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Los futbolistas del Real Madrid celebran el tanto de Cristiano.

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Los futbolistas del Real Madrid celebran el tanto de Cristiano. Juan Medina (Reuters)
Jornada 6

El Madrid se concede una tregua entre guerras

Los blancos vencen al Dortmund en un partido sin rigor defensivo por ningún bando que Cristiano aprovechó para registrar un nuevo hito

Óscar Bellot

Madrid

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Miércoles, 6 de diciembre 2017

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Golpeado por el traspié liguero ante el Athletic, el Real Madrid regresa a su competición predilecta para cerrar su periplo por la fase de grupos midiéndose al Borussia Dortmund en un duelo intrascendente para los blancos salvo por el aspecto pecuniario y la necesidad de reforzar la moral de cara a la visita del Sevilla el sábado y el posterior viaje a los Emiratos Árabes para tratar de revalidar el título del Mundialito cosechado el pasado año en Yokohama. Clasificados para octavos como segundos de grupo ocurra lo que ocurra este miércoles en el Santiago Bernabéu, los pupilos de Zinedine Zidane buscarán mitigar sus penas con un triunfo ante el cuadro del cuestionado Peter Bosz, que encarará el choque con un ojo puesto en el coliseo blanco y otro en lo que suceda en Wembley, donde el Tottenham oficiará de anfitrión de un Apoel con el que el equipo germano se juega la tercera plaza del grupo H y, por tanto, el pase a la Liga Europa.

Casi un año después del empate a 2 contra la escuadra teutona que le impidió ser cabeza de serie de cara al sorteo que acabaría emparejándole con el Nápoles, el vigente campeón de la Liga de Campeones se juega el prestigio y el mantenimiento de la invencibilidad de Zidane como técnico local en la máxima competición continental -acumula nueve triunfos y dos empates en los once encuentros que ha dirigido en el feudo blanco- pero, sobre todo, somete a diagnóstico sus males del presente curso, por mucho que el preparador galo repita por activa y por pasiva que ve «bien» a su equipo, atribuya a la dificultad para materializar las ocasiones su delicada situación en la Liga -cuarto a ocho puntos del Barça-, se muestre confiado en que las cosas cambiarán «tarde o temprano» y ofrezca como receta para revertir la situación profundizar en el trabajo que están haciendo a la espera de que cambie la racha.

Objeto por primera vez desde que aterrizase en el banquillo de severas críticas sobre su gestión del grupo, Zidane ha comenzado a torcer el gesto, pese a que siga proclamándose optimista y realice una defensa numantina de sus futbolistas. Especialmente de Cristiano Ronaldo, peleado con el marco rival en la Liga pero que cuyo romance con la Champions sigue tan fogoso como siempre. «¡Cuidado con Cristiano!», avisó el francés, tras recordar que «faltan seis meses» de competición y que el balance del artillero conviene hacerlo al final. Autor de ocho goles en los cinco partidos anteriores de la fase de grupos, el portugués no ha dejado de mojar en ninguno de ellos. No lo hace, de hecho, desde el choque del Vicente Calderón en la vuelta de semifinales del curso pasado. Y tiene la posibilidad de asaltar el récord que estableció en la campaña 2015-2016, cuando firmó once dianas en la primera fase camino de la ‘undécima’. Necesitaría para igualarlo de un ‘hat-trick’ ante una escuadra a la que ya endosó un doblete en el Signal Iduna Park el pasado 26 de septiembre.

Rotaciones

Cristiano Ronaldo, la víspera de la jornada en la que podría recoger su quinto Balón de Oro, será nuevamente la referencia de un Real Madrid en el que se prevén rotaciones dada la irrelevancia del encuentro y toda vez que tendrá que recibir el sábado al Sevilla sin varias de sus piezas clave. Sancionado Carvajal por acumulación de amonestaciones, y con Bale de baja ‘sine die’, tendrá su oportunidad Nacho en el carril derecho. Kovacic regresará a la titularidad casi tres meses después de caer lesionado ante el Apoel. La vuelta del croata debe servir para renovar una medular castigada por la escasa frescura de Kroos y Modric. Ceballos, uno de los grandes castigados por el poco concurso de la ‘unidad B’, sería otro de los llamados a insuflar brío a la zona de creación, sostenida en el primer tramo de la temporada por la magia de Isco pero que se ha visto penalizada en los últimos partidos por el descenso en las prestaciones del malagueño. Marco Asensio, otro que retorna tras dos semanas de baja, tendría acomodo si Zidane opta por dar descanso al ‘22’.

Al contrario que el Real Madrid, el Borussia Dortmund afronta el choque con necesidades que no son sólo de índole psicológica, que también. Con una única victoria en sus once últimos partidos, el equipo germano sólo ha arrancado un empate a domicilio en la presente edición de la Champions -ante el Apoel en Nicosia-. Igualado a puntos con el conjunto chipriota, otras tablas le bastarían para entrar en la Liga Europa si el Apoel no gana al Tottenham en Wembley, pero en caso de que el cuadro chipriota diese la sorpresa en el gran templo inglés del fútbol, necesitaría vencer en el Santiago Bernabéu, algo que nunca ha hecho en sus seis visitas anteriores. Una empresa enrevesada para un equipo que está pagando su endeblez defensiva tanto en la Champions como en la Bundesliga y que no contará con el sancionado Toljan ni con los lesionados Götze, Philipp y Gonzalo Castro.

Cerró el Real Madrid su periplo por la fase de grupos con una victoria en el intrascendente choque ante el Borussia Dortmund que le sirve para coger moral de cara al crucial duelo del sábado ante el Sevilla y su posterior asalto al Mundialito. Lo hizo gracias al tanto de Lucas Vazquez en la recta final de un encuentro que se disputó sin cadenas de ningún tipo, como era de esperar teniendo en cuenta la naturaleza de los contendientes, en el que Cristiano Ronaldo escribió un nuevo capítulo en su historia de amor con la Liga de Campeones al convertirse en el primer futbolista que marca en todos los partidos de la fase de grupos y en el que Borja Mayoral mostró que anda con el olfato fino, pero en el que también tuvo lunares, como su endeblez defensiva y en el que lamentó el enésimo contratiempo de otro de sus jugadores de cristal, un Varane que hubo de marcharse en el primer tiempo con problemas musculares que complicarán los planes de Zidane para las exigentes citas que asoman en el horizonte.

La lesión de Varane amargó un choque en el que, sin nada en juego, el Madrid salió decidido a darse una fiesta. Desnudó raudo a la débil defensa renana, al culminar Borja Mayoral una transición iniciada por Kovacic en la medular al abrir al carril izquierdo, por donde se internaba Cristiano Ronaldo. Centró el luso al corazón del área buscando a Isco, pero fue el canterano, tras un mal control del malagueño, el que ajustició a Bürki. El ariete de Parla anda en racha y mete presión a Benzema.

Por la izquierda nació el primero del Madrid y por la derecha se gestó el segundo, con un centro que acabó en las botas de Kovacic, para que el croata sirviese a un Cristiano Ronaldo que, de un latigazo al palo largo, inscribió su nombre en otro apartado del gran volumen de la Champions. Perdió su ocasión el martes Neymar y el portugués se apresuró a registrar un nuevo hito horas antes de consumar su más que previsible repóker de Balones de Oro.

Real Madrid

Keylor Navas, Nacho, Varane (Marco Asensio, min. 37), Sergio Ramos, Theo, Casemiro, Kovacic (Ceballos, min. 57), Isco (Marcos Llorente, min. 68), Lucas Vázquez, Cristiano Ronaldo y Borja Mayoral.

3

-

2

Borussia Dortmund

Bürki, Subotic, Bartra (Toprak, min. 79), Sokratis, Schmelzer, Sahin (Weigl, min. 64), Dahoud, Guerreiro, Pulisic, Kawaga (Yarmolenko, min. 91) y Aubameyang.

  • Árbitro: Pavel Královez (República Checa). Mostró amarilla a Bartra.

  • Goles: 1-0: min. 7, Borja Mayoral. 2-0: min 11, Cristiano Ronaldo. 2-1: min. 42, Aubameyang. 2-2: min. 47, Aubameyang. 3-2: min. 80, Lucas Vázquez.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la sexta jornada del grupo H de la Liga de Campeones disputado en el Santiago Bernabéu ante 73.300 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Henning Jensen, el primer danés que jugó en el Real Madrid. Los blancos pasan a octavos como segundos de grupo.

Era el escenario perfecto para que el artillero se diese un homenaje antes del que está llamado a rendirle el firmamento futbolístico este jueves en París. Con un rival sumido en una profunda crisis, gravemente diezmado por las lesiones y una defensa de parvulario –no por la edad de sus zagueros sino por su candidez-, los blancos gozaban desprovistos de cualquier tipo de presión, pero volvían a verse lastrados por las imprecisiones.

Las pérdidas de balón del Madrid y su proverbial tendencia a un permanente ida y vuelta permitieron al cuadro germano meterse en un partido en el que había penado los primeros veinte minutos, tiempo en el que su única alegría provino del tanto de Fernando Llorente en Wembley que le enviaba a la Liga Europa en detrimento del Apoel. Las tuvo el equipo de Peter Bosz muy claras, especialmente en un mano a mano de Aubameyang con Keylor Navas que marró el gabonés al cruzar demasiado el disparo. También el vigente campeón, al que se le escapó por poco un tiro ajustado de Borja Mayoral tras el efímero alto el fuego decretado por la lesión de Varane. Del intercambio de pólvora salió beneficiada la escuadra germana, al aprovechar Aubameyang una falta de entendimiento entre Kovacic y Asensio para desquitarse de su fallo anterior con un certero cabezazo al que no pudo oponer argumentos el arquero tico.

El balear, al que se esperaba de inicio tras dos semanas en el dique seco, apenas llevaba cinco minutos sobre el césped cuando el Dortmund penalizó un nuevo desajuste de la defensa blanca, que Zidane había reconfigurado a la carrera desplazando a Nacho al puesto que dejó vacante Varane y retrasando a Lucas Vázquez al lateral derecho.

El choque era una oda al fútbol libre de ataduras. Ecosistema ideal para Aubameyang, un ariete eléctrico como pocos que puso las tablas al poco de la reanudación con una elegante definición que culminaba una preciosa jugada del Dortmund que abrió un nuevo boquete en la retaguardia blanca. Y aún pudo hacer el ‘hat-trick’ de no ser por la seguridad con que Nacho atajó en un par de ocasiones sus veloces acometidas.

El vértigo agigantaba al Dortmund. Consciente de la necesidad de templar el choque, Zidane optó por alistar a Ceballos, persiguiendo la pausa que el utrerano podía aportar y que sólo Isco, más entonado en el segundo que en el primer tiempo, había probado. Ensayos fue lo que se dedicó a hacer precisamente el técnico galo, que si durante media hora ensayó con Lucas Vázquez de lateral, experimentó con Casemiro de central cuando sacó a Marcos Llorente y examinó a Asensio como enlace con plena libertad de movimientos. En ese ambiente buscó con ansia Cristiano aumentar su cuenta, aunque acabó siendo Lucas Vázquez el que selló la victoria.

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