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La temporada pasada, la visita del Cartagena coincidió con el regreso Príncipe Felipe. :: armando
Urgencias al cuadrado

Urgencias al cuadrado

Bidaurrázaga no podrá contar con cuatro de sus cinco centrocampistas más habituales para recibir a un gigante sumido en el caos

FERNANDO GALLEGO

Domingo, 28 de septiembre 2014, 09:25

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Cuando usted se siente esta tarde (sí, lee bien, esta tarde) en su asiento del Príncipe Felipe, asistirá a algo anómalo, insólito, raro, aberrante. Sí, todo eso junto. Primero porque es raro que este Cacereño, que no es el peor del grupo, sea el colista de la tabla arrastrando cuatro derrotas consecutivas. Y segundo porque es casi histórico que el Cartagena pise puestos de descenso a estas alturas del curso. Con el agravante de que el equipo murciano no está jugando a nada (su público, de hecho, ya le dedicó una sonora pitada cuando cayeron en Copa a principios de septiembre) y el club es un auténtico caos institucional.

El equipo que dirige ¿Julio César Ribas? (en próximos párrafos explicaremos el por qué de las interrogantes) suma cuatro empates, una derrota y una eliminación de Copa a costa del UCAM. Sí, siguen leyendo bien, ni una sola victoria. El mismo Cartagena que luchó por ascender el pasado mes de mayo a Segunda A en los playoffs. Como se lo contamos.

O sea que desconocemos a quién le corre más prisa los tres puntos: si al Cacereño, que con un proyecto más humilde no quiere empezar a remar a contracorriente tan pronto, o si al Cartagena, para que no se les escapen los cuatro de arriba en los primeros metros de la carrera. La exigencia de la nueva dirección del club es estar arriba y ascender, «y esa presión está siendo el principal error en este arranque», escriben los medios murcianos.

Preocupación por tanto sobre el césped, sobre el palco y también sobre el banquillo. El que pone el carnet de entrenador es Simón Ruiz, aunque el que manda y hace las alineaciones (desde Uruguay, porque tuvo que regresar por caducársele el visado de turista con el que llegó en agosto) es Julio César Ribas, al que el CENAFE tiene intención de denunciar.

La preocupación de Aitor Bidaurrázaga, en cambio, es la de ganar de una vez por todas y qué alinear en su centro del campo. Sin cuatro titularísimos como Elías Pérez, Raúl Medina, Valverde y probablemente Aarón, puede darle cabida a tipos como Piojo y Soto. Y menos mal que están Pablo Gállego y Toto para esta jornada. «Es verdad que el trabajo de los entrenadores se valora por los resultados, por tanto la responsabilidad es mía. Al equipo hay que dejarle tranquilo, que trabaje». Y que gane. A ver si hoy...

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