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Leo Suárez marcó el quinto penalti que dio la victoria al Villarreal ayer en el Nuevo Vivero. :: casimiro moreno
El submarino conquista el Ibérico en los penaltis

El submarino conquista el Ibérico en los penaltis

Un paradón de Andrés Fernández sobre la pena máxima de Semedo decide el trofeo pacense para el Villarreal en una noche sofocante

Marco A. Rodríguez

Miércoles, 27 de julio 2016, 07:26

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El Villarreal quedará en la historia blanquinegra como el Primera División que levantó el Trofeo Ibérico once años después de aquella visita del Atlético por el centenario. El submarino amarillo necesitó decidir el trofeo veraniego en la tanda de penaltis de un encuentro sacudido por las altísimas temperaturas. Un paradón de Andrés Fernández a Semedo culminó esta reaparición del título por excelencia en el fútbol pacense, que parece seguir las indicaciones de un fútbol actual donde los lanzamientos de pena máxima cada vez son más dueños de la victoria.

El equipo valenciano viajó con muchos de los que serán sus protagonistas. El once se aproxima al que podría alinear dentro de medio mes en la ronda previa de la Champions, con Soldado como punta de lanza acompañado por el joven qatarí Afif para cubrir la ausencia de Bakambu. Por detrás, Trigueros y Jonathan Dos Santos en el centro, Castillejo en el extremo zurdo, Rukavina en el diestro y en la zaga un clásico como Mario en el lateral, N'Diaye reconvertido de central con Bonera y José Ángel en el flanco izquierdo. Por el Sporting Clube de Portugal, las bajas de los campeones de Europa (Rui Patricio, Joao Mario, Carvalho y Adrien Silva), alguna más añadida como Aquilani y una alineación con muchos suplentes en la que ni siquiera estaba su estilete Slimani, segundo goleador de la liga portuguesa con 27 dianas.

El Villarreal tuvo la primera en el minuto 5 con un pase en profundidad de Soldado a Afif cuyo disparo repele Jug. Acto seguido, una incorporación de Mario le pondría de nuevo a prueba, desviando bien el meta un lanzamiento muy blando. Soldado continuó el asedio instantes antes del 8, esta vez con más potencia que colocación para la enésima intervención del guardameta luso. Los lisboetas pasaban calor, pero sobre todo muchos apuros. Apenas inquietaban el arco de Sergio Asenjo. Poco a poco el Sporting se fue sacudiendo la presión castellonense e incluso asustaba a Asenjo con algún buen disparo como el de Iuri en el minuto 22. Tal vez castigado por el sofocante calor badajocense, el conjunto de Marcelino bajó una velocidad y ya no llegaba con la nitidez de los primeros compases. Menos insistencia, pero sin desaparecer del encuentro. N'Diaye cabalgó al ataque en varias ocasiones tras la pausa para beber decretada por el colegiado y Rukavina sacó partido de la sorpresiva internada de su compañero para estar cerca del 0-1. Otra vez una mano salvadora de Azbe Jug, que tuvo fortuna de que el rechace no fuera fusilado por un Afif que estaba en posición inmejorable para abrir el marcador.

Los vecinos portugueses estaban más pendientes de lo que sucedía en su propio campo que de la otra mitad de cancha. En el 44 se le anuló un gol al lisboeta Barcos por fuera de juego que pareció claro mientras los valencianos pidieron un penalti sobre Afif que no lo fue. Roberto Soldado tuvo la última para el submarino amarillo justo antes de que los jugadores se fueran a una ducha que agradecerían como nunca pese a la pausa del minuto 30. Y es que en el momento del pitido inicial la temperatura rondaba los 40 grados, algo que convierte cualquier partido en un ejercicio infernal de un fútbol que con el paso del tiempo fue un desierto.

Con muchas caras nuevas, como suele ser norma, arrancó el segundo acto. También con más brío en la filas esportinguistas para agradar a una grada que por momentos tenía mayoría del país vecino. Los hombres de refresco implantados por Jorge Jesús le daban aire y encima antes del 60 introducía al goleador Slimani con la intención de levantar el trofeo. Una segunda mitad muy aburrida en la que apenas se sumaban ocasiones. Se llegaba a la media hora, para el acordado descanso de hidratación, sin un solo disparo a puerta. Salvo algún fallo defensivo grave o algún destello de una calidad renqueante por la profundidad del banquillo, el choque se encaminaba a los penaltis.

Matheus Pereira tuvo la mejor para los lusos en el 83, unos lusos que a los puntos ganaban este segundo parcial. Pereira repetiría en el 86 a pase de Slimani en una contra, para el jolgorio del aficionado portugués que veía más cerca el trofeo. Y más con el balón a la cepa del poste de Iuri Medeiros, que no entró por centímetros. Al final 0-0, algo que no había sucedido en la historia del Trofeo Ibérico. Los penaltis (3-4) no comenzaron bien para el combinado portugués. Su estrella sobre el césped, Slimani, veía como Andrés Fernández le interceptaba su intento. Y en quinto, Semedo repetía suerte ante un Fernández descomunal que otorgaba el Trofeo Ibérico al equipo que le acaba de fichar.

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