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El Badajoz deja el título en manos del Cacereño
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El Badajoz deja el título en manos del Cacereño

El equipo pacense no tuvo capacidad de respuesta ante un voluntarioso Plasencia

Javi Pérez

Domingo, 26 de febrero 2017, 20:58

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El Badajoz volvía a recibir un golpe profundo en sus aspiraciones. El equipo pacense no tuvo capacidad de respuesta ante un voluntarioso Plasencia y deja el título de la Tercera extremeña en manos del Cacereño.

CD BADAJOZ 1-UP PLASENCIA 1

  • CD Badajoz; Nico; Chechu (José Manuel, min. 79), Rodao, Parada, David Gallego; Ruano, Amine, José Ángel, Joaqui Flores; Gabri (Javi López, min. 56) y Joselu.

  • UP Plasencia Manolo; A. Marín, Borrallo, Marco, Segura (Adai, min. 79); Javi López, Bugato, Núñez, José Mari (Juanito, min. 84); Sergio (Miguel, min. 63) y Luismi.

  • Goles 1-0

  • Árbitro Garro Sánchez. Amonestó en el Badajoz a Rodao (70) y en la UP Plasencia a Marín (12), Núñez (30) y Bugato (53).

  • Incidencias Unos 1.000 espectadores en el Nuevo Vivero. Los presidentes del Badajoz y Plasencia Pablo Blázquez y Rubén Hernández en el palco.

  • El Plasencia pesca en la penumbra blanquinegra

  • El Badajoz, sin capacidad de respuesta, recibe otro golpe para despedirse de sus aspiraciones al título

El Badajoz es una sombra de lo que realmente debería ser. El equipo blanquinegro ha caído en un estado de depresión preocupante. Mientras el líder golea en Jerez, los pacenses no pueden pasar de un empate en su casa ante el Plasencia y ya empiezan a estar más preocupados del Coria que le aprieta por detrás a dos puntos que del Cacereño, que se escapa otra vez a siete. El Plasencia de Pastelero asesta el golpe que puede ser definitivo para que el Badajoz se despida de la lucha por el título. El desánimo se ha instalado en el Nuevo Vivero después de cuatro jornadas sin ganar. Las sensaciones que dejan los blanquinegros en sus rostros camino del túnel de vestuarios son de haber dicho adiós al campeonato. Ni siquiera el tiro al palo de Javi López en el descuento habría podido invertir la desazón entre la afición pacense. Los placentinos por su parte celebraron el punto como de una victoria.

Todo se torció desde el principio. Por si el Badajoz no tuviera bastante, en el calentamiento se caía Álex Herrera que iba a repetir en el lateral izquierdo como sustituto de un recién recuperado David Gallego y precisamente tuvo que salir el salmantino de inicio en su lugar. El cambio del cambio. La defensa ya de por sí estaba muy tocada sin ninguno de los tres centrales específicos y con Parada y Rodao, en varios partidos pareja de medioscentro, retrasando su posición en el eje de la zaga. Los problemas se acrecentarían con la retirada de Chechu por un golpe en el muslo.

Al Badajoz le pesan los 5 puntos y especialmente dar otra decepción al Nuevo Vivero. Se vio reflejado en una primera mitad de mucho control de la situación y gran concentración defensiva. Parecía que el equipo había salido teniendo claro que no podía cometer errores que le costaran un nuevo disgusto inesperado. El dominio blanquinegro moría en las inmediaciones de Manolo. Joaqui Flores lo intentaba con insistencia por la banda, pero sin prender esa chispa incendiaria que le caracteriza. Joselu se peleaba con Mario y Borrallo, siempre un incordio para los defensas y combativo. Pero al equipo pacense le faltaba esa mecha que dinamitara el encuentro y sirviera de liberación. Gabri pudo romper el encuentro pero remató mal ante el portero en un difícil control. El Plasencia mostraba sus cartas en las botas de Luismi. El capitán placentino dio dos avisos en dos azotes desde fuera del área. El Nuevo Vivero asistía impasible con la esperanza de ver a su equipo resarcirse y reencontrarse con su mejor versión. Ni disfraces ni tambores de guerra que en otros tiempos tanto se hacían notar en las gradas cuando llegaba el Carnaval. El juego en estos 45 minutos tampoco animó mucho a la grada. Un posible penalti del portero Manolo que se enredó para sacar el balón ante la presión de Joselu provocó el único ruido.

El Badajoz no encontraba esa jugada que hiciera saltar por los aires el partido. Llegó en el momento menos esperado, casi por sorpresa y cuando el primer acto dormitaba pidiendo a gritos el descanso. Tuvo que ser a balón parado, en un saque de esquina que Amine cabeceó a la red. El Nuevo Vivero respiraba algo aliviado, pero un disparo de Luismi desde la frontal casi hace que a más de uno se le indigestara el bocadillo.

Con ese susto se metieron los blanquinegros en vestuarios, pero tras la reanudación espabilaron. Todo lo contrario. Se dejaron atrapar en sus propios temores y el Plasencia pegó un zarpazo para hurgar en la herida pacense. En un balón colgado al área en un saque de falta en la línea de medios a Nico se le escapa entre las manos y Marco aprovecha el regalo para empatar y enmudecer aún más al Nuevo Vivero.

El lanzamiento de Luismi demasiado alto alentó el descontento general. La paciencia y el crédito se habían agotado y todas las dianas se dirigían al banquillo.

El Badajoz trataba de responder a base de impulsos, pero no encontraba la forma de disparar a puerta. Ruano gozó de algunas ocasiones, pero sólo eran chispazos aislados. A la desesperada y cuando Izquierdo se vio obligado a realizar su enésimo encaje de bolillos en una defensa en cuadros con la retirada de Chechu por un golpe en el muslo, Javi López tuvo la ocasión para calmar los ánimos pero su disparo a bocajarro con toda la portería para él se estrelló en el palo. En ese poste morían las esperanzas e ilusiones blanquinegras para acabar la liga campeón.

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