El Atlético despide a su casa entre lágrimas

Iba a ser una fiesta dijera lo que dijera el marcador, pero Fernando Torres se empeñó en que el partido también lo fuera en el resultado y en cinco minutos puso 2-0 a los rojiblancos provocando una catarata de sensaciones encontradas en la grada del Calderón. Lágrimas. Unas de alegría. Algunas de pena. Y otras, una mezcla de ambas. Y entonces comenzó un repertorio de cánticos sacados del baúl de los recuerdos del Calderón y Luis Aragonés, Radomir Antic, Manolo, Kiko y compañía volvieron a estar presentes en la casa del Atlético. Hay quien los llegó a ver con la rojiblanca o dando instrucciones desde el banquillo. El espíritu del Calderón es capaz de hacer estas cosas. Como desde que abrió sus puertas.

Los minutos seguían consumiendo la vida liguera del Vicente Calderón mientras la grada seguía disfrutando y saboreando todo lo que pasaba en el campo, en la grada y en el ambiente. Llegó un gol del Athletic y el definitivo de Correa para cerrar la historia de medio siglo liguero. Con el pitido final hubo lágrimas, bufandas y un adiós a un emocionado Tiago, que no volverá a vestir la rojiblanca.

Pero faltaba la guinda, con el homenaje al Atlético femenino, que el sábado ganó la Liga, con un pasillo de los muchachos del Cholo, una vuelta de honor al estadio y una fiesta de homenaje a un estadio que ya es historia en la que sobre el césped aparecieron todos los trofeos conquistados por el Atlético en estos 50 años de historia del equipo rojiblanco en el Vicente Calderón. Hablaron mitos como José Eulogio Gárate, emocionado, el capitán Gabi y el mesías Simeone, quien confirmó que seguirá el año próximo porque el «Atlético tiene futuro y el futuro somos nosotros».

La historia de amor entre el Atlético y el Vicente Calderón comenzó gracias a un gol de Luis Aragonés y se cerró con doblete de Fernando Torres y otro de Ángel Correa. Del Sabio de Hortaleza al Niño. De padres a hijos, ya saben. El Atleti.