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Dos jugadores del Arroyo se lamentan sobre el césped del Municipal al termino del encuentro de ayer. :: Lorenzo Cordero
El Arroyo se ahoga en el descuento
tercera

El Arroyo se ahoga en el descuento

Con uno menos, los de Adolfo dan la vuelta a la eliminatoria en el minuto 88, pero terminan cayendo en el 90

JESÚS FUENTES

Lunes, 30 de mayo 2016, 07:44

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El fútbol fue cruel con el Arroyo que cayó eliminado de la fase de ascenso con un gol en tiempo de descuento, cuando había conseguido marcar el 2-0 con un hombre menos sobre el campo. Los extremeños ya acariciaban la remontada ante el Azuqueca, con el tanto de Armero en el minuto 88 y el encuentro prácticamente finiquitado pero entonces llegó el gol de Pancorbo que dio el pase a los azudenses. Los locales protestaron por la actuación arbitral en un encuentro que disputaron más de media hora con un hombre menos por la expulsión de Aday en el 59.

Se llegaba al partido con el ambiente enrarecido por las declaraciones de Joselu tras el partido de ida en las que aseguraba que «si pasaba el Arroyo, ganaría el fútbol de guerra». Ayer, no hubo guerra por ninguna parte, pero el fútbol lo puso el Arroyo; el único equipo que procuraba tratar el balón con cuidado. El Azuqueca se encomendaba al poderío de Esaú y Pancorbo, y por ahí vino el gol que les dio el pase.

El choque transcurrió sin ritmo en la primera mitad, sobre todo porque no lo permitía el Azuqueca, que con cinco hombres atrás y arropándose en el centro del campo frustraba cada intento de asociación arroyano. No hubo ocasiones, ni casi acercamientos. Las únicas llegadas se sucedían por parte visitante mediante balones aéreos que ganaba Esaú; las locales procedían en su mayoría del buen hacer en banda derecha de Carlos García y Armero, los dos mejores jugadores locales.

El primer tanto llegó en la especialidad visitante, la pelota parada. Joshua, que formaba dupla en el centro del campo con Hedrera, ponía una bola tensa para Oca, que en un testarazo firme y certero alimentaba las esperanzas arlequinadas. Así se llegó al descanso, con la sensación de superioridad, y de incertidumbre, sobre todo, por la actuación de un árbitro que resultaría a la postre crucial en el devenir del partido.

El árbitro influyó, negar su protagonismo sería no acercarse del todo al partido. En su decisión más polémica expulsó a Aday. El colegiado estimó que el delantero canario se dejó caer dentro del área y le mostró la segunda amarilla. La tarjeta tuvo que esperar, ya que Aday tuvo que ser atendido en su tobillo, golpeado en esa acción que resultaría fatal para el Arroyo.

Aún con un hombre menos, los arroyano siguieron mostrándose superiores, como así estimó el propio entrenador visitante, Joselu, luego en rueda de prensa. Víctor Armero, el mejor de los arroyano ayer, puso el 2-0 en el minuto 88. Un gol que si bien no resultaba vital (un gol seguía clasificando al Azuqueca) sí que alentó a los arroyano y a una afición que ayer, incluso con el pitido final, reconoció el esfuerzo de los jugadores, y su fútbol de pelea, que no de guerra. El gol llegó tras una gran arrancada de Santi Polo, que cedió a Antonio para que éste pusiese en bandeja el gol a Casado. Salvó el primera instancia Javi Alonso, y el balón fue a parar a Armero que, con pausa y decisión hizo vibrar la red.

Ya en el descuento, y habiendo atisbado un Azuqueca inofensivo, nadie imaginaba el desenlace final. Pancorbo ya llevaba bastantes minutos incomodando a los centrales arroyanos, y en una de esas, tras un buen centro lateral, el espigado defensa hizo el gol de la clasificación.

Arroparon a los castellanos manchegos un centenar de aficionados que entraron en éxtasis en el añadido; aunque poco después se haría el silencio. Y es que el Arroyo tuvo una más tras otra internada de Carlos García, que cedió a Asiel, cuyo remate salió mordido y a escasos centímetros de la portería, cuando ya no tenía oposición.

Fue mejor el Arroyo, mostró más, quiso más, lo intentó más y de mejor forma, pero acabó por quedarse fuera de la pelea por el ascenso. La encerrona fue meramente futbolística, pero a veces sólo con fútbol no basta.

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