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Eduardo Lorrio y Víctor Gutiérrez, jugadores de waterpolo del Canoe.
La isla del waterpolo español
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La isla del waterpolo español

El Canoe es el único conjunto no catalán que aporta jugadores a la selección debido a la desigual composición de la Liga

Javier Bragado

Lunes, 30 de noviembre 2015, 01:16

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El waterpolo, uno de los deportes con mayores satisfacciones olímpicas españolas en los últimos tiempos, vive mayoritariamente de los clubes catalanes. De hecho, la lista de las convocatorias del combinado español se suelen completar por nombres llegados de esas tierras que son vivero y tradición en la piscina. Sin embargo, de vez en cuando surgen con cuentagotas desde Madrid talentos para apoyar al núcleo catalán. El contraste se entiende cuando se compara el número de habitantes de la capital española (más de tres millones) con un único representante en la División de Honor del deporte acuático de los goles.

La culpa de la supervivencia 'extracatalana' es del Real Canoe, un club con solera acuática que se mantiene a la sombra de otras instalaciones mastondónticas en el Barrio de la Estrella. Allí, un grupo de jóvenes se prepara en la que se ha erigido como una isla en el escenario del waterpolo español. «Es una lástima que en Madrid sólo haya un equipo de nivel. Vendría muy bien otro a este deporte y al club porque la competencia está bien. En Barcelona hay siete u ocho equipos...», señala Eduardo Lorrio, una de las promesas para guardar la portería española. «Quieras que no, la competencia, estar uno encima del otro, la posibilidad de entrenar en un momento determinado con alguno de ellos... aumenta el nivel. Es una pena», argumenta el guardameta sobre una categoría en que un equipo navarro y un madrileño fuera del área tradicional. «Yo no lo veo como una desventaja. Desde que estoy en el Canoe llevamos entre los cinco primeros compitiendo varios años, hemos llegado a una final de la Copa del Rey y la selección sigue contando con jugadores madrileños. Es verdad que no tenemos más equipos con los que competir o medir el nivel, pero los resultados están ahí y no tenemos nada que envidiar a los equipos catalanes», opone Víctor Gutiérrez, un 'boya' que acude con frecuencia a la llamada con España del seleccionador Gabi Hernández -otro ex del Canoe-. «Como todo en la vida todos son giros y altibajos. Por suerte en este club hemos conseguido mantener una línea a pesar de los recortes, mantener el nivel con el equipo más joven de la Liga y las salidas a Madrid suelen ser complicadas», recuerda quien fue nombrado mejor portero del Europeo júnior de 2012.

Lorrio aprendió a volar sobre el agua en la calle del Pez Volador y se nota el aprecio al club con espíritu de supervivencia y personalidad propia que le ha ofrecido la única oportunidad de jugar al más alto nivel en la ciudad más poblada de España. «Es lo más ilusionante que tenemos. Estás apostando por gente que tiene 17, 18 o como mucho 21 años; gente que tiene todo por delante en el waterpolo y vas a seguir apostando», defiende Lorrio, que estudia Criminología cuando no recibe balonazos. Víctor Gutiérrez, en cambio, empezó a practicar en la piscina del céntrico barrio de La Latina, un espacio acuático que hoy ha desaparecido y ha sido en el Canoe donde ha compaginado el aprendizaje de los secretos del waterpolo con la casi terminada carrera conjunta de Comunicación Audiovisual y Periodismo.

El nivel español

Sin embargo, a pesar del esfuerzo conjunto de los madrileños y de la matriz catalana, los tiempos del waterpolo español no están cerca de la quinta que brilló con Manel Estiarte y Jesús Rollán en los años noventa. La selección española se ha bajado del podio en las competiciones internacionales y desde la federación se llegó a barajar que el técnico de las 'guerreras', Miki Oca, asumiera la dirección del masculino. «Ha sido un cúmulo de circunstancias. Es verdad que el nivel de la liga ha bajado porque ha habido fuga de talentos. La situación económica es la que es, el deporte tampoco se libra y los jugadores se han ido en busca de mejores contratos a otras ligas. Entonces el nivel de la liga ha bajado y eso ha influido también en el equipo nacional», analiza Víctor García. Actualmente Guillermo Molina defiende los colores del AN Brescia, Blai Mallarach los del Olympiacos y Gonzalo Echenique los del Primorje Rijeka en una formación con un bloque más disperso que el femenino.

El conjunto nacional ha perdido sus primeros partidos de la presente Liga Mundial y en enero tendrá un complicado grupo en el Europeo -con una única plaza olímpica en juego-. En la última convocatoria ningún jugador del Canoe fue llamado, pero ni Lorreo ni Gutiérrez van a rendirse. Tampoco un problema de adaptación. «El estilo de la selección es el que es, el que marca el entrenador y son los jugadores los que tienen que adaptarse a ello», expone el 'boya' nacido en 1991. A su favor cuentan con la referencia de un club con nueve waterpolistas olímpicos en su historia que se resiste a la desaparición y a no ser protagonista. Desde la isla madrileña los habitantes siguen teniendo fe en que el futuro es suyo.

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