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Los visitantes celebran el único gol del encuentro. / Javier Vaz
Victoria de mérito del Cacereño
TERCERA

Victoria de mérito del Cacereño

Con un solitario gol de Chema Saldaño, los verdes tiran de eficacia ante un Montijo al que tan solo le faltó tino para hacer justicia

J. CEPEDA

Domingo, 27 de agosto 2017

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Victoria de mérito del Cacereño en Montijo. Todavía lejos de ofrecer su mejor versión por aquello de lo descompasados que están los estados de forma, el equipo dirigido por José María Rebollo amarró ayer en el Emilio Macarro tres valiosos y reconfortantes puntos en el debut liguero merced a un gol de Chema Saldaño en el minuto 76. No lo tuvo fácil el vigente campeón de la Tercera extremeña ante un Montijo que, lejos de cualquier especulación, plantó cara con sus armas a un equipo al que hace poco más de dos semanas logró derrotar por cuatro goles a uno en pretemporada y en este mismo escenario. Aunque no fue un duelo especialmente brillante, ambos hicieron gala de cierta intensidad muchas veces atípica en estos primeros lances de la temporada, sobre todo en la primera mitad. Algo que hay que agradecer al planteamiento fijado por ambos técnicos.

MONTIJO

0

-

1

CACEREÑO

  • montijo : Ímola, Carlos, Tala (Jesús m. 45), Borja (Javi m. 87), Matute, Pantoja, Escorial, Albertino (Pablo Carmona m. 66), Aguza, Juampa y José Luis.

  • cacereño Jiménez, Neto, Santi Polo, Juanjo Polo, Elías Molina, Carlos Fernández, Viñuela (Javi González m. 80), Juanqui, Javi Navarro, Carlos López (Javi Durán m. 70) y Miguel (Chema m. 50).

  • Goles 0-1, m. 74: Chema.

  • Árbitro Holcer Levato. Amonestó a los locales Borja, Matute y Pantoja y a los visitantes Neto, Juanjo Polo y Carlos Fernández.

  • Incidencias Municipal de Montijo. 350 espectadores con presencia de aficionados del Cacereño.

Fue el Cacereño el que inició el envite con el bastón de mando a cuestas con unos enchufados Javi Navarro y Juanqui Núñez, quienes estuvieron cerca de aprovechar dos errores defensivos del central Aguza en las filas del equipo local. Con los nervios defensivos del Montijo como mejor aliado del Cacereño, en la escuadra rojilla era el extremo Matute -primero en banda derecha y luego en la izquierda para buscarle las cosquillas a Neto- el que se erigía por momentos en adalid del equipo montijano, pese a que sus incursiones nunca acabasen de fructificar con el resultado deseado.

Entre tanto, los latigazos ofensivos del Montijo llevaban cierto peligro al área defendida por David Jiménez, quien a la media hora de juego sacó en dos acciones prácticamente consecutivas un par de manos salvadoras para repeler los cabezazos de Escorial desde dentro del área. Ocasiones manifiestas de gol que espolearon a los de Emilio Blanco, quienes en la recta final de la primera mitad dieron un paso al frente en cuanto al dominio y al control, aunque sin fortuna en la definición.

Con el fuelle cada vez más mermado en ambas escuadras, la segunda parte tuvo un perfil algo más bajo, sin un claro dominador y con un juego que no reflejaba tantas progresiones individuales como en el primer acto. Especialmente llamativo fue el caso de Neto. El lateral guineano del Cacereño, que en el arranque del partido hizo gala de su potencial con dos buenas carreras en banda derecha, se fue consumiendo posteriormente como una pavesa. Con apenas un par de entrenamientos a sus espaldas, se espera que sea un jugador que pueda marcar la diferencia en la categoría cuando recupere su estado de forma óptimo.

El que sí brilló en el Cacereño con más regularidad fue el recién fichado Fran Viñuela. Con gran astucia, suya fue la acción en el minuto 76 a través de la cual logró robarle la cartera en banda derecha a un defensor local para ceder el balón al corazón del área, donde Chema Saldaño definió a la perfección ante Ímola para establecer el cero a uno final. Cabe destacar que Saldaño había entrado al terreno de juego apenas unos minutos antes en sustitución de Miguel Ballesteros, quien se retiró víctima de unas nuevas molestias en los abductores.

Agazapado y sin renunciar a las contras para sentenciar la contienda, el Cacereño se replegó posteriormente para defender como gato panza arriba las acometidas de un Montijo al que tan solo le faltó algo de tino para haber hecho justicia en el marcador, a tenor de la igualdad evidenciada entre ambos equipos.

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