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Roberto Merhi (d) camina por el circuito de Shanghái.
Roberto Merhi, en la encrucijada
Análisis

Roberto Merhi, en la encrucijada

Manor sólo le garantizó las primeras cuatro carreras de la temporada de Fórmula 1 y su continuidad está en el aire.

David Sánchez de Castro

Lunes, 20 de abril 2015, 16:58

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La ronda de las cuatro primeras carreras fuera de Europa ha contado con tres pilotos españoles. Junto a Fernando Alonso y Carlos Sainz Jr., una sonrisa y una melena se hacía hueco en las noticias españolas sobre Fórmula 1: Roberto Merhi. El castellonense ha disputado tres carreras de Fórmula 1 -en Australia el equipo aún no pudo ni arrancar el coche- con Manor, y este fin de semana estará en Aragón, en el Motorland, para disputar la primera prueba de las World Series by Renault, el campeonato que ganó Carlos Sainz el año pasado y que le sirvió de pasaporte y salvoconducto en Red Bull para que le diesen el asiento de Toro Rosso.

Merhi, sin embargo, no tiene garantizado que vaya a volver a competir en Fórmula 1. Las circunstancias de su llegada al Gran Circo no son las más propicias, y aunque por talento merece ese asiento como el que más, puede haber disputado en Baréin su última carrera junto a Lewis Hamilton, Sebastian Vettel, Fernando Alonso y compañía.

Roberto Merhi se convirtió en el decimotercer piloto español en disputar una carrera de Fórmula 1 en el pasado Gran Premio de Malasia. Si no fue en Australia se debió a que le ha tocado la puerta de atrás de la Fórmula 1. El equipo Manor, antiguo Marussia, es poco más que una sombra de lo que fue. Teniendo en cuenta que antes ya era un monoplaza que luchaba por no acabar último, los restos que se han podido mantener no son el mejor sitio para realizar tu debut en el Gran Circo.

Por la puerta de atrás del 'paddock'

La llegada de Merhi a la Fórmula 1 fue imprevista, precipitada y arriesgada para él. Acababa de firmar con el equipo Pons Racing para disputar las World Series, campeonato en el que el año pasado quedó tercero tras pelear con Carlos Sainz hasta la última carrera. El camino hacia la Fórmula 1 parecía cerrado, al menos en este año 2015, después de que Caterham, la escudería donde disputó tres sesiones de libres el año pasado, cerrara. Sin embargo, su nombre estaba en la lista de un nuevo proyecto que se ha creado sobre las cenizas de Marussia: Manor.

Will Stevens, con un buen maletín de dinero en su haber y una carrera con Caterham como máximos argumentos, fue la primera incorporación de Manor. Inamovible, necesitaban a un segundo piloto para completar la alineación, como fuera, pero si traía un aporte económico, mejor que mejor. Los nuevos responsables de los despachos del equipo pidieron a John Booth, el jefe directo del equipo junto a Graeme Lowdon, que encontrara a otro corredor que encajara en sus necesidades. Es decir: necesitaban a un maletín que viniera de la mano de un piloto, quien fuese. En una apuesta personal, Booth decidió llamar a un viejo conocido, Roberto Merhi, al que ya dirigió hace años en categorías inferiores. A 'Teto', enfrascado en la preparación de la pretemporada de las World Series, le faltó tiempo para coger el primer avión hacia Australia, donde su madre le confirmó la ansiada noticia: era piloto de Fórmula 1.

En Australia se quedó sin correr: el coche no arrancaba. En Malasia pudo ponerse al volante, por fin, del Manor, y tras sufrir lo indecible acabó decimoquinto. En China fue decimosexto, pero su nombre ya empezaba a ocupar tantos titulares como el de Carlos Sainz. Los dos españoles debutantes este año en la Fórmula 1 empezaban a ser conocidos por el gran público, y en el caso de Merhi, más aún por no tener la carga de ser el hijo de una leyenda del automovilismo mundial. Su tournée por los platós de televisión no se hizo esperar, y Merhi, siempre con una sonrisa, lo confesaba: «Yo estoy aquí para disfrutar lo que pueda y aprender al máximo. ¿Si me voy a quedar todo el año? No lo sé».

El dinero, un hándicap

El fichaje de Merhi por Manor, oficialmente, no llegó con dinero de por medio. Los jefes de Manor se lo han dicho claro: quieren contar con él, pero necesitan dinero para que el equipo sobreviva. La Fórmula 1 es muy cara, incluso para un equipo cuyos monoplazas no aspiran a ser más que último y penúltimo, y del talento y sonrisas de Merhi no pueden comer o, más exactamente, montar más piezas. Así que llegaron a un acuerdo: de momento, correría las primeras carreras del campeonato del mundo de Fórmula 1, y si podía reunir 2 millones de euros más, tendría garantizado el asiento. Este precio es una 'ganga', teniendo en cuenta que si un piloto de fuera quiere ese sitio, tendrá que aportar diez millones.

Merhi es consciente de que quizá no encuentre ese dinero y, si lo encuentra, puede que no merezca la pena invertirlo en un equipo como Manor. ¿Quién le garantiza que no llegue otro piloto con un buen fajo de billetes (Van der Garde, Alexander Rossi, Max Chilton) y le levante el sitio? Por eso, en un movimiento muy inteligente por su parte, se ha garantizado un buen asiento en las World Series. El equipo Pons Racing es una estructura puntera, de las que luchan por vencer en una fórmula de promoción que ya cuenta con más prestigio que la GP2, supuesta segunda división de la Fórmula 1. En ese campeonato, Roberto Merhi no será el que cierre la parrilla, sino que luchará por lo más alto.

Tras el decimoséptimo puesto de Baréin, Roberto Merhi ha puesto un punto en el guión de su carrera como piloto. Habrá que esperar si es un punto y seguido que le llevará hasta Barcelona dentro de tres semanas defendiendo los colores de Manor, o bien un punto y aparte, en el que se cerrará -de momento- su paso por la Fórmula 1.

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