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Mandzukic remata.
El Valencia recupera su 'espíritu Matador' ante el campeón
Jornada 7

El Valencia recupera su 'espíritu Matador' ante el campeón

Un arranque arrollador local sacudió a un Atlético que encajó tres goles en trece minutos

Rodrigo Errasti Mendiguren

Sábado, 4 de octubre 2014, 01:53

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El Valencia tumbó al campeón gracias a un inicio arrollador, con tres goles en un abrir y cerrar de ojos a un Atlético que pagó rebajar su intensidad y sólo cuando la recobró rindió al nivel de su rival. La desventaja fue excesiva, aunque pudo haber competido si no hubiese desperdiciano un penalti. El partidazo confirmó que el Valencia, unido y lejos de la inestabilidad institucional, ha regresado, como luce en su camiseta. Si se lo cree, será tan peligroso como el Atleti de la temporada pasada. Ahora no juega en Europa y estar toda la semana preparando cada partido liguero, es mucha ventaja. Por el momento, el regreso ha sido a lo grande, con una afición volcada como en los mejores tiempos.

El ambiente era caldeado desde mucho antes del pitido inicial. Un grupo de burros, de esos que por desgracia hay en todos los lugares del mundo, lanzó objetos contra los futbolistas que descendían del autobús del equipo rojiblanco. Por fortuna tuvieron el mismo acierto que inteligencia. Nadie resultó herido y la Policía actuó. Lo sucedido debería servir, al menos, para que esos forofos reflexionen.

Emotivo fue cuando el estadio entonó al unísono el himno regional... segundos antes de que llegase el primer gol del partido. Quizá los altos decibelios provocaron que Miranda no escuchase los gritos de Moyá en un balón larguísimo de Barragán, metiese la cabeza en dirección a su portería y provocase un gol de otra época en el bando madrileño. Miranda se quedó KO por el error y también quedó retratado un minuto después. Una de las sensaciones de la Liga, el talentoso André Gomes, le desbordó facilísimamente tras controlar una bola tocada por Alcácer y soltó un zurdazo al palo corto de Moyá. No era un asunto de nombres. El Atlético no compareció en su versión habitual (la ausencia de guerreros como Juanfran y Raúl García también se notaba en ese aspecto) y ante un equipo como este Valencia o igualas su intensidad o pierdes. Esa intensidad del Valencia recordó a la habitual del campeón. Esa que le faltaba y sin la cual se convirtió en un equipo superado.

El espíritu del Matador, ese al que se recordó en el minuto 10 tras superar con éxito Kempes una operación de triple by pass. Seguro que el argentino está orgulloso de este nuevo equipo de Nuno, que apostó desde el inicio por buscar el partido con una presión alta de Alcácer, Piatti y Rodrigo. Y en un córner, llegó el tercero. Otamendi se adelantó a Tiago y cabeceó en el primer palo con Moyá clavado en el césped. En este 3-0, Miranda también se durmió en el córner para ayudar al luso. Éxtasis che y pesadilla rojiblanca. En 550 minutos le habían metido cuatro goles, uno en 180 a domicilio, y en Mestalla recibió tres tantos en sólo 13 minutos. El Valencia completaba un partido formidable, Mestalla era una fiesta, pero Nuno les avisó que no cantaran olés. Y justo un minuto después, Mandzukic aprovechó de cabeza un rechace de Alves tras un chut lejano de Tiago. Le quedaba una hora al Atlético para ponerse al reto de igualar el duelo. Se puso a ello y pidió penalti en un córner cuando la bola que no despejó Barragán pegó en la mano de André Gomes, que estaba junto al palo.

Alves aumenta su leyenda

Teixeira lo pitó después, justo al filo del descanso, cuando Gayá sacó la mano en un balón colgado. Fue a por la bola Mandzukic, pero Siqueira, que hizo 10 de 11 en el Granada, asumió lanzarlo sin éxito. Alves amplió su leyenda de parapenaltis, adivinando un tiro blando y no muy ajustado, y ya es el meta que más penas máximas ha detenido en la era moderna, con 13. Fue la opción visitante de haberse metido de lleno en el encuentro, de que con los cambios el Cholo idease un nuevo partido. El Atlético se vació contra la Juve y el horario no le benefició (en otras ligas protegen a sus clubes lo mas posible), porque apenas le dejó descanso, si bien su derrota era más mental que física.

El equipo tiene limitaciones y se notó cuando buscó el empate. Tiago y Gabi tenían problemas para crear ante un Valencia que asumió quedarse replegado y buscar la sentencia con carreras. Alcácer se adelantó a Godín y tuvo el cuarto. Nuno volvió a colocar a Gayá más arriba, en la posición de Piatti, añadiendo a Orban en el medio y luego apostó por Feghouli, que tampoco estuvo fino aprovechando los centros desde la banda. El Cholo quitó a Griezmann, que lo intentaba desde todas las posiciones, para meter a Cerci, quien se ganó una amarilla absurda nada más pisar el césped y lo acabó pagando con una expulsión al ayudarse del brazo en la prolongación para batir a Alves. Los dos Raúles también ingresaron para aportar el remate y la precisión que le faltaba al equipo, pero no fueron capaces de superar una zaga encabezada por Otamendi, uno de esos argentinos que han liderado a cada gran Valencia de la historia. Como Roberto Fabián Ayala y como el Matador Kempes.

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