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Ruano, rey salvador blanquinegro

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J. V. Arnelas

Ruano, rey salvador blanquinegro

El Badajoz se agarra a la permanencia y agrava la crisis de un Extremadura sin norte

Javi Pérez

Badajoz

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Domingo, 29 de abril 2018

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Ruano volvió a aparecer como salvador del Badajoz con un gol de oro que marca el camino de la salvación y ahonda la crisis de un Extremadura en caída libre.

El Badajoz salía angustiado, en plaza de promoción por la permanencia y conociendo de antemano que todos sus rivales (Las Palmas Atlético, Córdoba B, Jumilla y Recre) habían ganado. Presión máxima. El Extremadura, en cambio, sentía un cierto alivio por la derrota del Melilla en Marbella, pero no podía confiarse ni descuidarse porque el Villanovense estaba al acecho.

La tensión y los nervios se palpaban sobre el césped. Concentración máxima y miedo a ese fallo inoportuno que pusiera muy cuesta arriba el partido y con ello comprometer aún más la situación clasificatoria de ambas escuadras. Sin los Javi's, Rey y Pérez, a los mandos del timón blanquinegro Marrero tiró por un mediocentro inédito con Rafa García y José Ángel. Martín Vázquez dejaba a Jairo y Candelas en el banquillo y salía con Álex Díez y Airam Benito. Las fichas estaban sobre el tapete verde. La partida de ajedrez estaba en marcha. Movían las blanquinegras, pero con una salida más contenida que otras veces y por lo expuesto en el primer acto iba a decidirse en una jugada maestra.

CD BADAJOZ

Fernando; Chechu, Fran Morante, Manu Torres, Álex Herrera; Ruano, Rafa García, José Ángel, Guzmán; Juanma García (Eloy Jiménez, min. 80) y Álex Rubio (Sergio Martín, min. 89).

1

-

0

Extremadura UD

Manu; Álex Díez (Jairo, min. 82), Lomotey, Borja, Nico Delmonte; Valverde, Fran Miranda, Kike Márquez, Álex Barrera (Airam Cabrera, min. 77); Airam Benito (Jesús Rubio, min. 32) y Enric Gallego.

  • GOl Ruano, min. 66

  • Árbitro Sáez Vidal (castellano-leonés). Expulsó en el Extremadura a Enric Gallego por doble amarilla (40 y 81). Amonestó en el Badajoz a Ruano (24), Manu Torres (35), Juanma García (63), Guzmán (68) y José Ángel (78) y por el Extremadura a Borja (54)

  • Incidencias Unos 7.000 espectadores en el Nuevo Vivero. Pablo Blázquez y Manuel Franganillo en el palco acompañados por el alcalde Francisco Javier Fragoso y el concejal Miguel Ángel Rodríguez de la Calle

El Badajoz quiso imponer el mando, pero la sensación de miedo la daba el Extremadura cada vez que Enric Gallego se aproximaba a las inmediaciones de Fernando. El Nuevo Vivero se mordía las uñas. Pero la defensa blanquinegra salía al quite con Fran Morante y Manu Torres muy atentos impidiendo cualquier posición de disparo. El juego circulaba poco por el césped y siempre se recurría a balones largos y a correr. Con la pelota por el cielo pacense ninguno de los dos equipos se hacía con el control, aunque el Badajoz ponía en mayores aprietos a Manu García con las arrancadas entre líneas de Juanma García. Las pulsaciones estaban a mil. El Badajoz trataba de perfilar ensanchando el campo encomendándose a la inspiración de Guzmán y Ruano en una ofensiva estéril. No se mostraba tan intenso ni presionaba tan fuerte como suele acostumbrar en casa. Parecía que esperara a su rival. El Extremadura se sacudía del peligro sin complicaciones, muy seguro y Fran Miranda siempre encontraba la salida rápida buscando el olfato de Enric Gallego para encontrar su presa.

A la media hora Martín Vázquez sufría su primer contratiempo al tener que sustituir al lesionado Airam Benito por Jesús Rubio. Badajoz y Extremadura seguían debatiendo el dominio del juego por el aire. De un lado al otro, como en el tenis, y sin encontrarse cómodos sobre el terreno de juego. Lomotey no perdía de vista a Álex Rubio que se dejaba caer a los extremos y se bastaba para deshacer los intentos de contragolpe.

Así, decidiendo la supremacía aérea de ambos bandos se evaporó un primer tiempo insulso y con los porteros como meros espectadores.

El Badajoz arrancó el segundo acto más agitado y con mayor empuje. Quería ir a por los tres puntos que valían una vida. Le metió una revolución más. Los azulgranas esperaban con Enric Gallego afilando sus uñas para dar el zarpazo decisivo. Pero los perros de presa Morante y Torres no le soltaban ni un instante.

Ruano celebra con rabia el gol que dio la victoria al Badajoz ante el Extremadura:: J.V. ARNELAS
Imagen principal - Ruano celebra con rabia el gol que dio la victoria al Badajoz ante el Extremadura::
Imagen secundaria 1 - Ruano celebra con rabia el gol que dio la victoria al Badajoz ante el Extremadura::
Imagen secundaria 2 - Ruano celebra con rabia el gol que dio la victoria al Badajoz ante el Extremadura::

El Badajoz quiso acelerar el partido y lo consiguió. Ruano y Guzmán cogían la pelota con determinación y el Nuevo Vivero hizo el resto. Los blanquinegros cogieron ese aire insuflado por la grada y apelaron al coraje en busca de su salvación. Los pacenese apretaron los dientes y miraron a la portería azulgrana. Apretaron tanto que arrinconaron al Extremadura en su campo. Y en esas estaba el Badajoz cuando apareció Ruano, rey salvador blanquinegro. El de Usagre lanzó una diagonal mágica que se coló en la portería de Manu García. El Nuevo Vivero era una fiesta. El delirio se apoderó de las gradas. Ese empuje llevó al equipo de Marrero a seguir insistiendo y así, en pleno vendaval y con la afición azulgrana gritando al unísono la dimisión de Martín Vázquez, llegaría el penalti cometido sobre Álex Rubio apenas tres minutos después. Pero el delantero sevillano le pegó con todo su corazón a las nubes. El Nuevo Vivero se encogió. El Badajoz dejaba escapar una oportunidad para sentenciar y el Extremadura cobraba vida. El empate pudo llegar en un centro de Álex Barrera que peinó Enric Gallego pegado al poste. Después el pichichi de bronce sería expulsado por doble amarilla y al Extremadura se le caía el mundo encima. Pero los de Martín Vázquez estiraron líneas y volcados buscó la igualada. En el 88 Jairo ejecutaba una falta magistralmente que Fernando despejó de puños. Se cortaba la respiración en el Nuevo Vivero. Poco después Manu Torres despejaba hacia atrás con Fernando adelantado un balón colgado que se marchó con suspense por la línea de fondo. Los minutos se hacían interminables para el Badajoz. Todo lo contrario que para el Extremadura, que veía como se le agotaba su defensa por el playoff. Para colmo, el Villanovense se adelantaba en el Romano en el 93 de penalti y dejaba sin la cuarta plaza a los azulgranas.

Al final la afición blanquinegra acabó gritando «sí se puede» y «Extremadura, Extremadura» y los jugadores pacenses celebrando sobre el césped como casi una final su victoria más angustiosa, pero que bien puede valer la salvación. Los azulgranas, en cambio, salían cabizbajos, síntoma de una depresión preocupante en el momento crucial de la temporada.

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