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Los jugadores del Badajoz saltaron al césped con unas camisetas de ánimo a su compañero Borja Sánchez, lesionado de gravedad. En primer término, Edu Torres:: PAKOPÍ
El Badajoz rompe por el centro
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El Badajoz rompe por el centro

Edu Torres y Dávalos con sus goles y un voluntarioso Javi Ramos maquillan tras el descanso un primer tiempo sin juego ni ideas

Javi Pérez

Domingo, 14 de diciembre 2014, 19:42

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El Badajoz gana por el centro. Edu Torres y Dávalos se erigieron en salvadores del equipo blanquinegro perdido en la espesura del primer tiempo. También se sumó con sus apariciones en banda y sus centros Javi Ramos. Los de Víctor López maquillaron con el marcador un primer acto tedioso, sin juego y sin ideas. Copito esta vez no marcó, pero porque Gus se lo impidió marcando el tercero en propia puerta un gol que llevaba su nombre.

Al Badajoz le cuesta entrar en los partidos. Sale frío y como adormecido, aunque en esta ocasión el Valdivia poco le dejó hacer con su buena puesta en escena. Lo más interesante del primer acto fueron los cambios por lesiones de Cajoto y Ruco antes de la media hora. Ninguno de los dos equipos tiró a puerta en estos primeros 45 minutos.

David Copito se erigió en el más voluntarioso y animó algo con dos acciones personales antes del descanso. Pero claro, las dos jugadas protagonizadas por el delantero blanquinegro fue como asistente y sin estar el pichichi con la caña preparada en sitio oportuno sus centros no encontraron rematador. En el Valdivia era Diego quien intentaba hacer daño en el área pacense, pero se encontró con un Ímola muy bien colocado y que mostró gran seguridad a la hora de blocar los balones, sobre todo por alto. Atrapó una en el suelo en un peligroso disparo de Diego a la media vuelta nada más comenzar. El portero argentino estuvo muy atento a las acometidas visitantes y resultó muy oportuno en algunas salidas fuera del área para cortar el peligro rival. Rodolfo también se mostró muy acertado en el corte para frenar el avance de los jugadores del Valdivia.

Edu Torres trataba de poner orden, pero no conseguía descongestionar la zona de ataque blanquinegra. No conseguía enlazar dos pases seguidos, aunque el estado del césped tampoco ayudaba a hacer muchos alardes. Las bandas no existieron y con la salida del lesionado Cajoto, Javi Ramos lo buscó sin suerte en sus primeros minutos en el campo. El cambio provocó un movimiento de piezas y Abraham Pozo pasó a la mediapunta. Pero el Badajoz seguía igual de espeso. Rooney no encontraba sus revoluciones necesarias para desestabilizar la sólida zaga valvuense.

Pardógicamente el Badajoz se creció gracias a Ímola. El guardameta blanquinegro transmitió seguridad a sus compañeros y el público supo reconocer su gran partido en cada una de sus acertadas intervenciones. Y eso sin que el Valdivia ofreciera un gran despliegue ofensivo. Pero Ímola salvó dos goles, sobre todo uno a falta de cinco minutos a bocajarro de Josean.

El Valdivia demostró que no sería una presa fácil y puso en complicaciones a los blanquinegros. Mientras el Badajoz abusaba del pase corto y sin buscar verticalidad, el partido se perdía en la zona ancha sin una conducción clara.

Con este panorama sólo había que esperar a una reacción para al menos ofrecer algo con lo que entretener a la grada. Y ese ataque de orgullo llegó de las botas del Badajoz. Edu Torres conectó un zapatazo tras llegarle un balón rebotado para adelantar a su equipo y sacarlo de su letargo nada más comenzar el segundo tiempo. El Badajoz se desprendió del corsé y dio un paso al frente. Estaba decidido a rematar el encuentro para evitar sorpresas. Y así llegaría el segundo en un espléndido cabezazo de Pablo Dávalos a una falta perfectamente botada por Javi Ramos al corazón del área.

El equipo de Víctor López ya tenía el partido donde quería y se dispuso a tratar de agradar a su afición. Necesitaba reencontrarse con su juego para saldar una cuenta pendiente con su público antes de acabar este 2014. No podía despedir el año en casa sin dejar buen sabor de boca a los suyos que tanto han pasado estos años. El primer objetivo estaba conseguido. El fantasma de Don Benito y Azuaga parecía ahuyentado. Ahora sólo era cuestión de encontrar la partitura y tocar en sintonía los acordes.

Javi Ramos entendió la sinfonía y apareció como el más activo del segundo periodo. Ahora si atrevió a interpretar como solista. Suyo fue un centro que Gus marcaría en propia puerta en un intento de despejar y que involuntariamente quitaría a Copito, que ya estaba preparado para no fallar a su cita con el gol. A pesar del resultado, el Badajoz seguía pecando de poca profundidad y no aprovechaba los espacios que el rival se veía obligado a dejar con el marcador muy en contra en busca del gol de honor.

Así probaría de nuevo a Ímola, que en medio de un encuentro tan gris aportaría luz a lo presenciado sobre el césped con sus intervenciones de mérito en las dos que que le llegaron. El portero argentino se luciría con un paradón en un tiro a bocajarro de Josean con todo a su favor. Con ese dulce sabor de se consumiría un partido más que el Badajoz saca en su lucha por la fase de ascenso.

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