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Los jugadores del Barcelona celebran uno de los goles.
Un acelerón fue suficiente
4ªjornada

Un acelerón fue suficiente

Luis Enrique alineó un equipo experimental que noqueó al Levante en el inicio de la segunda mitad

Ignacio Tylko

Domingo, 20 de septiembre 2015, 00:54

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Entre la plaga de lesiones, la modestia del adversario y la sucesión de partidos, nada menos que siete en 22 días, Luis Enrique decidió apostar por un plan B, suficiente para descoser el Levante en la segunda parte y lograr el póquer de victorias en este inicio de Liga. Ya no eran rotaciones, casi obligadas con temporadas extenuantes pero siempre discutidas y criticadas cuando los resultados no acompañan, sino recurrir a un equipo experimental al que regresó Dani Alves al lateral derecho. Paradojas del fútbol, parecía un drama la lesión del brasileño y resulta que ante el cuadro granota en nada mejoró las últimas prestaciones del joven Sergi Roberto.

Lo más novedoso fue ver a Messi más retrasado, por momentos como tercer centrocampista, a Munir de extremo derecho y a Sandro de ariete titular. Estaba Neymar pero no Luis Suárez, básico por sus goles y por lo que incordia, amenaza y fija a sus adversarios. Con una mezcla de estrellas y promesas, era más que suficiente para superar sin sustos a un rival que jamás ha puntuado en el Camp Nou y que ahí sufrió su derrota más amarga hace dos temporadas, cuando el equipo del Tata Martino le hizo un siete a Keylor Navas.

De la mano de Lucas Alcaraz, este Levante se presentó también con cambios, ya que en breve le esperan duelos claves de su Liga ante el Eibar y el Getafe, y una defensa de cinco, con tres centrales. Ciertamente, el humilde no se vio incomodado ni apurado por el grande en un primer acto jugado sin intensidad por los culés, como si el mensaje de su técnico a la hora de confeccionar la alineación les hubiera relajado a los jugadores.

Hubo una jugada que define a la perfección lo que ocurrió en ese período anodino. Busquets, nada proclive a las frivolidades, intentó una ruleta cerca del área enemiga. Rubén, muy acertado y valiente, salvó un par de ocasiones de Messi y Munir, pero el Barça no era ni su sombra. Dominaba sin discusión, ya que el Levante apenas salía de la cueva y cuando lo hacía la perdía enseguida, pero apenas remataba y pisaba el área. Sólo cuando el rosarino entraba en acción, sucedía algo diferente.

Sucesión de errores

Un ligero acelerón y una presión más alta y decidida tras la reanudación, permitieron al Barça abrochar la victoria en apenas un cuarto de hora. Primero, Bartra, un central, dejó patente una vez más que tiene alma de delantero. Supo bajar con el pecho un centro pasado de Messi y rematar sin parar con el interior, para asegurar. Poco después, Rubén despejó en corto un centro de Alves y Neymar acertó a la segunda, entre un bosque de piernas. Y, para remate, Trujillo no quería pero tocó a Neymar, el trencilla observó penalti y Messi no falló por alto.

Con los deberes hechos, el debutante Gumbau reemplazó a Busquets y los azulgrana volvieron a tomárselo con suma calma. Ter Stegen, errático en una salida por alto, les dio vidilla a los valencianos al regalarle el gol al recién entrado Casadesús. Esta vez, Luis Enrique no podrá decir en su descargo que él había ordenado la posición del portero alemán.

En una acción sin peligro, el marroquí Feddal cometió un penalti absurdo pero claro sobre Messi, que el argentino lanzó alto. Le molestó sobremanera el fallo a Leo, cuya inseguridad en la ejecución de las penas máximas ya la crean una presión psicológica. O al menos eso parece por sus gestos. Una pérdida en la salida de Juanfran, cerca ya de los 40 años, indignó a Lucas Alcaraz. En la segunda mitad, el Levante hizo todo lo posible para irse goleado. Aunque Messi firmó un gran gol cerca del final en un arranque marca de la casa, el enemigo estaba más por la labor de economizar esfuerzos que de hacer sangre.

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