaron durante toda la noche a la Patrona, con oraciones -como el rosario de la Aurora- divididas por diferentes colectivos cofrades, pastorales, además de asociaciones de la localidad.