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FERNANDO GALLEGO
Martes, 18 de octubre 2016, 07:25
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El domingo, en Sanlúcar, el Mérida atrapó su primer punto de la temporada a domicilio. También celebró sus dos primeros goles de jugada lejos del Romano. Pero a cambio, se vino con dos puntos de menos y una baja capital para recibir al Extremadura el domingo en el Romano: la de Hugo Díaz.
El delantero del Mérida, autor de la asistencia a Carlos Rodríguez que abrió el marcador, recibió en el minuto 58 una clarísima falta en campo propio, muy cerquita del banquillo emeritense. El árbitro ni siquiera la señaló. Segundos después paró el juego, entraron las asistencias a instancias del colegiado, que le dijo algo a Hugo Díaz y, segundos después, ante la respuesta del futbolista, le mostró la segunda amarilla.
«Por hacer caso omiso a una indicación mía con ánimo de perder tiempo», se explica el árbitro en el acta. «Le dice al médico que me saque, que me saque», explica en primera persona Hugo Díaz. «Y yo le digo que no puedo andar. Hace ocho años me operaron de ese tobillo y tengo ahí un tornillo, y cuando me dan en la zona tengo el pie dolorido o dormido durante unos minutos. Pero no le digo nada, de verdad», confiesa el delantero de Mérida, que cuando vio la segunda tarjeta amarilla, mientras se levantaba para abandonar por su pie el terreno de juego, se tiró y solicitó la camilla.
El Mérida se plantea recurrir la amonestación, aunque todavía no lo tiene decidido porque no está seguro de que el recurso prospere. «Tenemos razón. Yo espero que el club recurra y me la quiten, porque tengo una rabia ahora mismo.», opina Hugo.
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