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¿Qué ha pasado hoy, 18 de marzo, en Extremadura?
Izquierda. Paco Cordero, Flecha, Manuel Pérez, Luis Egea, Barragán y Portu posan en el Municipal de Montijo. Derecha. Integrantes de aquel mítico equipo que hizo soñar a Montijo con eliminar a un Primera
El día que el Montijo desafió a la Real Sociedad de Arconada

El día que el Montijo desafió a la Real Sociedad de Arconada

El 22 de octubre se cumplen 30 años del histórico partido de Copa que se resolvió con un polémico gol de Beguiristáin en fuera de juego

Javi Pérez

Domingo, 9 de octubre 2016, 00:35

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Portu ahora es bombero, Manuel Pérez se sacó una plaza de ATS, Barragán se ha entregado toda su vida al campo, Flecha trabaja de electricista, Luis Egea en Automáticos Fame y Paco Cordero disfruta a sus 67 años de la merecida jubilación después de haber ejercido de maestro desde que tenía 19. Pero hace justo 30 años pusieron contra las cuerdas a la mítica Real Sociedad de los 80, la mejor de la historia. Las emisoras de radio y periódicos les sacaron del anonimato y de repente se vieron delante de los focos y flashes. Fue su momento de gloria. Son algunos de los héroes de aquel mítico Montijo del 86 que sacó los colores a la Real de Arconada.

22 de octubre de 1986. 20.30 horas. Ambiente de fútbol de Primera como nunca antes se había visto en Montijo y gran parte de Extremadura. Todo el pueblo quedó paralizado. La visita de la Real Sociedad en la tercera eliminatoria de la Copa del Rey marcó un hito histórico para el deporte local y los ecos de aquella formidable tarde aún resuenan por los alrededores del estadio 30 años después. Se instalaron gradas supletorias para albergar a los 3.248 espectadores que tuvieron el privilegio de presenciar un acontecimiento único, irrepetible para un club humilde como el Montijo y una localidad que por aquel entonces contaba con unos 14.500 habitantes, y que dejó en taquilla 3.968.200 pesetas. «El pueblo estaba a reventar, nervioso, la gente te paraba por la calle. Nos concentramos en el hotel por la tarde. Por un día vivimos como profesionales», recuerda Luis Egea.

No todos los años se tiene el lujo de recibir a un Primera. Y menos a uno de los grandes en los años 80. La Real de la época dorada, la que ganó dos ligas consecutivas en las temporadas 1980-81 y 1981-82, causó gran expectación en toda Extremadura. Manuel Pérez refleja muy bien lo que significó aquella ilustre visita. «Por aquel entonces Extremadura todavía no había tenido equipos en Primera, no habían subido el Extremadura ni el Mérida y que viniera la Real con todos sus internacionales fue un acontecimiento en lo deportivo y social que estuvimos viviendo durante mucho tiempo».

Los donostiarras llegaron con todas sus figuras. Arconada, Bakero, López Ufarte, Beguiristáin, López Rekarte, Sagarzazu, Zamora, Larrañaga, Górriz y con John Benjamin Toshack en el banquillo. Y bien que hizo en no reservarse y sacar su equipo de gala porque el Montijo de Paco Cordero puso en un aprieto al que posteriormente se proclamaría en esa edición campeón de Copa. El año siguiente el Barcelona le desmantelaría medio equipo. El Montijo formó con Portu en la portería, Casi, Emilio, Pla, Valentín, Flecha, Barril, Pérez, 'Chato' Doncel, un jovencísimo Javi Pereira (el único que sigue vinculado al fútbol y ahora es segundo entrenador de Jokanovic en el Fulham inglés) y Chovi, que fue sustituido en el minuto 57 por Barragán.

El utillero de la Real, de Barcarrota

Hasta el minuto 71 resistió el conjunto montijano. Y eso que Toshack, con su habitual soberbia, había comentado en la previa que la eliminatoria se resolvería en 20 minutos. Por eso, durante el partido Paco Cordero se lo recordaba cada 20 minutos al banquillo realista señalando su reloj. Aunque el galés, herido en su orgullo, nunca le devolvió la mirada. Tragaba saliva. El técnico montijano buscó la complicidad del utillero de la Real, que era de Barcarrota y le conocía porque su mujer Puri Pérez también procede de dicha localidad pacense. Francisco Hernández Alfonso (fallecido en 2005), en realidad era el encargado del mantenimiento de los campos de la ciudad deportiva, pero no quiso perderse este encuentro tan especial cerca de su casa y viajó con la expedición realista. Nació en Almendral en 1936, pero vivió siempre en Barcarrota donde conoció a su esposa y regresaron ya jubilados en el año 2000. Su viuda Luisa Gordillo aún vive en el pueblo.

Los txuri-urdin pasaron de ronda por un polémico gol de Beguiristáin. No hay nadie en Montijo que haya olvidado ese tanto. Tampoco del nombre del árbitro. «El linier estuvo con el banderín levantado durante más de un minuto. Lo tenía clarísimo. Pero Cayetano Bueno ni le miró y señaló el centro», recuerda José María Flecha. «Yo estuve hablando con el linier y me dijo: que venga aquí, que yo le digo que ha sido fuera de juego, pero Cayetano no hizo caso», apunta Portu, el portero de aquel Montijo que encajó ese gol imposible de olvidar. Aquel arbitraje es motivo de conversación estos días en cualquier rincón de Montijo. «Le pusimos Cayetano Malo. Fue un escándalo, está grabado y también todo el lío que se formó después», añade Carlos Moreno, Carlín, un veterano aficionado que custodia un tesoro audiovisual con todos los partidos del Montijo. «Tenía un bar y los jugadores iban a ver los partidos que grababa. Ese partido se habrá puesto cientos de veces», comenta.

El club y la localidad se están volcando para conmemorar esa histórica fecha durante el fin de semana del 22 de octubre, que tendrá como acto central un encuentro entre veteranos del Montijo y la Real Sociedad el mismo sábado. Hace 30 años también se movilizaron desde todos los estamentos. La implicación fue total. «Participó todo el pueblo. La junta directiva del club se puso mano a la obra desde el momento que se conoció la noticia con el sorteo. La afición se volcó y el equipo cumplió con creces las expectativas», recuerda Paco Cordero. Entonces a sus 37 años, era un técnico joven que llevó al Montijo desde Tercera a escribir las páginas más brillantes de su historia. «Fue una recompensa a todo el trabajo que habíamos hecho, incluida la temporada anterior con aquellos jugadores que al quedar cuartos nos dieron la oportunidad de participar en la Copa», subraya.

La agitación de esos días no alteró la programación que Cordero tenía marcada en su libreta para todo el curso. «Una emisora vino y quedaron extrañados porque el día anterior al partido estuviéramos entrenando. Yo les dije que toda la planificación que tenía preparada desde el verano no se iba a cambiar porque viniera la Real Sociedad. Nosotros dimos la cara aquel día tanto en el aspecto técnico-táctico como en el físico», sostiene el preparador.

En ese sentido, Cordero desvela las claves para que el Montijo se le atragantara tanto a la Real. «La Real jugaba en defensa con un 5-3-2, por ello nosotros tuvimos en muchas fases del partido superioridad en medio del campo, lo que nos permitió tener llegadas a su área y crear peligro». Tampoco les dedicó una charla especial a sus jugadores en la caseta antes de saltar al césped. «Nos dijo que disfrutáramos y saliéramos a jugar como veníamos haciéndolo. Era un día de fiesta no de conseguir algo que no podías conseguir, pero si sonaba ahí estábamos», revela Egea, que ese partido lo vivió desde el banquillo.

El Montijo le pegó un buen susto a la Real y tuvo sus ocasiones en una falta de Chovi y un cabezazo de Chato Doncel que el legendario guardameta de la selección española despejó con la punta de los dedos pegado al palo. «Arconada hizo un paradón en una falta de Chovi. Se cantó casi gol. Sacó una mano increíble como gran internacional que era», rescata de su memoria Juan Luis Trejo, aficionado desde los tiempos del viejo campo de Santa María que se ubicaba detrás de la Cafetería Las Cumbres a finales de los años 40.

«Siempre nos quedará la duda de qué hubiera pasado si pita el fuera de juego y hubiésemos llegado a los penaltis», se cuestiona el que fuera portero montijano.

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