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Sebastian Vettel.
Vettel cambia el tercio del Mundial
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Vettel cambia el tercio del Mundial

El alemán gana el Gran Premio de Australia, beneficiado por un error de estrategia de Mercedes, y garantiza una alternativa para el campeonato 2017

David Sánchez de Castro

Domingo, 26 de marzo 2017, 00:55

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Dos años después, un piloto Ferrari vuelve a beber el champán de campeón de un Gran Premio. Es, probablemente, la mejor noticia que puede recibir una Fórmula 1 que vivía bajo la bota de Mercedes desde hace tres años, y que ha visto cómo también los campeones pueden errar. Porque si la carrera de Sebastian Vettel en Australia fue prácticamente perfecta, la de Lewis Hamilton se vio totalmente perjudicada por una decisión en boxes impensable para un equipo que otrora no fallaba.

Todo se decidió en la única parada para cambiar neumáticos que se hizo. Con unos ultrablandos que sólo tienen de eso el nombre, los equipos tenían claro que sólo iban a tener que poner dos juegos en las 58 vueltas de la carrera. Por eso, desde Ferrari tenían muy claro lo que tenían que hacer: quedarse muy cerca de Hamilton en los primeros giros, apretarle en pista y, si se podía, adelantarle para confirmarlo en boxes. Sin embargo, a Mercedes les entró el pánico al ver que Hamilton no era capaz de despegarse del coche rojo y le ordenaron entrar en boxes a la primera vuelta que empezaba a mostrar una pequeña pérdida de competitividad.

El error fue de base, y recordó a otros muchos que se han visto en el pasado en la Fórmula 1: cuando Hamilton salió de nuevo a pista, tenía delante a un Max Verstappen que se hizo muy ancho en pista. El holandés, que era el primer Red Bull tras los problemas de Ricciardo (arrancó desde boxes con dos vueltas perdidas por un fallo eléctrico y acabó abandonando después con la caja de cambios averiada), se convirtió en el aliado perfecto de Sebastian Vettel, que se mantenía en pista rodando más rápido que Hamilton. En Mercedes empezó a cundir el pánico, y sus temores se cumplieron: cuando el alemán entró a poner los neumáticos blandos que le iban a llevar a su primera victoria en dos años, ya eran conscientes de que habían perdido la carrera y que les quedaba aún más de media prueba por disputar.

A este fallo se unen los serios problemas que tuvo Hamilton para conseguir rendimiento de esas ruedas. El tricampeón, poleman y aún máximo favorito para el título no sólo vio cómo en cada vuelta se le iba alejando décima a décima la victoria en favor de Vettel, sino cómo además su monoplaza iba perdiendo competitividad hasta el punto de que tuvo que estar más pendiente de los retrovisores que del frente. En una carrera sin apenas adelantamientos (se doblaron del 6º hacia atrás) y con siete abandonos, no tuvo opciones de nada más que de un segundo puesto. Algo que, para Mercedes, es inaceptable.

Alonso, a 4 vueltas de la 'machada'

Fernando Alonso no acabó el GP de Australia. Tal y como afirmaban las apuestas, tal y como se preveía y tal y como la lógica después de la pretemporada mandaba. Sin embargo, se quedó no sólo a muy poco de ver la línea de meta, sino de hacerlo entre los puntos.

Los incidentes de arriba se aliaron con el español. Después de verse en una 12ª plaza de salida gracias a los problemas de Ricciardo, adelantó a Hulkenberg en los primeros metros. Undécimo, a un solo sitio de alcanzar el punto y abandona Grosjean. Se le estaba poniendo todo de cara a un Alonso que veía, sin embargo, cómo todos los coches podían frenar más tarde que él, y cómo se le iban en las rectas con mucha facilidad. Sólo tenía que aguantar, pero la mecánica (otra vez McLaren), le privaba del pequeño premio a falta de sólo cuatro vueltas para el final.

Alonso había resistido los ataques del debutante Esteban Ocon durante buena parte de la carrera. La pelea por el 10º puesto se antojaba fundamental para empezar con buen pie el año, pero las suspensiones del MCL32 empezaron a fallar cuando más las necesitaba. Tras tenerle respirando en su nuca durante 15 vueltas, Alonso vio cómo el francés le quitaba las pegatinas y Hülkenberg, de rebote, también. El coche se había vuelto inconducible, y antes que arriesgarse a un accidente, o simplemente porque entre ser 12º y no acabar tampoco va mucho, Alonso metió su monoplaza en boxes. Tampoco habría logrado mucho más: su compañero Vandoorne fue último.

Carlos Sainz, por el contrario, sí acabó y lo hizo entre los puntos. El madrileño estuvo cómodo en una carrera en la que podía haber aspirado a algo más que el 8º puesto final, pero desde su equipo no gestionaron bien el rendimiento de Kvyat y, después de ordenarle a Sainz que le dejara pasar, le mandaron entrar en boxes para cambiar de neumáticos. En ese impás, el español perdió lo suficiente como para ni siquiera pensar en alcanzar los puestos de arriba.

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