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Mercedes se fija en el espejo de Brawn GP

Mercedes se fija en el espejo de Brawn GP

El equipo alemán apunta a repetir el éxito conseguido en la corta etapa de la escudería afincada en Brackley bajo la denominación de 'Brawn GP'

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Viernes, 18 de abril 2014, 13:07

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En las últimas temporadas de Fórmula 1, hemos visto cómo los ardides aerodinámicos han supuesto la gran diferencia entre ser campeón del mundo y ser campeón moral. Desde la época gloriosa de Ferrari con el triunvirato Todt-Brawn-Schumacher, cada año ha habido un equipo por encima del resto a la hora de desarrollar el coche, pero en las dos temporadas con grandes cambios de reglamento ha sido una misma escudería, pero con distinto nombre, la que ha sabido dar el primer golpe: el equipo de Brackley.

El dominio aplastante que están demostrando Lewis Hamilton y Nico Rosberg rememora más a la época de Brawn GP que a los últimos años de Red Bull. Los paralelismos son claros: como en 2009, la campaña ha arrancado con un profundo cambio normativo, más si cabe en este 2014 por las modificaciones del motor, y ha sido el coche preparado por los ingenieros bajo el mando de Ross Brawn (hoy retirado, pero que fue el que puso el guión del nuevo monoplaza) los que han sabido interpretar los cambios más a su favor.

Brawn GP: historia de un éxito fugaz

El mismo perro con distinto collar. Esa es la mejor explicación que se puede dar para explicar qué es hoy Mercedes AMG F1 con respecto a aquel Brawn GP que le dio el único título de campeón que, de momento, ha obtenido Jenson Button en la Fórmula 1. En 2009, y después del desmantelamiento de Honda como equipo oficial, los hombres dirigidos por Ross Brawn se quedaron en tierra de nadie. Tanto los ingenieros como los pilotos, en aquel momento Jenson Button y Rubens Barrichello, se llegaron a plantear incluso una retirada forzosa de la competición.

Sin embargo, Brawn sacó fuerzas de flaqueza y empezó a buscar los recovecos legales de la normativa, tanto económica como deportiva, para mantenerse en la competición. El trabajo fue arduo y nada fácil. De hecho, de Brawn GP una de las cosas que más se recuerdan es el refulgente color blanco que tenían sus monoplazas en las primeras carreras, ya que ni siquiera les dio tiempo a buscar patrocinadores. La llegada de Virgin supuso un cierto alivio económico al bolsillo del equipo, y las palabras 'doble difusor' en la llave al éxito. Brawn y su equipo descubrieron que podían reconducir el aire hacia la parte trasera del coche con un ingenioso e intrincado diseño en la parte final del monoplaza.

Jenson Button y Rubens Barrichello volaron en las primeras carreras del campeonato y para cuando el resto de equipos reaccionaron (esto es, les copiaron), ya fue demasiado tarde. Red Bull, con un Sebastian Vettel que ya apuntaba al trono, fue el único que consiguió darle un toque de emoción a un año que desde el principio pintaba de blanco.

Mercedes: divide (el turbo) y vencerás

Cinco años después, nos encontramos ante los mayores cambios normativos de la era reciente de la Fórmula 1. Los nuevos motores V6 han llegado acompañados del turbo, un sistema que dejó de usarse en los 80, pero que ahora, en pos de un futuro más ecológico y verde, se ha unido a la tecnología híbrida en la actual parrilla.

Desde la pretemporada, los responsables de crear los motores Mercedes, tanto para su propia escudería como para el resto, se dieron cuenta de que iba a ser el turbo, y no tanto la aerodinámica -aunque también-, el que iba a llevar la voz cantante. Por ello, Paddy Lowe y Bob Bell -que acaba de dimitir de su puesto y apunta a McLaren de la mano de Honda- comenzaron a buscar la zona gris del reglamento para poder exprimirla. A diferencia de Renault y Ferrari, los otros dos suministradores de motores de la parrilla, en Mercedes apostaron por llevar la idea de eficiencia a sus últimas consecuencias, y para ello desgranaron hasta la última pieza el concepto de turbo. Así, descubrieron que el sobrecalentamiento que evita que se pueda exprimir al cien por cien era la clave para poder crear un motor competitivo.

No se conoce de manera exacta cómo lo han hecho -hay secretos técnicos en la Fórmula 1 que rivalizarían con los de muchas agencias de inteligencia de muchos países-, pero las últimas informaciones apuntan a que han conseguido separar las dos partes del turbo: por un lado, la admisión y por otro, el escape. Al colocar estas dos secciones separadas por un eje, el turbo se calienta mucho menos y se puede exprimir mucho más, con lo que pueden llegar a conseguir más de 80 CV de potencia de ventaja sobre el resto, cifra señalada por Helmut Marko (Red Bull) como la diferencia que tienen con los motores Renault. A partir de ahí, y con un diseño diseño aerodinámico del monoplaza bebe de los éxitos de las últimas temporadas, sólo hacen falta dos pilotos competitivos para garantizar el éxito.

Este fin de semana en China será raro no ver un nuevo doblete. Lewis Hamilton y Nico Rosberg, si bien tapados como siempre el viernes, ya dieron muestras de que otra vez será Mercedes el equipo que lleve la voz cantante. Nada hace pensar que esto vaya a cambiar a lo largo de la temporada, y salvo sorpresa normativa de la última hora, la escuadra de las flechas plateadas volverá a llevar el trofeo de campeón a la pequeña ciudad de Brackley.

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