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JOSÉ CEPEDA
Viernes, 12 de agosto 2016, 07:39
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Cimientos sólidos para ambiciosos objetivos. La de Nando González (Mataró, 7 de abril de 1988) es una voz autorizada en el mundo del fútbol. El experimentado centrocampista de contención, que también puede ejercer de central, vive con entusiasmo sus primeras semanas como jugador del Cacereño pese a contar con un amplio bagaje a sus espaldas. «Estamos formando un buen equipo y estoy convencido de que a partir de ahí podremos crecer».
Tras su paso por varios equipos catalanes, así como por el Logroñés y el Puertollano, González ya era conocedor del fútbol extremeño, pues militó en las filas del Arroyo y del Villanovense en Segunda B. Pero, ¿qué le hizo decantarse por Cáceres? «Ya conocía la ciudad de cuando estuve en el Arroyo y mi pareja es de aquí. Es un lugar que me gusta mucho. Además, y aunque nunca me había entrenado, también conocía a Adolfo Muñoz. He buscado la estabilidad y cumplir con el objetivo de devolver al Cacereño a la categoría que se merece sí o sí».
Aunque González ya tenía referencias de la mayoría de sus compañeros, no esconde su satisfacción por trabajar con hombres como Asiel y Carlos García, a quienes no conocía aún: «Me han sorprendido. Son muy buenos jugadores», dice de ambos.
González llega al Príncipe Felipe para «aportar experiencia». Tras su salida del Villanovense a mitad de la campaña pasada, el futbolista finalizó la temporada con el Santa Coloma, al que ayudó a conseguir el título liguero de Andorra. Además, con este equipo jugó posteriormente frente Alashkert armenio una de las fases previas de Champions League, compartiendo once inicial con el exarroyano Víctor Armero, así como con el exinternacional español Joan Capdevila. No obstante, su equipo no pudo pasar de ronda.
¿Tiene ganas de quitarse la espinita de Villanueva de la Serena, donde no tuvo continuidad? «No nos vamos a engañar. No fue una buena primera parte de la temporada, pero en el fútbol a uno no le salen las cosas siempre como quiere ni está en el sitio indicado para poder disfrutar. Salió mal, pero no pasada nada. Al Villanovense le deseo grandes éxitos, pero ahora yo tengo otro camino, que es conseguir el ascenso con el Cacereño».
¿Y cómo es el día a día de trabajo a las órdenes de Adolfo Muñoz? «Es un entrenador muy exigente y no deja que nadie se relaje. Sabe lo que quiere y trabaja para intentar inculcar sus conceptos lo antes posible. Él ha luchado mucho para que nosotros estemos aquí y ahora nosotros tenemos que devolverle toda esa confianza». Además, González lanza un mensaje positivo a los aficionados verdiblancos: «Que estén tranquilos. El equipo es muy trabajador y está comprometido para lograr el objetivo».
Vargas sale
En otro orden de cosas, la salida de Pablo Vargas es ya una realidad. El meta sevillano y el club han llegado finalmente a un acuerdo para la rescisión del contrato que les vinculaba durante esta temporada. Así, el Cacereño ya trabaja en la contratación de un guardameta de garantías que pueda disputarle el puesto a Camacho.
Además, según reconoce Adolfo Muñoz, aún quedan por cubrir varias demarcaciones, pues quiere más fondo de armario en los extremos y en la punta, así como en el puesto de central.
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