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Bale y Ronaldo durante un partido.
El Real Madrid se instala en una montaña rusa
fútbol

El Real Madrid se instala en una montaña rusa

Los altibajos caracterizan a un equipo indescifrable pero capacitado para remontar al calor del Bernabéu

Ignacio Tylko

Viernes, 8 de abril 2016, 03:33

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Marcelo simboliza lo que es el Real Madrid esta temporada, un equipo instalado en una montaña rusa, repleto de altibajos cuando actúa cada tres o cuatro días. El lateral brasileño inició la brillante jugada que acabó en el gol de Cristiano Ronaldo que el sábado tumbó al Barça en el clásico y prestigió a su club, pero también manchó su imagen y la de su equipo en el Volkswagen Arena al agredir a Maximilian Arnold y lanzarse después al césped para reclamar la expulsión del alemán. La viva imagen de la impotencia de un conjunto que, a falta de la «intensidad, movilidad y frescura física», valores que reclamó Zinedine Zidane tras el partido, ya ha puesto en marcha la maquinaria para apelar a la remontada en el Santiago Bernabéu, el próximo martes.

Después de perder frente al octavo de la Bundesliga, de completar en Wolfsburgo el partido con menos kilómetros recorridos por sus jugadores este curso en Champions (poco más de 104) y de que Zidane asumiera por completo «la responsabilidad», unas imágenes ofrecidas por 'Jugones' retrataron a James Rodríguez. Perdía el Real Madrid 2-0 y el colombiano aparece hablando y riéndose junto al preparador físico mientras calentaba en la banda. Dani Carvajal, muy serio, contemplaba la escena. Quizá se tomó a broma la aparición de un espontáneo en pleno partido, pero la escena retrata al ex del Mónaco. De nuevo suplente, igual que Isco Alarcón, el otro jugador que ha caído en desgracia para Zizou, el cafetero jugó los últimos diez minutos y su aportación fue nula.

En Alemania se observaron grandes lagunas, antiguos errores en los que el reincidió un equipo insolidario, con falta de atención defensiva, lento e inconsistente. Pasó con fracaso Rafa Benítez, llegó Zidane y el equipo sigue sin cuajares. El estilo y el modelo, ciertamente, son indescifrables.

El principal señalado es Danilo, cuyo fichaje del Oporto le costó al final 39 millones al Real Madrid. Su entrada en lugar de Carvajal fue el único cambio de Zidane respecto al clásico, con el argumento de que «Dani tenía que descansar». Y el brasileño fue un desastre en ataque y en defensa, ya que dejó plena libertad a Draxler porla derecha. Es injusto buscar en él un chivo expiatorio, pero no dio la talla. Tampoco Marcelo respondió en el perfil izquierdo, ya que no desbordó como en el clásico y su joven compatriota Bruno Henrique le sacó los colores en algunas acciones como la del gol de Arnold.

Reforzado tras el clásico, Zidane perdió crédito en Alemania. No estudio y leyó bien el choque, ya que Draxler hizo lo mismo que realizó en la eliminatoria anterior ante el Gante.

El centro del campo tampoco estuvo al nivel. Sorprende que Zizou sustituyese durante la segunda mitad a Kroos y Modric, pese a su indudable desgaste físico, y dejase en el campo con 2-0 a Casemiro. Tenía quizá más miedo el francés a un tercer gol que resolviera la eliminatoria que convicción de marcar. A vueltas con el sostén brasileño, se reabre el debate sobre si su presencia es necesaria siempre o sólo ante los rivales que dominan y no prefieren encerrarse para salir a la contra.

Benzema, sólo un golpe

Posesión estéril sin un objetivo claro y ausencia de un plan definido. Así fue el juego de un Real Madrid al que le faltaron jugadores con fantasía, capaces de encarar, desbordar y sacar de su zona a Dante y Naldo. Tampoco supieron los merengues cogerles la espalda, ya que abusaron de centros que facilitaron su trabajo. Arriba, la BBC no acertó en el último pase, ni en el remate. Bale, Benzema (luego Jesé) y Cristiano, no supieron replegar como ante el Barça. Por fortuna para la vuelta, el ariete francés sólo sufre un golpe en el muslo izquierdo.

Queda confiar en que el Real Madrid demuestre su superioridad en el segundo tiempo de la eliminatoria. Desde que el discutido Gianluca Rocchi pitó el final,el vestuario apeló a la remontada. «Somos el Madrid y siempre podemos hacer grandes cosas», anticipó Zidane. «Ya sabemos lo que es el Bernabéu cuando ruge», proclamó Sergio Ramos, el capitán que confirmó en Wolfsburgo su mala temporada «Nos dejaremos la vida. Con el apoyo de nuestra gente, lo conseguiremos», enfatizó Jesé. «Fue un partido frustrante, pero tenemos la oportunidad de arreglarlo», esgrimió Bale. Y Marcelo pidió a la afición que confíe porque no bajarán los brazos.

Desde las redes sociales ya se han puesto en marcha iniciativas para favorecer la remontada. El hijo de Juan Gómez, 'Juanito', pidió que no se recurra esta vez al espíritu del malagueño. «Dejad a mi padre tranquilo. Cada vez que le mencionan para remontar, palmamos», escribió. Tres veces sufrió el Madrid un 2-0 en la ida europea, y remontó dos,. ante el Celtic en 1980 y frente al Inter cinco años después, ambas por 3-0.

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