Ruby frena de penalti al Badajoz de Pastelero

El encuentro comenzó con una alineación repetida del conjunto local mientras que los visitantes, con la presencia de David Copito junto Pablo Carmona, Abraham Pozo y Rooney apostaban claramente por el fútbol ofensivo. La primera ocasión fue del bando local. En el minuto 4, Martín se aprovecha de un error de Sandro para encarar a Ímola, pero su vaselina se marcha por encima del larguero. Es cierto que en los primeros compases la presión de los blanquinegros provocó que el Díter estuviera muy metido en su propio campo, aunque las acciones ofensivas visitantes llegaban principalmente a balón parado. La más clara en el minuto diez con un cabezazo de Copito al rematar un córner que se fue por encima del larguero. El pichichi blanquinegro tampoco vio puerta y encadena ya siete jornadas de sequía (desde la 15 al Azuaga de penalti).

El Díter no se arrugó y buscó la salida rápida de balón hacia la portería del exguardameta zafrense Ímola y rozó el gol en un par de acciones, la más clara a los quince minutos cuando Chicho en el interior del área culminaba una gran jugada de ataque local con un disparo que salió lamiendo el larguero. Y la segunda en el minuto 26. Ruby la pega desde la frontal del área y el balón se marcha directamente fuera rozando el palo. Esas dos acciones provocaron que el CD Badajoz se echara ligeramente atrás debido al empuje del combinado local.

Pero a la media hora de juego, un desplazamiento en largo de la defensa visitante al costado derecho de Abraham Pozo, que controla de manera magistral y ante la salida de Borja ejecuta una vaselina para romper el marcador inicial. A pesar de ello, el primer período se cerró con otra gran ocasión de los jugadores de Ito cuando Chicho desde unos veinte metros se saca una volea espectacular que roza la escuadra derecha de Ímola con el portero argentino ya batido.

El Díter se adjudicó la última ocasión de la primera parte, señal inequívoca de que estaba muy metido en el partido. Eso se tradujo en una segunda parte totalmente espectacular. Se inició con un equipo local donde las entradas de Bildo y Ruano ayudaron a que los seguedanos tuvieran más balón y, por lo tanto, una mayor peligrosidad.

El primer aviso llega en el minuto 53 con una falta directa ejecutada por Ruby muy desviada. Tres minutos más tarde llega el golazo del partido. Saque de esquina ejecutado por Ruano y Piru en el interior del área, marcando los tiempos al más puro estilo Santillana, conectó un tremendo cabezazo para establecer la igualada ante el delirio de la afición local.

Ese tanto potenció y multiplicó el estado anímico del Díter ante un CD Badajoz que se vio sorprendido por la salida impetuosa de los locales. El partido estaba controlado, a pesar de que Pastelero refrescó su ataque con la entrada de Juanan Vélez para buscar un segundo tanto. El Díter tenía la posesión de balón y se encontraba mucho mejor posicionado. Hasta que aparece la polémica. Copito cae dentro del área y el colegiado pita libre indirecto por juego peligroso. El disparo de Rooney rebota en las piernas de su compañero Carlos Arias y el balón se desvía lo suficiente para despistar a Borja e introduciéndose dentro de la portería local.

A pesar de ese tanto, el equipo de Ito ni mucho menos bajó el ritmo y siguió su estilo habitual de toque y de juego por las bandas, con dos extremos de refresco como Bildo y Ruano. El CD Badajoz trata entonces de dormir el partido con el marcador a favor pero ocho minutos más tarde del tanto pacense, Alberto Pla es objeto de penalti en otra acción polémica, pues la pena máxima fue decretada por el colegiado Conejero Sánchez a instancias de su juez de línea. Y paradojas de la vida, Ruby transforma al palo derecho raso y ajustado de la portería de Ímola. El destino quiso que el héroe blanquinegro del ascenso del Badajoz a Segunda B con su gol de penalti al Mancha Real dejara sin victoria a su exequipo en Zafra. No lo celebró.

Aún quedaba tiempo para que cualquiera de los dos equipos pudiera llevarse el partido con un gol al final. Es verdad que el Díter lo encaró con mucho mayor ahínco pero ya apenas quedaban fuerzas en ninguno de los dos conjuntos. Ni la entrada de Emilio Tienza al final pudo romper este cristalino y brillante empate entre dos equipos nobles que, posiblemente, merecieron mucho más.