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El Real Madrid más táctico de Zidane avanza en Europa
octavos de final | vuelta

El Real Madrid más táctico de Zidane avanza en Europa

Casemiro fue la gran apuesta de un equipo que padeció durante más de una hora ante la Roma

Ignacio Tylko

Martes, 8 de marzo 2016, 09:38

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Con la versión más táctica y contenida desde el aterrizaje forzoso de Zinedine Zidane en su banquillo, el Real Madrid cumplió la misión de eliminar a la Roma, acabar con una maldición italiana que se prolongó durante 29 años y ocho eliminatorias y alcanzar los cuartos de final de la Champions por sexta edición consecutiva. Vencieron al final los blancos con claridad y al contragolpe, pero actuaron más de una hora en el alambre y sembraron dudas en una noche para el recuerdo por la enorme ovación que le tributó la afición del Bernabéu a Totti cuando, con todo ya decidido, salió a jugar el último cuarto de hora. Un homenaje para un icono de 39 años que en su mejor etapa siempre sonó para el club blanco. Supo sufrir primero y creció el Madrid cuando los de Spalletti se rompieron y entró Lucas Vázquez en lugar de un extenuado Bale. El resultado, empero, no expone fielmente lo ocurrido, ya que los italianos desperdiciaron un repóquer de ocasiones pintiparadas con 0-0.

Inexperto en los banquillos, Zizou realiza a diario un máster acelerado como técnico en la gran élite. En el Madrid, cada partido es una reválida. Y la exigencia es máxima porque no vale con aprobar y pasar página. Se reclaman brillo, actitud irreprochable y resultados. Hasta ahora, el francés presumió de que su equipo era fiel a un estilo ofensivo, a un 4-3-3 con centrocampistas de creación o mediospunta reconvertidos. Pero la derrota ante el Atlético de Madrid provocó una profunda reflexión que precedió a un importante matiz táctico, veremos si coyuntural o habitual.

 Influido seguramente también por la gran cosecha obtenida en el Olímpico, en el choque de vuelta concluyó que debía alistar a Casemiro para equilibrar a su equipo, juntar las líneas y ayudar a los centrales para permitir que Ramos le cubriera las espaldas a Marcelo, más dispuesto a ir que a volver. La gran apuesta de Rafa Benítez, desestimada por Zidane hasta que jugó como titular en feudo del Levante por la plaga de lesiones, resulta que puede convertirse en el ancla merengue en duelos de jerarquía. Con Casemiro, el Real Madrid gana músculo y realiza más faltas tácticas, tan feas para el espectáculo como necesarias. Pierde calidad, pero quizá es más competitivo.

En ataque, Zizou despejó la incógnita con James tirado hacia la derecha pero con libertad, Cristiano de '9' y Bale de extremo izquierdo. Fue el primer partido como titular del galés después de casi dos meses. Carece de ritmo pero su sola presencia genera temor en los rivales.

El dominio fue del Madrid pero esta Roma, capaz de encadenar siete victorias consecutivas en la Serie A, demostró ser un equipo notable y pudo poner muy en riesgo la eliminatoria. Pese a que la baja del belga Nainggolan en el centro del campo le merma. Spalletti, que ya sabía lo que es ganar con este equipo en Chamartín, le buscó las vueltas al rival con la velocidad del egipcio Salah y El Shaarawy en los extremos, el exsevillista Perotti de enganche y Dzeko en punta.

Keylor, clave

Los italianos ya desperdiciaron las dos ocasiones más claras de un primer tiempo dinámico y entretenido, de gran exigencia física. Pero Dzeko y Salah no acertaron solos ante Keylor, que les cerró muy bien los espacios.

El Madrid atacaba pero con las consignas de evitar pases complicados que pudieran preludiar contragolpes y tratar de acabar las jugadas. De ahí que Modric y Kroos disparasen de lejos más que en citas precedentes. Los locales también dispusieron de dos oportunidades en el primer acto, pero menos claras. Y en las dos, el portero polaco Szczesny le ganó el duelo a Cristiano.

Comenzó la segunda mitad sin el bosnio Pjanic, lesionado en la Roma, y con cierto murmullo en la grada. Sobre todo cuando, tras una pérdida grave de Sergio Ramos, Salah volvió a errar un gol cantado. Sin oposición alguna, disparó fuera ante Keylor. Luego fue Florenzi el que obligó a lucirse al portero tico, excepcional instantes después al tapar a Dzeko.

Para poner contra las cuerdas al Real Madrid no se puede sufrir tal carencia de pegada. Los merengues dejaban espacios, Marcelo no cerraba, Bale ya no ayudaba y James, una vez más, seguía a su ritmo cansino. Zidane tuvo que retirar al galés, ya fundido, y buscar la chispa y velocidad de Lucas Vázquez.

Y por la chispa y desborde de este jugador llegó el decimotercer gol de Cristiano en esta Champions. La calma volvió al Bernabéu, que aún aplaudió el gol de James, mostró señorío ante la figura de Totti, abuchecó a Keita y despidió a Casemiro como a un ídolo.

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