Un derbi es un derbi

Por ejemplo, Mérida se querrá vengar de la última temporada en la que coincidieron en Tercera, cuando Badajoz tenía más dinero y le pasó por encima. Mérida querrá conseguir o acercarse a todos aquellos récords que coleccionó el equipo de Adolfo Muñoz y meterle una distancia de 21 puntos en la tabla. Mérida querrá confirmar que manda en el verde (en plan continuación del 0-2 de la primera vuelta) y también en la grada. Mérida querrá un pasillo antes del inicio del partido.

Badajoz, por su parte, querrá bajar la euforia permanente en la que flota el Mérida en los últimos años. Badajoz querrá meterle dudas de cara al playoff de ascenso. Badajoz querrá henchir a los suyos de cara a la resaca de los días posteriores. Badajoz querrá hacerle llorar al rico y tumbar al favorito.

Y mezclando todo esto con afrentas pasadas (deportivas, oigan), nos sale lo de esta noche a las 21.00 horas en el Romano, donde no hay más en juego que la pasión y el orgullo. Al menos para los aficionados. Los entrenadores tendrán otras cosas en mente.

Ángel Alcázar, por ejemplo, tras rotar en la última jornada y recuperar a sus tocados, apunta al 'once', al sistema y a la idea que quiere plasmar en la ida del playoff de ascenso del próximo sábado. O sea que no esperen a un Mérida con muchas caras nuevas y en modo piloto. Puede que haya algunas, pero pocas. Sacúdanle un poco la tensión de los puntos en juego y saldrá un Mérida muy parecido al de las grandes citas: en juego, en actitud y en intención.

El sparring ideal

Todo esto le vendrá genial al Badajoz, porque si existe un sparring ideal para preparar la fase de ascenso, ése es el Mérida. El Badajoz, una vez finiquitada su pugna por la tercera plaza con el Jerez, encaminó una especie de pretemporada con vistas a unas eliminatorias a las que quiere acudir sin presión, a la espera de acontecimientos ante clubes y plantillas de mayor calado. Uno de ellos es el cuadro de Alcázar, el ensayo perfecto. «Es un partido ideal que llega en buen momento. No hay tanta presión pero sí mucha rivalidad y eso motiva», comenta el técnico.

Se espera reparto de minutos en las filas de Pastelero, que podrá examinar muy de cerca a su nueva adquisición, el ariete grancanario Jefté, incorporado para suplir la lesión de gravedad del refuerzo invernal Mikel, que dijo adiós a lo que resta de temporada al romperse el cruzado. «Tras tres entrenamientos nos ha confirmado lo que conocíamos de él. Es un delantero moderno, con buen desmarque y que se puede complementar bien. Claro que jugará. Es la única oportunidad que tengo de verle en un partido». Otro que podrá probarse es Copito, que regresa a la convocatoria y dispondrá de minutos para comprobar si su tratamiento en la rodilla le permitirá volver a ser importante.

No preocupa, de otro lado, el posible pasillo que los jugadores del Badajoz han de hacerle al campeón: «El CD Badajoz es un club señor y si se nos dice que debemos hacerlo no hay ningún problema. Esto es deporte». Antes de eso, el Mérida (en colaboración con empresas de la ciudad) le tiene preparada otra fiesta a sus aficionados en la calle de tribuna. A partir de las 12.00 horas, con carpa incluida, habrá paella gratis, bebidas a precios populares, actuaciones musicales, actuaciones infantiles... y tras el partido, más fiesta. El derbi bien lo merece.