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Álvaro dispara a puerta en el primer tanto del encuentro. :: DELGADO
En el último suspiro
tercera

En el último suspiro

El Calamonte vence a un gran Don Benito en un choque con ocasiones y un mal arbitraje

FELIPE J. DELGADO

Lunes, 10 de abril 2017, 08:17

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CALAMONTE. Un gol en el minuto 89 decantó a favor de los locales un encuentro vistoso donde la parroquia blanca disfrutó y que acabó con las protestas dombenitenses por una posible mano de Écija, que habilitó a Enrique para poner el definitivo 2-1 en un partido de muchas ocasiones y en el que el Calamonte dominó en la primera parte y los calabazones lo buscaron más en la segunda mitad. Pero antes.

Suele decirse que el fútbol te da lo que te quita. Y ayer al Calamonte le dio lo que en muchos otros encuentros le quitó: decisiones arbitrales que desnivelan la balanza hacia uno u otro lado. Y ayer la moneda cayó por el lado blanco. Es cierto que los locales lo buscaron más (sobre todo en la primera mitad), pero es justo (y necesario) reconocer que el Don Benito, tras empatar la contienda, encerró a los de Juan Pedro en su campo, aunque no logró rematar un partido en el que parecía contentarse con el empate y, de ese modo, puntuar y seguir en la brecha. Pero al final, la suerte (y el árbitro) quisieron (incluso permitieron) que los tres puntos quedaran en casa. Arrancó el encuentro con dos equipos midiéndose como dos leones, mostrándose respeto pero marcando el terreno.

Tras asentarse en el tapete, la primera oportunidad la tuvo Vilorta para los locales, de cabeza, tras un centro desde la banda de Diego. Volvió a tenerla el Calamonte pocos minutos después con una dejada a Écija que se incorporaba desde atrás y que puso a prueba el buen hacer de Sebas Gil, que arqueó el cuerpo, estirándose y poniendo la manopla abajo para sacar el disparo del 10 local. Mientras, los visitantes buscaban a Abraham Pozo, que trataba de encontrar su hueco entre los centrales. Los apoyos de Iván Bolado y Christian daban a los rojiblancos oportunidades por banda.

Tras una fase más plana de juego, los de Pozo pusieron verticalidad y peligro. Y tres faltas al borde del área. Y ahí llevó mordiente el Don Benito, que se creció aunque sin lograr perforar la meta defendida por un Miguel López que manda (y mucho) sobre el terreno de juego. Y eso lo nota el conjunto calamonteño.

La segunda mitad pareció arrancar con menos tensión. Pero un rechace que cae a los pies de Álvaro, ayer con el 9 en la zamarra, lo convirtió el mediocentro blanco en el primer tanto, ante el que nada pudo hacer Sebas Gil. El gol blanco puso nervio al encuentro. El Don Benito se fue arriba y abrió huecos que el Calamonte trató de aprovechar con contragolpes.

Si los blancos tenían una oportunidad, los de Don Benito tenían otra. Un gol anulado a los visitantes espoleó aún más el juego. Y otro gol anulado a los visitantes terminó de desquiciar a los de Pozo, que se quejó amargamente del colegiado al finalizar el encuentro. Entre medias, un enorme gol de cabeza de Juan Germán. Y cuando el encuentro parecía morir con el empate, una nueva internada blanca, un último suspiro, un jaleo en el área, una mano reclamada, y gol de Enrique que ponía fin a un choque de alto voltaje y buen fútbol.

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