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Lewis Hamilton.
Pesadilla monegasca para Alonso y Sainz
FÓRMULa 1

Pesadilla monegasca para Alonso y Sainz

El asturiano saldrá decimotercero por un problema mecánico y el madrileño desde ‘boxes’ tras ser sancionado, con ‘pole’ para Hamilton

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Sábado, 23 de mayo 2015, 15:16

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No fue el día para los pilotos españoles en la clasificación del Gran Premio de Mónaco. Fernando Alonso aspiraba a ser sexto o séptimo en la parrilla y saldrá decimotercero; Carlos Sainz iba a salir octavo, pero lo hará desde el pit lane; y Roberto Merhi pretendía superar a su compañero Will Stevens, pero de nuevo se quedó por detrás. El primero en perder en la lucha por su particular objetivo fue Merhi. El castellonense, que ya tuvo un accidente en los libres del jueves, parecía más fuerte que el británico, pero al final de la Q3 acabó cediendo la posición. De hecho, Merhi aseguró después de la sesión que había sido su mejor clasificación del año, pero no fue suficiente. No obstante y, pese a las expectativas creadas, que Stevens ganara a Merhi entraba dentro del guión posible.

Más decepcionante fue lo ocurrido con Alonso. El piloto asturiano pasó el primer corte a la Q2 con más problemas de los previstos, pero no fue por culpa del coche, sino del tráfico. El McLaren parecía estar comportándose de manera correcta, la mecánica estaba aguantando y todo apuntaba a que este fin de semana Alonso iba a volver a luchar con los de arriba. Sin embargo, nada más arrancar esa Q2, un mensaje en el volante enterraba todas sus esperanzas. Como ese inoportuno pantallazo azul en un ordenador, el MP4/30 decidió apagarse cuando apuntaba a la primera curva del trazado monegasco. Alonso sólo pudo conducir su coche como pudo hasta la escapatoria en la Iglesia de Santa Devota para que los comisarios le empujaran hasta una zona segura.

Más claro no pudo ser Alonso al referirse a lo ocurrido. «Es una putada, hablando mal», espetó. Y motivos tenía para soltar esa frase, cuando habitualmente suele controlar mejor sus declaraciones. Las sensaciones del asturiano eran tan positivas que pensaba que podía haber sido sexto o séptimo en parrilla, lo que prácticamente habría sido garantía de puntos para este domingo. McLaren teme que en el coche de Alonso se reproduzca el problema en las baterías que ya dejó a Jenson Button sin rodar en Baréin, por lo que inmediatamente se pusieron a trabajar con él para cambiarlas y que no tuviera ninguna dificultad más de cara a la carrera. «Si salimos decimosextos, lo más probable es que acabemos decimosextos. Aquí la carrera es el sábado», se lamentaba el español.

Si lo de Alonso fue un varapalo, lo de Carlos Sainz fue un golpe durísimo para la afición española. En medio de la Q2, el piloto madrileño fue avisado por radio de que se había saltado la orden del pesaje. No se dio cuenta del aviso del comisario y pasó de largo, pero no se aceptaron sus disculpas posteriores. En la Q3 Sainz realizó su labor a la perfección: dio una gran vuelta, logró el octavo crono (por detrás de Sergio Pérez y por delante de Pastor Maldonado) y volvió a superar a su compañero Max Verstappen, que notablemente enfadado se sintió muy decepcionado por su mala vuelta en el momento de la verdad. Pese a que se podría haber solventado con una reprimenda, los jueces de la carrera -entre los que está la leyenda de Le Mans Tom Kristensen- le castigaron con dureza. Sainz partirá desde la calle de boxes y le tocará remontar en el peor circuito posible, por lo que necesitará algo de ayuda y suerte si quiere puntuar.

Los nervios de Rosberg

La pole fue para Lewis Hamilton, que llegaba a Mónaco con la intención de romper la tendencia ascendente de su compañero Nico Rosberg. El alemán, tras ganar el GP de España, buscaba en las calles de Montecarlo la tercera victoria consecutiva en este circuito, pero una espectacular actuación del británico y un grave error propio le privaron de la primera plaza en la parrilla.

Rosberg fue el más rápido en la Q1 y la Q2. Hamilton lo estaba dando todo, pero parecía que su compañero estaba en un estado de forma estelar, hasta que en la Q3 se deshizo como un azucarillo. Hamilton bajó a 1:15.3 en una gran vuelta que hubiera sido suficiente, pero por si acaso luchó por bajarlo aún más. Y vaya si lo hizo: marcó un enorme 1:15.098, casi un segundo mejor que la pole del año pasado. Por si fuera poca ventaja para él, Rosberg se equivocó en su último intento y se dejó los neumáticos en una colada de frenada a final de recta. Los nervios le pudieron, de nuevo, al piloto germano, a quien muchos ya comparan con Gerhard Berger o con el más reciente Mark Webber.

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