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Mireya fue una de las más destacadas del Santa Teresa. :: c. moreno
El Santa Teresa sufre un golpe franco directo

El Santa Teresa sufre un golpe franco directo

Al conjunto pacense se le escapó la victoria merced a un gol de falta del Valencia, que fue inferior a las locales

MANUEL Gª GARRIDO

BADAJOZ.

Lunes, 29 de enero 2018, 08:23

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Al Santa Teresa se le escapó ayer la victoria entre los dedos. Un tanto de falta del Valencia igualó en los últimos 20 minutos una contienda que las pacenses controlaron casi por completo. Solo faltó algo más de gasolina, la frescura que aporta tener fondo de armario.

SANTA TERESA

1

-

1

VALENCIA

  • Santa Teresa: Larqué; Parra, Marina, Alba Gordillo, María Neira; Aina, Nayadet, Chica; Alba Merino (Yamila, m. 84), Estefa y Mireya.

  • Valencia CF Noelia Bermúdez; Van Den Berg, Ivana Andrés, Sandra Hernández (Anair Lomba, m. 73), Joyce, Marta Peiró (Szymanowski, m. 58), Mari Paz, Marta Carro (Alejandra, m. 63), Débora García, Georgina Carreras, Paula Sancho (Karpova, m. 58).

  • Goles 1-0, min. 27: Alba Merino. 1-1, Szymanowski, min. 70.

  • Árbitra Hajnalka Lobenschus (Comité madrileño). Mostró amarilla a las visitantes Ivana (14) y Karpova (94) y a las locales Alba Merino (45) y Aina (91).

  • Incidencias El Vivero, 300 espectadores.

Salieron enchufadas las jugadoras de Juan Carlos Antúnez, con mucha movilidad, intensidad y presión alta. El viento y el empuje del Santa Teresa decantó el campo hacia el lado valencianista, por donde transitó casi todo el juego en los primeros compases. La consigna era clara, impedir el fútbol combinativo rival, interrumpir las transiciones rápidas con contundencia y no dar opción en las segundas jugadas. A partir de ahí, correr sin balón e incomodar al rival, desconcertado y minimizado en el arranque. Fueron unos 20 minutos desagradables para el Valencia, que no sufrió atrás en exceso, pero que no encontraba su sitio en el campo. Una sucesión de córneres los solventaba con solvencia la zaga visitante, pero permitía respirar a las pacenses, titánicas en su pelea. Y ahí empezó la exhibición de Mireya. Su trabajo fue poco vistoso pero inmenso. Se bregó con centrales fuertes y altas pese a su poca estatura y complexión. Y no se arrugó, fue al choque, arrastró a las defensas para habilitar la entrada de sus compañeras y se vació físicamente. Sigue peleada de cara al gol, pero ayer aportó todo lo demás.

Faltaba eso, definición, y llegó de la manera más inesperada. En el minuto 26, un centro en carrera desde la derecha de Alba Merino se envenenaba y sorprendía a la portera Noelia Bermúdez, rebasándola (1-0). El golpe de fortuna aturdió al Valencia, que no fue capaz de reaccionar en la primera parte. Pasaban los minutos y el Santa Teresa perdía fondo pero ganaba confianza y seguridad en sus posibilidades.

Marta Carro fue un hueso duro de roer, pero estuvo muy sola en la medular. Fueron fundamentales las ayudas de Chica, Nayadet, Aina e incluso Estefa, que ayer estuvo desaparecida en ataque, pero se puso el mono de trabajo. Mari Paz tampoco apareció en el Valencia, la goleadora cayó a banda, bajó a recibir, trató de buscar espacios para asociarse, pero en cada hueco el Santa Teresa levantaba un muro. Marina Agoües mostró personalidad y fuerza en la zaga, lo cual transmitió serenidad a las demás.

En la segunda parte, no hubo repliegue ni embudo atrás. El Santa Teresa achicaba balones cuando era necesario, pero no se limitaba a ejercer de frontón que repeliera el balón. Tampoco le hizo falta, porque el Valencia no exigió. Las pacenses desactivaron el centro del campo rival y las visitantes se vieron obligadas a optar por un fútbol directo poco acorde a su esquema táctico. Tenían recursos de sobra para ello, con Van den Berg colgando balones bombeados en busca de las torres, entre ellas Karpova, que salió por Paula Sancho.

El cansancio empezaba a afectar a las pacenses, pero no se amilanaron. Aina tuvo en sus botas el segundo en una jugada embarullada que terminó con su disparo desde la frontal desviado por la defensa a pocos metros de la línea de gol.

Gol de Szymanowski

Una jugada aislada en el minuto 71 cambió el signo del encuentro. Una falta lejana sin aparente peligro se convirtió en el empate. Szymanowski, que había entrado en la segunda mitad, disparó a puerta, varias jugadoras salieron de la barrera a taponar el tiro y despistaron a Larqué, que no pudo reaccionar a tiempo para taponar el tiro, que se coló por su palo derecho (1-1).

El Santa Teresa no se rindió, se sobrepuso al golpe y apretó dientes y puños para seguir intentándolo arriba. En el minuto 84, la falta de instinto rematador de Mireya impidió que en su internada viera el ángulo por el palo de la portera y decidió poner el pase de la muerte que no tuvo destinataria. Yamila debutó en el último tramo pero no gozó de mucho tiempo para aportar demasiado.

El punto es valioso, pero el Santa Teresa pudo salir reforzado ayer del Vivero con un triunfo de prestigio que se escapó en prácticamente la única opción de gol del Valencia.

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