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Los jugadores del Mérida abrazan a Hugo Rodríguez tras el empate a dos. :: J. M. ROMERO
A los pies de Hugo Rodríguez
SEGUNDA B

A los pies de Hugo Rodríguez

Dos golazos de falta del extremo gaditano insuflan a un Mérida que remó a contracorriente ante un muy buen Lorca

FERNANDO GALLEGO

Lunes, 29 de agosto 2016, 07:41

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Uno observa a Hugo Rodríguez moverse por el verde y repara en algo, pero no sabes en qué hasta que aparece un balón parado. Y entonces lo captas: el tipo es un especialista del golpeo. Aterrizó en el Romano con esa etiqueta colgándole del cuello, pero desconoces la dimensión hasta que lo fiscalizas en primera persona. Saca un córner de una esquina y, hasta que él no llega a la esquina contraria, no se saca el córner que viene a continuación. Aunque haya que esperar (porque se cruza el ancho del campo al trote, sin prisas). Y cuando hay una falta, ya sea en la zona que sea, no asistimos a esa estampa habitual de futbolistas rodeando el cuero para despistar al guardameta rival. No. Cuando Hugo Rodríguez está en el campo y hay una falta, solo él cerca la pelota. Ahí reside su determinación y la fe en él del resto de sus compañeros.

El primer derechazo llegó con un 0-2 en contra y un descanso muy fúnebre a la vista. A unos cuatro metros del balcón del área, Hugo Rodríguez dirigió la pelota al punto muerto de Dorronsoro, y aunque la rozó, el cancerbero del Lorca solo pudo desviarla al lateral de la red... pero por dentro. El segundo derechazo llegó en el ecuador de la segunda mitad, justo en el mismo sitio desde el que marcó Javi López el 0-1 para el Lorca en el 8'. Y como desafiando a su colega murciano, Hugo Rodríguez jugó a emularle: la puso igualita a la escuadra del segundo palo. Otra vez imparable. Y así el extremo gaditano hinchó los pulmones del Mérida de aire, fe y cierta conformidad.

Porque la primera parte del Mérida fue una sucesión de malas noticias. En el primer cuarto de hora ya perdía 0-2 por sendos regalos de la zaga. El primero tras una falta lateral evitable (Javi López la clavó como luego, ya decimos, la clavaría Hugo Rodríguez en la segunda parte) y el segundo tras un robo dentro del área de Urko Arroyo. Si hace una semana fue Paco Aguza, que ayer lo pagó con el banquillo, esta vez le tocó a Dani Fernández.

Una semana después, el equipo de José Miguel Campos volvía a ser poco contundente en su área... y también en la de su rival. Salvo en el gol de falta de Hugo Rodríguez, Dorronsoro trabajó poco... por no decir que nada. Le faltó profundidad, último pase y disparo al ataque emeritense. Y para colmo, al medio del campo le pudo la ansiedad y los nervios del marcador en contra y cayó una y otra vez en errores de precisión. El Lorca, ordenado atrás y amagando a la contra, pudo incluso llegar al descanso con un marcador más amplio. Pero entonces apareció la diestra de Hugo Rodríguez... y como la vida va de no rendirse, de continuar el viaje nos suceda lo que nos suceda, el Mérida de la segunda parte ya fue otro. Al menos, igualó las prestaciones del Lorca.

Con dos delanteros

Dejó José Miguel Campos a Carlos Rodríguez en la caseta y apostó por Yacine y el 4-4-2 tras el descanso. Movió a David Álvarez a una banda y se dispuso a atacarle al conjunto murciano con más munición. Y aunque le siguió faltando disparo para probar a Dorronsoro, flirteó más con las inmediaciones del área rival. Aunque ojo, que el Lorca seguía soltando los guantes: un empalme desde la frontal del área de Albisua obligó a estirarse a Salcedo y, en el córner posterior, Borja García remataba solo en el primer palo milímetros por encima del larguero.

Así que el entrenador del Mérida tapó las grietas del medio del campo y cambió a un llegador como Borjita por un contenedor como Antonio Romero, que debutaba cinco días después de llegar. Y justamente en ese escenario de partido llegó el empate a dos de Hugo Rodríguez.

Y con las fuerzas más igualadas, aunque con el Mérida creciendo y el Lorca menguando, llegaron las expulsiones. Primero la de Yacine, por un codazo en un salto, y luego la del visitante Borja Martínez, que salió en el 77' y fue expulsado en el 85' tras dos faltas en cinco minutos. Y ahí los dos equipos firmaron la paz. El Mérida con media sonrisilla... y el Lorca con el gesto torcido.

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